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¿Volver al patrón oro? Opinión

¿Volver al patrón oro?

Sergio Arancibia
Por : Sergio Arancibia Doctor en Economía, Licenciado en Comunicación Social, profesor universitario
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En el mundo actual los principales tenedores de reservas en oro son Estados Unidos, que tiene 8.135 toneladas en sus reservas, seguido a buena distancia por Alemania, que tiene 3.355 toneladas, por Italia con 2.452 toneladas y por Francia con 2.437 toneladas.  


En la actual discusión respecto a cómo sacudirse del dominio internacional del dólar, en el comercio y en las finanzas internacionales, ha salido recientemente al tapete la idea de generar –en el contexto de los países miembros del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica)– una moneda avalada o respaldada por las tenencias de oro. 

En el mundo actual los principales tenedores de reservas en oro son Estados Unidos, que tiene 8.135 toneladas en sus reservas, seguido a buena distancia por Alemania, que tiene 3.355 toneladas, por Italia con 2.452 toneladas y por Francia con 2.437 toneladas.  

En quinto lugar en este ranking se encuentra Rusia, que tiene 2.327 toneladas de reservas en oro. Le sigue muy de cerca China, otro país miembro del grupo BRICS, que tiene 2.068 toneladas. De los países miembros del BRICS, el que se encuentra en el tercer lugar en materia de reservas en oro es la India, que tiene 795 toneladas. Brasil tiene 130 toneladas de oro y Sudáfrica 120 toneladas.  

En un sistema de patrón oro –que es conocido por la humanidad por su vigencia y aplicación durante gran parte del siglo XIX y que entró en crisis en el siglo XX– cada país puede emitir su propia unidad monetaria nacional, pero siempre respaldada por una cierta relación de cambio fija con respecto al oro. El comercio se podrá hacer en cualquiera de esas monedas nacionales, pues cada una de ellas es convertible en oro, y tiene una relación de cambio fija con ese metal. Cada país tiene, además, una cantidad de oro en sus reservas, claramente conocida por todos sus socios, de modo que todos saben cuánto oro tiene cada uno y cuánto respaldo están en condiciones de dar a sus respectivas monedas. En la práctica, comerciar en cualquiera de las monedas nacionales es casi lo mismo que negociar directamente en oro, pues todas son obligatoriamente convertibles en ese metal. 

Si un país emite una cantidad de unidades monetarias superior a la cantidad de oro que posee, esa moneda se depreciará, para que el valor de cada unidad monetaria se corresponda con la cantidad de oro que se supone avala a esa moneda. Mientras dure el proceso de devaluación y de reordenamiento del precio en oro de esa moneda, esta pasará a no ser aceptada en el comercio y en las finanzas internacionales, precisamente porque su valor en oro estará en proceso de ajuste. En otras palabras, cada país pierde absolutamente la posibilidad de llevar adelante, en forma autónoma, medidas de política cambiaria y comercial, pues la herramienta de la devaluación de la moneda –tan usada hoy en día por todos los países– sale del arsenal de herramientas que las autoridades de cada país tendrán en sus manos. 

Y como Rusia y China son los países BRICS que tienen la mayor cantidad de oro en sus reservas, son los que quedarán en mejor situación como para que sus respectivas monedas nacionales –o las que pasen a emitirse después de esta decisión de basarse en el patrón oro en el seno de los intercambios entre los países BRICS– sean usadas como monedas de cambio y de reserva en el seno del grupo. En la práctica, esos dos países tendrían en sus manos la capacidad emisora de la unidad monetaria que circule dentro del grupo. 

Brasil y Sudáfrica, y los demás países que se integren a este grupo, tendrían dificultades para que sus propias monedas sean utilizadas como medio de pago y mecanismos de reservas internacionales, pues tendrán poco respaldo en oro. La moneda de Rusia y/o de China pasarían a ser las monedas “fuertes” y seguras –pues tendrán un conocido, abundante y seguro respaldo en oro– y el resto de los países tendrán que proveerse de esas monedas a través del comercio con Rusia y con China, o pedir préstamos a esos países en esta nueva moneda áurea, para poder realizar sus compras de mercancías y de servicios financieros al interior del grupo. 

No queda claro qué ventajas tendrían los “países chicos” del BRICS con este mecanismo. Lo que sí queda claro es la bondad que este tendría para Rusia y para China.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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