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ESE Day en la Universidad de Los Andes: Piñera habló de metas, Correa de afectos, Silva de misión país y Velasco se dio un gusto


Después de la exposición de Sebastián Piñera en la Universidad de Los Andes quedó claro que su estilo de gobierno se encuentra justamente en la vereda contraria del de la presidenta Michelle Bachelet y difícilmente puede haber alguna sintonía entre ambos.

“En este país no hay metas de empleo, ni de productividad, ni de salarios. A lo más se dice que este país va de menos a más. Nosotros nos pusimos metas exigentes y cumplimos prácticamente todas. La meta tiene una misión, una exigencia”, señaló.

Mientras Piñera centraba su discurso en los resultados de su gobierno y los que está mostrando la actual administración, ante una audiencia formada por empresarios y altos ejecutivos, la mayoría de los cuales ha pasado por las aulas de este establecimiento privado, ligado al Opus Dei, Enrique Correa –presidente de Imaginaccion– levantaba la bandera de los afectos.

La ciudadanía ha adquirido una mayor libertad, “ya no cree que tiene que estar sólo a un lado de la vereda, puede cambiarse de vereda y, en este contexto, adquieren más valor los sentimientos. Los sentimientos son un elemento clave para entender la sociedad: confianza, credibilidad y afecto. Esos son los tonos musicales que predominan en ella".

Correa apuntaba así al punto más débil del ex Presidente: su falta de oído musical, sinónimo de inteligencia emocional, atributo que sí se le reconoce a Bachelet. Pero fue un poco más allá cuando le dijo a Piñera que resultaba difícil entender la razón de la derrota electoral que tuvo la derecha en la última elección presidencial a la luz de los resultados que él y su ministro de Hacienda, Felipe Larraín, defienden con tanto tesón. Y no se quedó allí, manteniendo un tono muy calmo, le dejó en claro que el problema era que no había sabido ganarse la confianza de los chilenos durante su gobierno.

Si uno habló de metas y el otro de afectos, hubo un tercero que se refirió a un grupo social ensimismado en sus privilegios. Ese fue Ernesto Silva, presidente de la UDI, quien comenzó su alocución diciendo: “Me preocupa ver que tenemos una élite frívola. Los países necesitan a las mejores personas dedicadas a lo público. Qué sucedería si uno de nuestros hijos nos dice quiero ser fiscal, o ser parlamentario… Tenemos una élite que se frivoliza y que se encierra en un mundo de privilegios. Jaime Guzmán –a quien conocí a través de mi padre– decía que en Argentina la élite se fue a jugar polo. Siento que ese riesgo no ha sido suficientemente debatido”.

En tanto que el cuarto invitado a la fiesta, que era Andrés Velasco, repitió en parte la presentación que había hecho semanas atrás en el Banco Security, y planteó con más fuerza que "el gobierno de centroderecha que tuvo Chile por cuatro años, que llegó al gobierno, que llegó a La Moneda con una retórica de grandes cambios de productividad, institucionales, laborales –que, decía Sebastián Piñera, iban a cambiarle la cara al país–, en los hechos, no hizo absolutamente nada".

Eso sí que Piñera ya no estaba allí para escucharlo, porque se había retirado en el coffee break.

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