ANÁLISIS
Donde el asunto resulta derechamente incomprensible es con Giorgio Jackson: es difícil imaginarlo en ese parlamento solo, como Toribio el Náufrago, defendiendo sus causas. En la lógica del estado portaliano, va rumbo a la ‘cooptación’, proceso que se inició formalmente el lunes. Y hay que decirlo: por noble que sea la causa, la metodología no fue distinta a la que emplea habitualmente la UDI.
Uno de los elementos que más caracterizó al gobierno mexicano durante 70 años fue la existencia de un partido predominante —el Partido Revolucionario Institucional (PRI)— que supo combinar renovación y orden, vía la cooptación institucional, permitiendo que coexistieran un cierto grado de inclusión —subsidios, incorporación de sectores jóvenes y de segmentos populares, reforzado con un manejo clientelar de la ciudadanía— con el control conservador y monopólico de los sectores claves de la administración (Hacienda y políticas públicas, de carácter marcadamente neoliberal), a excepción del progresista presidente Lázaro Cardenas en los años treinta. Pues bien, el comando de la más probable próxima mandataria, y también los partidos que la apoyan, han revalidado la práctica ‘priísta’ en Chile. Hay tres hechos recientes que avalan esta hipótesis.
EL DEDAZO PARLAMENTARIO
Después de tanto discurso, proclamas y llamamientos a la renovación, lo cierto es que las dos principales listas parlamentarias han exacerbado las arbitrariedades a las que puede llevar el abuso del binominal y llama la atención que la Nueva Mayoría se haya empatado con la derecha en esta materia. En muchos distritos y circunscripciones imperó la lógica del “dedazo”, poniendo competidores de bajo tonelaje y dirigentes del establishment —aproximadamente un 85 % de ellos va a la reelección—, los que se aseguraron, de ese modo, un nuevo periodo. Operó al interior de la coalición un doble dedazo: el de los aparatos que controlan los partidos y el de la propia Michelle que impuso a sus aspirantes clave. Mientras en el primer caso (aunque no hay una diferencia sustantiva entre lo que hizo Andrade, Tellier o Walker y la propia presidenciable) se actuó con una lógica patrimonial para mantener las cuotas de poder de una dirigencia cada vez más agónica. En el segundo caso, en tanto, la candidata intervino para asegurar una dosis homeopática de renovación de la imagen de los elencos parlamentarios, de modo de no proyectar un mero continuismo.
[cita]Se sabe que Andrea Repetto, la actual encargada temática, tiene un perfil distinto al de Aldo González y, por lo menos, genera un cierto respeto entre las asociaciones de consumidores, aunque ello no primó al momento de tomar decisiones: el think tank bacheletista Espacio Público hoy da a conocer su agenda mediante la realización de un seminario que será comentado por el ex ministro de Piñera Juan Andrés Fontaine y el ex director del Sernac de Bachelet, José Roa. Y es posible imaginar, por el carácter de sus integrantes, donde habitan defensores de Inverlink, Preunic, de las farmacias en general y de la Ahumada en particular, que no habrá algo muy distinto de lo que hoy existe y que, se supone, será más o menos similar a la propuesta que hará el Comando.[/cita]
Ya lo dijo el propio José Antonio Gómez: “El parlamento requiere cambios estructurales que no veo que se hagan si se eligen a las mismas personas”. También resulta curioso lo sucedido con los dos rostros más emblemáticos del movimiento estudiantil de 2011: se levantaron contra el sistema, y aparecen hoy blindados por el mismo modelo contra el que se alzaron. El caso de Vallejo, es más explicable: su militancia comunista la acerca más a este tipo de cultura política. Donde el asunto resulta derechamente incomprensible es con Giorgio Jackson: es difícil imaginarlo en ese parlamento solo, como Toribio el Náufrago, defendiendo sus causas. En la lógica del Estado portaliano, va rumbo a la ‘cooptación’, proceso que se inició formalmente el lunes. Y hay que decirlo: por noble que sea la causa, la metodología no fue distinta a la que emplea habitualmente la UDI. En Michelle, el fin sí justifica los medios.
Esta semana está en desarrollo otro hecho relevante para las disputas ciudadanas que vienen. Conadecus, la emblemática agrupación de defensa de los consumidores, ha resuelto no “casarse” con ninguna candidatura en particular, y prueba de ello es que ayer lanzó su agenda, la que prometió distribuir entre todos los presidenciables por igual. Ello no es menor, pues desde el discurso de El Bosque, en que la candidata habló derechamente del abuso de empresas que estafan a sus clientes y de la letra chica que afecta a millones de consumidores endeudados, dio paso luego a la nominación de su comando en esta área y al distanciamiento de la organización que preside un socialista, señal inequívoca de que pasó harta agua bajo el puente. Se sabe que Andrea Repetto, la actual encargada temática, tiene un perfil distinto al de Aldo González y, por lo menos, genera un cierto respeto entre las asociaciones de consumidores, aunque ello no primó al momento de tomar decisiones: el think tank bacheletista Espacio Público hoy da a conocer su agenda mediante la realización de un seminario que será comentado por el ex ministro de Piñera Juan Andrés Fontaine y el ex director del Sernac de Bachelet, José Roa. Y es posible imaginar, por el carácter de sus integrantes, donde habitan defensores de Inverlink, Preunic, de las farmacias en general y de la Ahumada en particular, que no habrá algo muy distinto de lo que hoy existe y que, se supone, será más o menos similar a la propuesta que hará el Comando. En ella, más que medidas, hay un diagnóstico y un mea culpa respecto de lo que no se hizo anteriormente, como regular las mediaciones colectivas y/o autonomizar el Sernac y la creación de un Consejo colegiado, soluciones que según los especialistas van en la línea de reconocer las deudas del pasado pero que no llegan a declarar políticas concretas que aminoren los abusos que andan a la orden del día. Conadecus, en tanto, les ganó la partida, se adelantó a su acto e hizo pública su agenda donde resaltan las diferencias: proponen, entre otras cosas, establecer la protección de los derechos de los consumidores como un principio constitucional: “Principio Pro-Consumidor”, regular los contratos de adhesión, terminar con el interés sobre interés, modificar los procedimientos judiciales para las demandas colectivas, y un conjunto de medidas en que se pasa de los diagnósticos a la implementación de normas concretas que detengan el abuso sobre abuso.
Ambas agendas son diametralmente distintas, tanto por quienes las confeccionaron como por los postulados presentes en ellas: mientras en la primera están conocidos personajes del lobby y de las defensas corporativas, en la segunda está la asociación de consumidores que ha dado las batallas más emblemáticas —Banco Estado, fusiones, farmacias, educación— en la construcción de la ciudadanía moderna y que hoy pone bajo la lupa a los bancos y las telecomunicaciones.
Donde definitivamente no hay nada, habida cuenta de la enorme cantidad de abusos que se generan, es en regulación económica y libre competencia. La candidatura de Michelle no ha dicho un ápice sobre estas importantes materias. En efecto, no hay un solo párrafo, o discurso en que se postule la regulación de las fusiones —Conadecus postula que cuando alcanzan el 25 % deben ser declaradas por obligación—, menos donde se limite la integración vertical, medidas de precio justo que protejan al comercio minorista y donde el diferencial por el precio de la venta por volumen no supere el 10 % entre la máxima y la mínima, así como la sanción efectiva a ejecutivos y empresas que sean detectados infringiendo normas y puedan, definitivamente, ser condenados a penas aflictivas, por poner algunos ejemplos. Hemos conocido en el país estafas millonarias donde finalmente los ejecutivos son absueltos sin ninguna pena, lo que es, realmente, insólito si se lo compara con lo ocurrido en la cárcel de San Miguel, donde uno de los reos fallecidos estaba detenido por vender CD piratas. Los empresarios, al parecer, pueden seguir sonriendo.
Si uno revisa la lógica del actuar de la presidenciable, y por ende de su comando, prima un cierto despotismo ilustrado de naturaleza Borbónica: la construcción de una agenda de consumidores sin la participación de los involucrados directos; así como la ausencia de medidas efectivas en regulación y libre competencia, son un claro testimonio de que la lógica del PRI, ha terminado por instalarse en la centroizquierda chilena. Y ello, en un ambiente de crispación, pero también de esperanza, puede resultar exitoso. Lo que no está garantizado es que eso termine bien. Y México pude aportar mucha evidencia empírica sobre ello.
