Publicidad

Longueira: lo que deberías saber sobre inmigración

Juan Cristóbal Beytía
Por : Juan Cristóbal Beytía SJ, Capellán TECHO-Chile
Ver Más

Sería bueno que supieras que ya hay en el Parlamento un proyecto de Ley de Migraciones. Comienza recién la discusión. Ningún candidato puede decir que hará una ley: el presidente Piñera ya la hizo. Buena o mala, está por verse, pero no lo pongamos como eslogan de campaña. Nuestra patria se ha construido a partir de migrantes desde hace siglos. Los migrantes son una riqueza humana, no se nos vaya a colar por entre los dedos. Eso sí sería perder una oportunidad.


La ignorancia nos lleva a la insensatez. A propósito de las declaraciones atribuidas al candidato Longueira este fin de semana en el norte de nuestro país, creo que merece la pena aclarar algunos puntos y así salir de la mitología.

Primero, hay un asunto formal. Desde hace casi 18 años que en la prensa internacional se está modificando el lenguaje. No existen “personas ilegales”, puede haber actos tales, pero no personas. Es un error común. Pero, ¿a qué se refiere el candidato Longueira con “inmigrantes ilegales”? ¿Indocumentados? Ciertamente no, porque tienen documentos. ¿Que entraron a Chile “a la mala”? No es probable porque, si existe gente en esa situación, la proporción es muy mínima según lo que nos dice el personal de Fronteras, como para que nos preocupara realmente en términos económicos. Lo cierto es que la gran mayoría de los inmigrantes en Chile, sabemos que están en nuestro país y han pasado por oficinas fronterizas habituales. Su visa de turista puede haber vencido; eso sí.

Hoy en día tenemos la sensación de que “nos estamos llenando de extranjeros”. Es cierto si se compara con la historia reciente. La segunda mitad de los ’70 la proporción de extranjeros fue la más baja del siglo XX y, desde ahí, ha venido en aumento. Hoy tenemos en torno a 2,04 % de migrantes en el país. Nada comparado con el 3,1 % promedio mundial, ni con el 4,4 % que tuvimos en 1907. Hoy estamos impresionados, pero, cuando mucho, nos estamos acercando a ser un país “normal”.

[cita]Sería bueno que supieras que ya hay en el Parlamento un proyecto de Ley de Migraciones. Comienza recién la discusión. Ningún candidato puede decir que hará una ley: el Presidente Piñera ya la hizo. Buena o mala, está por verse, pero no lo pongamos como eslogan de campaña. Nuestra patria se ha construido a partir de migrantes desde hace siglos. Los migrantes son una riqueza humana, no se nos vaya a colar por entre los dedos. Eso sí sería perder una oportunidad.[/cita]

En Chile, la visa de trabajo la entregan una vez que un extranjero tiene un contrato laboral. Lo nefasto sucede cuando un extranjero trabaja sin contrato. Entonces sí que introduce una distorsión en el mercado laboral. Pero quien comete un delito es el empleador, no el migrante. Además, deja en la más completa desprotección al inmigrante que llega a trabajar: no hay salario mínimo, ni mucho menos AFP ni Isapre.

Dicen que la presencia de migrantes afecta el desempleo y presiona los salarios a la baja. La evidencia internacional indica que el fenómeno migratorio no tiene impacto sobre los salarios ni el desempleo, sino hasta que la proporción de migrantes supera el 10 % en una región o sector industrial. En un estudio de la Universidad de Chile y la OIT (2012) sobre el impacto de la migración en el mercado laboral chileno muestra que en promedio los migrantes son el 1 % de los distintos sectores económicos, con un máximo de 3 % en un par de ellos. Dicen los autores, Ruiz-Tagle y Contreras, que el efecto en el mercado laboral es prácticamente nulo. Además, reciben en promedio un 27 % más de salario. Por lo visto, el mito de la presión en los salarios también cae. ¿Estamos conscientes del aporte que hacen los extranjeros a nuestro PIB? ¿Sabemos cuánto consumen o cuántos impuestos pagan? Si no tuviésemos dudas sobre el Censo del 2012 lo habríamos sabido…

Me preocupa que esto se plantee en términos económicos —su aporte o no a la economía— sin ponernos en la situación de desprotección legal que tienen estos seres humanos. La protección de la salud y el derecho a la educación de los niños, me parece que deben ser garantizados por cualquier país, a cualquier ser humano, venga de donde venga. Prestar ese servicio es, además, parte de los convenios que hemos firmado internacionalmente. Es, también, lo que utilizan los chilenos cuando están en el extranjero.

Y, si no es por humanidad, por último que sea por reciprocidad. ¿Sabe usted que los chilenos en el extranjero son más del doble que los extranjeros en Chile? ¿Dónde van a la escuela? ¿Dónde se atienden sus enfermedades? ¿Sabe que el hospital de la Solidaridad de Tacna tiene en promedio 40.000 atenciones mensuales a chilenos?

En general se piensa que el migrante que llega es “lo que botó la ola”. Los datos del estudio citado muestran que tienen mayor instrucción formal que los chilenos. Además, póngase en el lugar de alguien que sale de su país en busca de mejores oportunidades. Deja a su familia, amigos, redes de contacto, con un costo afectivo enorme. ¿Cree usted que ese migrante viene a perder el tiempo? Puede haber casos puntuales. Pero la gran mayoría ciertamente no, viene con disposición a “sacarse la mugre” trabajando, poder mantenerse él/ella acá y su familia allá.

Con mucha facilidad se dice que habría que cerrar fronteras. La experiencia de muchos países indica que eso, lo único que promueve, es el ingreso ilegal y con riesgo vital de quienes migran. Si nos preocupa que migren, quizá habría que preguntarse por qué motivos la gente se ve forzada a dejar su país.

Finalmente, se da el drama de personas sobre calificadas, extranjeras, que toman puestos de trabajo que requieren poca preparación. Conozco ingenieros trabajando en bombas de bencina y profesoras de inglés o enfermeras que están de empleadas domésticas. ¿No es esto una estupidez? No pueden, o no los dejamos, convalidar sus estudios. Nos perdemos su aporte.

Sería bueno que supieras que ya hay en el Parlamento un proyecto de Ley de Migraciones. Comienza recién la discusión. Ningún candidato puede decir que hará una ley: el Presidente Piñera ya la hizo. Buena o mala, está por verse, pero no lo pongamos como eslogan de campaña.

Nuestra patria se ha construido a partir de migrantes desde hace siglos. Los migrantes son una riqueza humana, no se nos vaya a colar por entre los dedos. Eso sí sería perder una oportunidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias