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Estrategia Nacional del Litio: una nueva era de un recurso estratégico Opinión

Estrategia Nacional del Litio: una nueva era de un recurso estratégico

Claudio Maggi
Por : Claudio Maggi Gerente de Asuntos Estratégicos de Corfo
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En este contexto, la recientemente anunciada Estrategia Nacional del Litio muestra un camino viable para alcanzar una mayor valorización del recurso de manera sostenible, balanceando objetivos tan diversos y legítimos como retornos justos para el país, sostenibilidad ecosistémica de los salares, beneficios para las comunidades y territorios en los que se concentra el potencial productivo e incentivos adecuados para la participación de empresas privadas en alianza con actores públicos, en la producción primaria y a lo largo de la cadena de valor del litio hacia la electromovilidad y el almacenamiento energético.


El imperativo de la descarbonización ha acelerado, a escala global, la transición energética hacia las energías limpias. La meta establecida en el marco de la EVI (Iniciativa de Vehículos Eléctricos, que reúne a la mayoría de las principales economías globales) es que al menos el 30% de las ventas de vehículos a nivel global en 2030, correspondan a unidades electrificadas. 

La trayectoria de producción y ventas de nuevos vehículos eléctricos a nivel mundial durante los últimos años, indica que nos encaminamos hacia esa meta: en 2021 las ventas electromotrices se duplicaron respecto de 2020, llegando a 6,7 millones de unidades, y aumentando a 10,5 millones en 2022, en una progresión que seguirá acelerándose en los próximos años. Se trata de buenas noticias para el planeta. Esta masificación contribuye a la descarbonización de la matriz energética, reduciendo emisiones locales y globales, al eliminar el uso de combustibles fósiles.

Hace menos de una década, pocos imaginaban que en Chile las energías renovables no convencionales pasarían a representar alrededor de un 40% de la matriz de consumo energético nacional. Un desafío fundamental de la transición energética hacia la carbono-neutralidad es la generación continua desde fuentes de energías limpias como la solar y la eólica, lo cual requiere desplegar capacidad de almacenamiento mediante baterías estacionarias que, al igual que para la electromovilidad, utilizan el litio como componente esencial para su funcionamiento.

El dinamismo alcanzado por la demanda de litio en los mercados internacionales, propiciado por los cambios tecnológicos recientes, ha permitido a Chile observar “un recurso estratégico” que era explotado, hasta hace algunos años, sin una adecuada mirada colectiva. Al mismo tiempo, revivía el dilema histórico sobre la función del país como proveedor de materias primas para industrias transnacionales o la posibilidad de aprovechar este tipo de ventajas comparativas para transitar hacia una economía basada en el conocimiento y la innovación, sustentada en este caso en energía renovable abundante, minería de bajas emisiones, junto a tecnologías, servicios especializados y materiales avanzados en torno a dichas cadenas de valor.

La notoriedad del litio, propiciada también desde los centros de fabricación localizados en clusters de Asia, Europa y EE.UU., en su carrera por aprovisionamiento “sustentable”, trasladó las inquietudes de la demanda hacia Chile y, en particular, al territorio de extracción del litio: el Salar de Atacama. Ello evidenció la tensión existente entre la minería y otros recursos naturales (agua, suelo y biodiversidad), las presiones entre distintos poderes, y despertó el interés político por proteger los frágiles ecosistemas de los salares andinos y hacer más efectivo el beneficio de la minería en el desarrollo regional.

En este contexto, la recientemente anunciada Estrategia Nacional del Litio muestra un camino viable para alcanzar una mayor valorización del recurso de manera sostenible, balanceando objetivos tan diversos y legítimos como retornos justos para el país, sostenibilidad ecosistémica de los salares, beneficios para las comunidades y territorios en los que se concentra el potencial productivo e incentivos adecuados para la participación de empresas privadas en alianza con actores públicos, en la producción primaria y a lo largo de la cadena de valor del litio hacia la electromovilidad y el almacenamiento energético.

El siguiente paso es definir un plan de acción con amplia participación y mirada de futuro, a fin de consensuar un camino de desarrollo sostenible tanto para esta industria como para las comunidades y las regiones donde ella se desarrolle. Desde Corfo avanzamos alineados con la estrategia en el impulso al desarrollo tecnológico sostenible de la industria del litio, mediante la creación del Instituto Tecnológico Público de Litio y Salares, el acompañamiento a modelos de asociación público-privados para la producción futura en el Salar de Atacama, la sostenibilidad ecosistémica y los espacios de diálogo permanente con los actores territoriales.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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