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El cerco de los fácticos sobre Michelle Opinión

El cerco de los fácticos sobre Michelle

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Edison Ortiz González
Por : Edison Ortiz González Doctor en Historia. Profesor colaborador MGPP, Universidad de Santiago.
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Digámoslo con todas sus letras, la operación salvataje de Camilo, la reinstalación de Insulza como candidato a senador (el burócrata centralista por antonomasia), así como el voto favorable a Chevesic de Escalona y el PDC, no son ni una estrategia de la Falange, ni el símbolo de la falta de cohesión en la Nueva Mayoría.


¡Que se ha creído!, ¡Esto no es posible!, ¡Hasta cuándo!, ronroneaban los parlamentarios y los fácticos de la Nueva Mayoría mientras participaban de la celebración del Michelazo del 30 de junio en el Hotel Plaza San Francisco. Como nunca antes la candidata se veía sonriente y en paz, y con mayor firmeza repetía que el país requiere cambios profundos en educación, tributación e institucionalidad. Era su respuesta al cerco que el partido trasversal (o los fácticos de la Concertación), le venían preparando desde hace semanas y cuya punta del iceberg fueron las declaraciones de Gutenberg Martínez sobre Escalona previas a las Primarias.

Razones tenían entonces ellos, para manifestar su furia aquella noche. Si uno compara las imágenes de Frei pasando a segunda vuelta el 2009, y las de Michelle el pasado 30 de junio, ambas hablan por sí solas. El 13 de diciembre de ese año, ya tarde, Frei Ruiz-Tagle, quien había obtenido la votación más baja de un candidato presidencial de la Concertación, aparecía rodeado de los parlamentarios electos de la coalición, en particular de aquellos más exitosos. De hecho la imagen de un Frei mal genio, se minimizó en medio de tanto personaje. La mayoría estaba ahí porque la sumas de las listas parlamentarias de la coalición oficialista eran ampliamente superiores a las exiguas cifras del candidato, por lo tanto, lo que evidenciaba la foto es que, ahora, el milagro dependía de ellos más que del propio presidenciable.

[cita]El partido transversal de los Martínez, los Pérez Yoma, los Escalona, los Correa, los Walker y los Insulza, no dejó ni antes ni después del 30 de junio de perseverar con su estrategia de cercar a la candidata introduciendo contrapesos para aminorar su voluntad transformadora y regresarla al redil del conservadurismo, donde ellos tienen manga ancha.[/cita]

Dicha postal contrastaba con esta otra: una Michelle solitaria y radiante rodeada de una escenografía construida exclusivamente para ella, que recibía a un derrotado Claudio Orrego que concluía de ese modo su vía crucis, mientras abajo, sin cámaras, ni entrevistas, pululaban los parlamentarios que poco tenían que ver con su triunfo y los fácticos de siempre. Su propia coalición, y en particular los líderes de su propio partido, desde que ella aterrizó en Chile no habían hecho más que ponerle piedras en el camino y continuaron en ese menester incluso durante la semana posterior al triunfo, cuando la mayoría de ellos, a pesar de los recados que se emitieron desde el propio comando, votaron a Chevesic, o siguieron insistiendo en el rescate de sus muertos más emblemáticos.

En efecto, a pesar de la abrumadora victoria y de la masiva participación, el partido transversal de los Martínez, los Pérez Yoma, los Escalona, los Correa, los Walker y los Insulza, no dejó ni antes ni después del 30 de junio de perseverar con su estrategia de cercar a la candidata introduciendo contrapesos para aminorar su voluntad transformadora y regresarla al redil del conservadurismo, donde ellos tienen manga ancha. Porque digámoslo con todas sus letras, la operación salvataje de Camilo, la reinstalación de Insulza como candidato a senador (el burócrata centralista por antonomasia), así como el voto favorable a Chevesic de Escalona y el PDC, no son ni una estrategia de la Falange, ni el símbolo de la falta de cohesión en la Nueva Mayoría. Tal artilugio supera lejos a un partido que después del domingo 30 respira artificialmente o está a mucha distancia de la hipotética desunión valórica. Los tres hitos descritos evidencian que los fácticos de la Concertación, si bien han sido debilitados por la candidata, no están del todo derrotados. Continuaremos sabiendo de ellos a través de sus “operaciones” que publicitarán ampliamente los periódicos ligados a Copesa y los Edwards.

Y Michelle seguirá encontrando en su frente interno, su hueso más duro de roer. Hasta ahora, ha salido exitosa de todas las escaramuzas que le han tendido. Seguramente los chilenos impávidos seguiremos viendo el desarrollo de esta disputa.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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