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Mundial Sub 17: una oportunidad única para ver en casa a las futuras estrellas del fútbol

Mundial Sub 17: una oportunidad única para ver en casa a las futuras estrellas del fútbol

No son todavía ídolos, pero varios de los chicos que le darán brillo al torneo que se disputará en Chile, tienen categoría suficiente como para deslumbrar a partir de ahora mismo.


A priori, entre los 552 jugadores que a partir de mañana disputarán el Mundial Sub 17 en Chile no hay un nuevo Messi o un Cristiano Ronaldo, que ya en sus primeras apariciones hace poco más de una década dejaron en claro que serían parte del escalafón dorado en la historia del fútbol.

Pero eso no aminora en nada el fascinante ejercicio de descubrir entre los nuevos talentos a los que finalmente brillarán dentro de pocos años en las principales ligas del orbe. No por nada, veedores del primer mundo futbolístico ya están en el país prestos para anotar los nombres más seductores.

A este torneo llegan selecciones muy poderosas, que habitualmente disputan el título en esta categoría. Por lo tanto, son por sí mismas vitrinas de alto nivel.

Por lo tanto habrá que fijarse en los delanteros brasileños Leo Santos (Corinthians) y Evander (Vasco da Gama) y el volante creativo Lincoln (Gremio). Los tres tienen calidad, rapidez y disparos siempre riesgosos.

Argentina trae a un dúo de atacantes que se conoce de memoria porque militan en San Lorenzo de Almagro. Se trata de Tomás Conechny y Germán Berterame, que serán alimentados por el talentoso volante Julián Chicco, una de las mejores promesas de Boca Juniors.

Por México viene con ansias consagratorias el creador del Pachuca Pablo López, cuya creatividad es seguida desde hace tiempo por la prensa azteca.

En Europa el favoritismo para disputar la corona lo acaparan Francia y Alemania.

En los galos es figura mediática su arquero Luca Zidane, hijo de uno de los mejores jugadores en la historia de Francia. En su país se habla de que el muchacho tiene méritos para brillar por sí mismo.

Además, el equipo del gallito lucirá a una temible dupla de ataque. Al igual que la argentina, esta golpea junta desde la niñez. Se trata de los morenos Odsonne Edouard y Nanitamo Ikoné, joyas preciadas del Paris Saint Germain.

Alemania, actual campeona mundial adulta, confía en su generosa cantera para seguir renovando a la selección por mayor. Por ello habrá que hacerle caso a su prensa que promueve al arquero Constantin Fromann (Friburgo), al volante Félix Passlack (Borussia Dortmund) y al delantero Johannes Eggenstein (Werder Bremen).

Aunque en la previa no acaparen favoritismo, Bélgica y Croacia son dos selecciones a seguir.

La primera porque es la nueva sensación mundial a nivel adulto gracias a su decisión de incluir a los hijos de inmigrantes que desde hace años pueblan sus tierras. Nada puede contradecir que a nivel sub 17 no ocurra lo mismo. Así, el conductor Ismail Azzaoui (Wolfsburgo) y el espigado goleador Dennis van Vaerenbergh (Brujas) pueden rendir acá sus primeros exámenes para estar pronto en el equipo mayor.

Croacia nos importa más que el resto porque mañana, en la fecha inaugural, pondrá a prueba a Chile, en un duelo durísimo para la Rojita. Los defensas chilenos tendrán que cuidarse del goleador Karlo Majic y el media punta Nikola Moro, que se lucieron en el clasificatorio europeo. Y los delanteros nacionales deberán ingeniárselas para superar a una sólida muralla defensiva comandada por el central Vinko Soldo.

Inglaterra, como se ha hecho habitual en los últimos mundiales a todo nivel, acude a esta cita con esperanzas que no suelen corroborarse. De todos modos, vale la pena poner el ojo en el atacante Chris Willock, del Arsenal, y cuyo juego semeja mucho a los compañeros de Alexis Sánchez Theo Walcott y Álex Oxlade-Chamberlain. O sea, pura explosión y dribbling.

Finalmente, respecto de los otros dos rivales de Chile, también hay razones de sobra para temer.

En Nigeria, actual campeona mundial sub 17, brillan los volantes Kelechi Nwakali y Samuel Chukwueze, y los delanteros Víctor Osimhen y Ebere Osinachi. Todos son calcados a los grandes jugadores que este gigante africano ha dado al fútbol mundial desde la mitad de los años 90. Habilidad, velocidad, potencia y desenfado. Suelen ser imprevisibles y esta cualidad es la que más deben precaver los jugadores chilenos.

Por último, Estados Unidos. Que a toda edad hace rato que son rivales de cuidado. A este torneo vienen con buen cartel los primos Chris (arquero) y Will Pulisic (volante). Lo mismo corre para el volante creativo Joe Gallardo y, sobre todo, el goleador Haji Wright, del New York Cosmos, del cual se esperan grandes cosas en el futuro inmediato.

Antes del mundial suena pretencioso incluir a chilenos en esta lista de grandes promesas. No es el brillo individual lo mejor del equipo de Miguel Ponce. Al revés, la fortaleza reside en lo colectivo.

De todos modos, ojalá los centrales de Universidad Católica Soriano y Monilla se hagan fuerte atrás, el volante creador René Meléndez tenga lucidez y dureza para soportar las marcas rivales y los goleadores Mathias Pinto, Gabriel Mazuela, Luis Salas y Walter Ponce, todos en un nivel goleador similar, tengan la puntería muy afinada.

En ellos, sobre todo, descansan las esperanzas chilenas en este mundial que durante largos meses fue mirado con temor y que ahora, ojalá que no solamente por la natural expectiva de ser local, despierta mayores esperanzas de cumplir con dignidad el rol de anfitrión.

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