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Reforma de pensiones: ¿y si hablamos claro? MERCADOS|OPINIÓN

Reforma de pensiones: ¿y si hablamos claro?

Gabriela Clivio
Por : Gabriela Clivio Economista, Founding member CFA Society Chile
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“Todas las desgracias del hombre provienen de no hablar claro”, declaró alguna vez el famoso novelista Albert Camus. Una frase que hoy, en medio del debate de las pensiones, me parece importante considerar. Para mejorar las pensiones se requiere el aporte continuo a lo largo de la vida productiva. Para esto, es necesario avanzar en la formalización de los contratos de trabajo, la reducción de la inestabilidad en el mercado laboral, mejorar las remuneraciones y, ojalá, tener la posibilidad de realizar aportes sin lagunas. También se debe avanzar en aumentar la tasa de ahorro, postergar la edad de jubilación –asegurando que el paso de los años no implique una precarización laboral–, e igualar la edad de jubilación entre hombres y mujeres.

Nada de esto depende de la industria de las AFP, sino que pasa por el compromiso de parte de varios actores de la sociedad. Estos son los temas medulares del problema de las bajas pensiones y no la existencia de las AFP o el giro único de estas y menos el encaje.

En 1981, en Chile, la esperanza de vida al nacer era en promedio 70 años. Actualmente, Chile es el país con mayor esperanza de vida en Latinoamérica, alcanzando esta los 80 años. La mejora en este indicador es consecuencia, entre otros factores, del desarrollo de la medicina, los avances tecnológicos, la mayor cobertura de los servicios de salud, las mejores condiciones sociales y culturales y finalmente de una mejor calidad de vida de la población. Mientras tanto el PIB per cápita alcanza ahora los 25.222 dólares. Primera conclusión: macroeconómicamente como país lo hemos hecho bien.

En un sistema de capitalización, donde el porcentaje destinado a la cotización obligatoria se ha mantenido inalterado, la mayor esperanza de vida se relaciona de manera inversa con las pensiones.

Adicionalmente, junto con el alza en esperanza de vida, aumentó el fin de la etapa activa, que sigue siendo 65 años para los hombres y 60 las mujeres, mientras que últimamente varios países han extendido la edad de jubilación y han igualado la misma entre los géneros. En resumen, es ante las mejoras en las condiciones sociales de algunos sectores y la mantención del porcentaje de cotización obligatorio del 10%, junto con la mantención de la edad de jubilación, que las pensiones terminaron siendo más bajas.

Desde que se crearan los multifondos hace 17 años, el fondo tipo C, el más parecido al fondo único que existía hasta ese momento, ha entregado una rentabilidad anual cercana al 11%. Los multifondos fueron un importante avance, ya que permitieron a cada cotizante decidir en qué tipo de fondo quería invertir de acuerdo a su perfil de riesgo y la etapa de su vida en la que se encontraba.

Aun así, no son pocos quienes no saben en qué fondo se encuentran invertidos sus ahorros para la vejez. Segunda conclusión: en materia de rentabilidad, las AFP han otorgado excelentes rentabilidades, permitiendo además una diversificación del portafolio de inversión, a la cual muchos cotizantes no hubiesen podido acceder de otra manera.

Para terminar, varios estudios de corte transversal han demostrado que el grado de desarrollo financiero es un importante determinante del crecimiento económico. En Chile en particular, más del 30% del desarrollo financiero ocurrido entre los años 1981-2001 fue consecuencia de la reforma del sistema de pensiones (el DL3.500), el mismo que hoy en día algunos legisladores quieren derogar. Dada la causalidad entre desarrollo del sistema financiero y crecimiento económico y siendo que en Chile el DL3.500 ha sido una pieza esencial del primero, lo que necesitamos como país es hablar claro y adecuar las reglas existentes, de tal manera que finalmente se retome la senda de crecimiento y avanzar en nuestro camino al desarrollo.

Mejorar el régimen previsional que existe, entre otras cosas igualando la edad de jubilación, aumentando la formalidad en el mercado laboral y adecuando los sueldos en un país donde el 69% de las personas gana menos de 550.000 pesos, nos permitirá contar con mejores pensiones a todos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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