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Educación universitaria mapuche y el discurso de la meritocracia

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Eduardo Ramírez
Por : Eduardo Ramírez nvestigador de RIMISP - Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural eramirez@rimisp.org
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En la esfera pública, ¿están representados proporcionalmente los profesionales mapuches?, ¿cuántos Seremis son mapuches?, ¿cuántos directores de hospitales, de escuelas y liceos son mapuches?, ¿es mapuche el director de la Conadi? En el mundo privado, ¿cuántos gerentes y altos directivos de empresas de la región de La Araucanía son mapuches?, ¿tienen salarios similares a los no mapuches en iguales puestos de trabajo?


Desde los años 90, con cierta timidez —pero de manera consistente— ingresa un contingente importante de jóvenes mapuche a las universidades. Tanto las becas específicas para los estudiantes indígenas, como el conjunto de apoyos estatales, han permitido que hoy sean más de cinco mil los jóvenes matriculados en las dos universidades más grandes de Temuco: Universidad de la Frontera y Universidad Católica de Temuco.

El proceso de formación universitaria supone alcanzar avanzados niveles de conocimientos teóricos y técnicos, y significa también la apertura a un mundo de nuevas posibilidades, pues la universidad es por definición un espacio de intercambio multicultural, de creación de conciencias y de redescubrimiento de derechos.

De tal manera que tras vivir la experiencia universitaria, un joven mapuche habrá tenido aprendizajes significativos en múltiples dimensiones y podrá aportar desde nuevos ámbitos a la construcción social. La sociedad local, a su vez, deberá dialogar con estos nuevos actores para descubrir y construir acuerdos.

[cita]En la esfera pública, ¿están representados proporcionalmente los profesionales mapuches?, ¿cuántos Seremis son mapuches?, ¿cuántos directores de hospitales, de escuelas y liceos son mapuches?, ¿es mapuche el director de la Conadi? En el mundo privado, ¿cuántos gerentes y altos directivos de empresas de la región de La Araucanía son mapuche?, ¿tienen salarios similares a los no mapuches en iguales puestos de trabajo?[/cita]

Sin embargo, ¿con qué se encuentran estos jóvenes?, ¿cómo se les reconoce y retribuye su esfuerzo? En términos de salarios, acceso al empleo y representación social, es posible sostener que el paso por la universidad no gratifica a los profesionales mapuches de igual manera que al resto de los profesionales, pues los indicadores en estas categorías muestran grandes brechas y desigualdades.

En términos salariales, información de la Casen 2009 nos muestra que en La Araucanía, para aquellos empleos que requieren estudios superiores, las diferencias entre indígenas y no indígenas son enormes. Mientras los primeros obtienen 260 mil pesos como ingreso promedio, los no indígenas alcanzan los 492 mil pesos.

Respecto al empleo y la representación social, algunas preguntas ilustran de mejor forma la situación. En la esfera pública, ¿están representados proporcionalmente los profesionales mapuches?, ¿cuántos Seremis son mapuches?, ¿cuántos directores de hospitales, de escuelas y liceos son mapuches?, ¿es mapuche el director de la Conadi? En el mundo privado, ¿cuántos gerentes y altos directivos de empresas de la región de La Araucanía son mapuches?, ¿tienen salarios similares a los no mapuches en iguales puestos de trabajo?

Estudios realizados por RIMISP —Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural—, muestran que el acceso a la educación es visto en las comunidades mapuche como una herramienta que permite sortear situaciones de discriminación e injusticia. Por eso, cada vez con mayor frecuencia, recienten la partida de los profesionales hacia otros territorios, manteniendo en el camino las cifras desalentadoras que muestran en las localidades una pobreza superior al promedio nacional. Además, esta partida, que no supone las mejoras prometidas en el discurso de la meritocracia, termina por generar una doble frustración en la comunidad.

El gobierno anunció el envío de tres proyectos de ley que buscan garantizar —en el largo plazo— los recursos para ir generando condiciones que permitan que la zona pueda ir igualándose al resto del país. En este escenario, conviene tener en cuenta que para revertir esta situación y avanzar en igualdad de oportunidades se necesitan nuevas políticas públicas, con incentivos mejor diseñados, que fuercen acciones concretas conducentes a una verdadera sociedad multicultural.

El nivel de compromisos y la amplitud de acciones que se requieren son por lejos más complejas que las que hoy se impulsan.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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