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Wall Street da por hecho el estímulo de la Fed


El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Ben Bernanke, no lo ha dicho, pero muchos inversionistas se comportan como si la compra de bonos por parte del banco central estadounidense fuera un hecho.

Las débiles cifras sobre el empleo divulgadas el viernes sólo sirvieron para reforzar esa creencia. Los precios de toda clase de activos, desde acciones hasta los bonos del Tesoro, pasando por el oro, subieron, lo que refleja la convicción de los mercados de que la Fed anunciará nuevas medidas de estímulo monetario el jueves, al término de una reunión de dos días.

Pero debajo del optimismo, está la pregunta de cuánto margen de crecimiento tiene el reciente repunte. Las acciones en las bolsas estadounidenses han ganado 10% y el oro 12% desde sus mínimos de junio gracias en buena parte a las expectativas de que el banco central se dispone a iniciar una tercera ronda de compra de bonos, un programa conocido como relajamiento cuantitativo, orientado a mantener bajas las tasas de interés.

«Resulta bastante claro que el repunte experimentado en los últimos meses ha sido impulsado por la expectativa de que la Fed anunciará una nueva ronda de relajamiento cuantitativo», señala John Higgins, economista de mercados de la consultora británica Capital Economics. «Creo que la pregunta es si persistirá el impacto positivo una vez que la Fed anuncie las medidas».

Si el pasado sirve de guía, podría haber margen para que el repunte se mantenga. En 2010, el Promedio Industrial Dow Jones subió 11% entre fines de agosto, cuando Bernanke sugirió que otro programa de compra de bonos estaba en camino, y el 3 de noviembre, cuando se produjo el anuncio oficial. Para el momento en que terminó el programa de la Fed, en marzo de 2011, las acciones habían ganado otro 11%.

Las esperanzas de un nuevo estímulo de la Fed con una compra de bonos fueron reforzadas por el informe del viernes pasado que muestra que la economía estadounidense generó en agosto 96.000 empleos, una cifra menor a la esperada.

Analistas de Goldman Sachs Group dicen que la probabilidad de que la Fed anuncie el programa esta semana está «ahora por encima de 50%». Anteriormente, los expertos de Goldman habían proyectado que el anuncio se produciría a fines de año o en 2013.

Las predicciones sobre las dimensiones de cualquier medida de la Fed varían ampliamente.

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Goldman espera que el banco central estadounidense compre al mes de forma indefinida alrededor de US$50.000 millones en valores respaldados por hipotecas y bonos del Tesoro. Por su parte, economistas de J.P. Morgan Chase dijeron que esperan que la Fed anuncie compras por US$300.000 millones que terminarían en enero. Y analistas de Barclays, a su vez, predicen que la Fed destinará US$500.000 millones a las compras de títulos hipotecarios y bonos del Tesoro.

Algunos analistas e inversionistas dicen que la Fed debería anunciar un gran plan rápidamente o arriesgarse a decepcionar al mercado que se ha acostumbrado a los estímulos de los bancos centrales desde la crisis financiera.

Con el tiempo, dicen algunos escépticos, la capacidad de que las acciones suban a partir de las medidas de la Fed inevitablemente disminuirá. Apuntan a señales de que el crecimiento de las ganancias corporativas está cayendo y la expansión de la economía es modesta.

«Es algo exagerado», dijo recientemente Kim Caughey Forrest, estratega de Fort Pitt Capital Group, una empresa de consultoría financiera en Pittsburgh. La especialista se llama a sí misma «inversionista de valor» a largo plazo, es decir que busca acciones que parezcan asequibles en comparación con las expectativas de ganancias futuras de las empresas.

Caughey dice que el problema es que cada vez es más difícil encontrar empresas con precios razonables, ya que las cotizaciones de las acciones están subiendo sin que el desempeño de las ganancias mejore mucho. «Los fundamentos en mi opinión no merecen esta fase previa», apunta.

El viernes, el Promedio Industrial Dow Jones cerró en 13.306,64 puntos, o cerca de 80% más que cuando la Fed anunció su primera compra de bonos del Tesoro, conocida como QE1, en marzo de 2009.

El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, que cae cuando los precios suben, se ha reducido de 3% en 2009 a 1,66%. La segunda ronda de relajamiento cuantitativo, conocida como QE2, empezó en noviembre de 2010, y fue usada por la Fed para comprar unos US$600.000 millones en bonos del Tesoro de EE.UU. La Fed sigue siendo un jugador activo en el mercado de bonos a través de su programa «Operación Twist».

No todos creen que una tercera ronda de relajación es inevitable. Economistas de Nomura Securities argumentan que el reporte de desempleo no fue tan grave como para hacerlos cambiar su proyección de que la Fed aguantará un nuevo programa de estímulo.

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