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Misterio y secretismo marcaron la batalla comunicacional sobre el cáncer de Chávez los últimos tres meses Hasta último momento gobierno venezolano manejó la información

Misterio y secretismo marcaron la batalla comunicacional sobre el cáncer de Chávez los últimos tres meses

Desde que en diciembre de 2012, el líder sorprendió al mundo al informar sobre el retorno de su cáncer, el oficialismo y la oposición iniciaron una ardua batalla de dimes y diretes sobre el verdadero estado de salud del mandatario. En todo el mundo, las especulaciones de la prensa nacional e internacional sazonaron la polémica y en Venezuela la gente terminó por volcarse a las calles exigiendo la verdad.


El cáncer que finalmente terminó con la vida del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, estuvo siempre rodeado de un hálito de misterio que provocó las más profundas especulaciones sobre la veracidad de su estado de salud, tanto al interior de la oposición al gobierno como en la prensa alrededor de todo el mundo. La enfermedad fue dada a conocer por primera vez en junio de 2011, aunque entonces sólo se hablaba de un “acceso pélvico” del que el mandatario iba a ser operado.

Sin embargo, para el domingo 7 de octubre de 2012, el cáncer era una cuestión del pasado. Chávez flameaba orgulloso la bandera del triunfo de su cuarto mandato, el cual lo consagraba como el líder nacional hasta 2019. La elección fue polémica porque convocó una participación ciudadana mayor al 80 %. El presidente ganó con el 55 % de los votos, frente a su rival, Henrique Capriles, del partido opositor Primero Justicia. “Gracias a mi amado pueblo, viva Venezuela, viva Bolívar”, vitoreó Chávez tras el triunfo, no sin antes entregar también su reconocimiento a quienes votaron en su contra.

Sin embargo, la alegría no duró demasiado. El sábado 8 de diciembre, Chávez sorprendió al mundo entero con su aparición en la televisión venezolana, anunciando la reaparición de “algunas células malignas” en la misma zona donde, en 2011, habían surgido los primeros indicios del cáncer. A raíz de ello, debió viajar hasta La Habana, Cuba, para operarse y tratar su enfermedad.

Y aunque no se detalló demasiado sobre los orígenes del cáncer o el estado de su avance, al hacer el anuncio, Chávez dejó entrever sus primeras preocupaciones en caso de que la enfermedad lo “inhabilitare” para asumir en enero de 2013. Entonces llamó al pueblo venezolano a elegir al vicepresidente Nicolás Maduro como su sucesor.

Primeros rumores

El mandatario se trató casi exclusivamente en Cuba, donde recibió ciclos de quimioterapia y radioterapia, lo que incrementó aún más los rumores sobre su estado de salud y las especulaciones de parte de la oposición.

Durante los últimos días de 2012, la situación de especulaciones se tornó prácticamente insostenible. Los venezolanos y el mundo entero exigían expectantes detalles sobre el porvenir del líder chavista, aunque desde el oficialismo insistían en mantener la discreción y entregar apenas atisbos de su verdadero estado de salud. Sin embargo, la realidad era tal que Maduro debió informar, a través de una cadena nacional, sobre las “nuevas complicaciones surgidas como consecuencia de la infección respiratoria ya conocida”.

En tanto, desde la Mesa de la Unidad Democrática —la cual aglutina a los partidos socialdemócratas, democristianos, nacionalistas, centristas y laboristas, opositores todos al gobierno de Chávez— comenzaron a deslizar críticas hacia el oficialismo por negarse a declarar la falta temporal del presidente, prevista en la Constitución. Desde el gobierno se defendían con garras y dientes, asegurando que Chávez seguía dando órdenes desde su recuperación. “Altos funcionarios del gobierno, del modo más cínico, piden ‘respeto para la salud del jefe del Estado’, cuando son los primeros en irrespetarla (…), pero no tienen la estatura para informar acerca de la verdadera situación del Jefe del Estado”, señaló entonces un comunicado de la MUD.

Llegado el 10 de enero, fecha en la que el líder debía jurar ante la Asamblea Nacional para iniciar su nuevo mandato, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela lo autorizó para ausentarse a la ceremonia. Pero esto no acalló las críticas de los opositores. La MUD incluso llegó a proponer un reemplazo temporal del gobernante para asegurar “la continuidad” del país.

Así mismo, el secretario ejecutivo del organismo, Ramón Guillermo Aveledo, pidió entregar a la ciudadanía “la verdadera verdad” sobre la salud de Chávez. “Lo que pasa es que la tensión que se vive en el seno de la dirigencia del oficialismo está creando una distorsión, porque en la competencia por demostrar quien sería el mejor sucesor se está olvidando el hecho que este es un país mucho más grande que el pequeño círculo del poder”, increpó entonces. “El propio vicepresidente se ha comprometido a decir la verdad, sea cual sea. Bueno, que la diga. Que diga toda la verdad”, agregó.

Ya no hay vuelta atrás

El 24 de enero un nuevo escándalo sobre la gravedad del estado del presidente remeció la prensa internacional. El diario español El País desató el pánico generalizado al publicar una supuesta imagen de Hugo Chávez entubado en una cama de hospital en Cuba. La foto permaneció en la página web aproximadamente una hora, hasta que se desmintió su veracidad. Así y todo, desde el MUD siguieron insistiendo que el estado de salud del mandatario era mucho más complejo del que efectivamente se estaba informando. El pánico desatado era irreversible.

El 18 de febrero se informó sobre el supuesto arribo del líder de vuelta a Caracas, hecho que fue confirmado por él mismo a través de su cuenta de Twitter, lo que buscó calmar los ánimos y acallar las especulaciones y protestas.

Sin embargo, durante los últimos días de febrero, el clima de inquietud superó las cúpulas de los partidos, e incluso movilizó a ciudadanos y estudiantes. Grupos universitarios salieron a las calles y marcharon hasta la embajada de Cuba en Venezuela para exigir al líder que “diera la cara” en caso de estar efectivamente en condiciones para cumplir con su mandato. Otros grupos en tanto, como representantes de la comunidad indígena por ejemplo, realizaron actos públicos para demostrar su respaldo y apoyo a la pronta recuperación del presidente.

Incluso ayer, horas antes de que se conociera la muerte de Chávez, cuando el vicepresidente Nicolás Maduro dio a conocer las nuevas complicaciones de su estado de salud, la incertidumbre sobre lo que realmente iba a ocurrir se mantenía presente. De ahí que la noticia de su deceso golpeara con tal magnitud al mundo entero.

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