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Talibanes afganos advierten al Estado Islámico que no invada su terreno

Talibanes afganos advierten al Estado Islámico que no invada su terreno

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Ayer, al menos siete talibanes murieron, seis resultaron heridos y veinte fueron capturados en choques con supuestos miembros del EI en la provincia oriental de Nangarhar, como ya ha ocurrido en varios puntos del país durante las últimas semanas.


Los talibanes afganos advirtieron este martes al autoproclamado califa del grupo insurgente Estado Islámico (EI), Abu Bakr al Baghdadi, de que la actual lucha «contra América y sus títeres» en Afganistán debe realizarse sólo bajo la bandera talibana y amenazó con tomar represalias por su presencia en el país.


En una carta dirigida a Al Baghdadi, el número dos de los talibanes, el mulá Akhtar Muhamad Mansoor, exhortó al EI a no «dar pie a los talibanes a reaccionar en su contra» e indicó que la aparición de nuevos grupos yihadistas en territorio afgano supone un riesgo para los logros alcanzados por su formación.

«El Emirato Islámico de Afganistán (IEA, como se denominan los talibanes a sí mismos) sólo reconoce y autoriza la yihad (guerra santa) bajo la bandera del IEA y hace hincapié en la unidad de las filas muyahidines contra los infieles del mundo», dijo en su misiva Mansoor.

Dirigiéndose a Al Baghdadi indicó que los talibanes no «interferirán en sus asuntos y esperan lo mismo», en momentos en que ambas facciones mantienen enfrentamientos por el control de varias áreas del este y oeste del país.

Los talibanes alegaron que su rol en Afganistán está secundado por 1.500 ulemas o doctores de la fe islámica, por lo que el establecimiento de nuevos grupos yihadistas en el mismo territorio va en contra de la ley islámica y daña «las metas espirituales de los muyahidines».

Respetado por «héroes de la yihad» como Osama bin Laden, el movimiento talibán está, según Mansoor, «cerca de la victoria» con la inminente retirada de las tropas estadounidenses, resultado de 13 años de guerra contra el Gobierno afgano y América.

Ayer, al menos siete talibanes murieron, seis resultaron heridos y veinte fueron capturados en choques con supuestos miembros del EI en la provincia oriental de Nangarhar, como ya ha ocurrido en varios puntos del país durante las últimas semanas.

En abril el presidente afgano, Ashraf Gani, confirmó la autoría del Estado Islámico en el primer atentado reivindicado por ese grupo, advirtiendo de que el país se enfrenta a «un nuevo tipo de guerra» por parte de «terroristas extranjeros».

La OTAN puso punto final en 2014 a su misión de combate en Afganistán, la ISAF, sustituida desde enero por una operación con 4.000 soldados en tareas de asistencia y capacitación, y que será seguida a su término de otra liderada por civiles pero con un componente militar.

Estados Unidos mantendrá desplegados a 9.800 militares hasta final de año como parte de su misión «antiterrorista» en Afganistán, después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, ordenara la ralentización de la salida de las tropas de ese país prevista inicialmente para este mismo año.

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