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Habilidades de la juventud

Por: Mauricio Gutiérrez


Señor Director:

Ad portas de una nueva conmemoración del Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, es común leer frases del tipo “niños y niñas son el futuro” y “en manos jóvenes está cambiar el mundo”. Estos lemas de buena crianza impiden mirar de forma crítica el pasado, ayudan a evadir problemas del presente y nublan las posibilidades de acción de futuro, al endosar la responsabilidad a generaciones venideras. Poco podrán hacer las y los jóvenes si no apoyamos el desarrollo de sus capacidades. La pandemia lo dejó claro: en 2020, el impacto en el empleo en jóvenes fue más del doble que en adultos.

Las carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM) en particular entregan herramientas técnicas frente a desafíos complejos como el cambio climático. Los conocimientos disciplinares agregan valor a la sociedad, además de permitir a los jóvenes adaptarse a la vorágine de un entorno cambiante.

Pero estos conocimientos no bastan en una sociedad que necesita lidiar con la diferencia y la diversidad. Ello requiere gestión emocional y tolerancia, habilidades de comunicación, colaboración, pensamiento crítico y creatividad, todas claves para abordar desafíos como pobreza, desigualdad, cambio tecnológico y transición demográfica. Facilitar el desarrollo de habilidades blandas es una tarea importante. Requiere brindar oportunidades de aprendizaje o, como planteó Friedrich Hebbel, entender que “a menudo se echa en cara a la juventud el creer que el mundo comienza con ella. Cierto, pero la vejez cree aún más a menudo que el mundo acaba con ella. ¿Qué es peor?”

 

Mauricio Gutiérrez,
director Centro de Apoyo a la Enseñanza y el Aprendizaje.
Facultad de Ingeniería y Ciencias UDP.

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