Opinión
Crédito: Freepick
Desde sus inicios el psicoanálisis ha sido una disciplina que despierta resistencias y controversias. En la época de Freud fue hablar de sexualidad en tiempos represivos; hoy, proponer un proceso de elaboración de la sexualidad en la época de la inmediatez, el narcisismo y la omnipotencia.
El más que centenario psicoanálisis, ha estado desde sus inicios relacionado con la cultura y sociedad que lo rodea y, a la vez, en conflicto con ella. Lo que Sigmund Freud generó fue una propuesta revolucionaria. En un mundo que centraba la lectura de lo psíquico en algunos aspectos místico-religiosos, o bien solo en lo neurológico, la idea de una psiquis y sobre todo de un inconsciente, desafiaba “lo conocido”.
Su experiencia con Charcot y la hipnosis le abrió un mundo que lo acercó a la concepción de la motivación inconsciente. Que un síntoma como un desmayo o una parálisis podían tener su origen en alguna experiencia mental era francamente innovador y desafiante. En plena época victoriana, plantear que las motivaciones centrales eran sexuales, dando una lectura nueva sobre qué se entendía por sexualidad y no solo la clásica genitalidad, conflictuó aún más las cosas.
Ambos aspectos, un inconsciente organizador y la cosmovisión sexual, generaron reticencias y resistencias. En los pacientes y en la cultura. Quizás, por esto, en más de una oportunidad Freud escribió trabajos para ilustrar al entorno de lo que pensaba, y de las dificultades existentes, como El Malestar en la Cultura o Tótem y Tabú.
En nuestro siglo, el psicoanálisis y su relación con el entorno ha cambiado, pero sigue siendo una propuesta que conflictúa, despierta resistencia y, por lo tanto, tiende a dejarlo en áreas a veces más silenciadas. Hoy, la sexualidad y sus prohibiciones no son el eje de los temas que se ven en la consulta, si bien siempre están e interpelan. Este es un siglo más narcisista que represor al estilo victoriano y, por lo tanto, los desafíos son más amplios. Nos enfrentamos a una cultura más inmediatista, quizás más concreta y pragmática, resistente a los procesos, muy tecnológica en un buen y complejo sentido.
Proponer un método de exploración, que requiere tiempo y trabajo, que no ofrece respuestas inmediatas sino más bien búsquedas, sin duda, despierta resistencias. Y la mayor manifestación está en la búsqueda de tratamientos rápidos, de ofertas mágicas. La omnipotencia es, quizás, el gran desafío de los psicoanalistas actuales, así como en tiempos de Freud fue la represión. El hombre y la mujer actual se sienten capaces de todo y no renuncian a nada, por lo que enfrentarse con los duelos y sufrimientos propios de la vida es difícil de soportar y procesar. Estos son los desafíos que los pacientes de hoy demandan a los psicoanalistas, que entienden que el crecimiento mental es un arduo proceso de elaboración emocional y pensamiento.
La relación del psicoanálisis con la cultura, ayer y hoy, en su esencia siempre ha sido compleja. Esto ha llevado, en ciertas culturas más que otras, a que quede relegado a lugares más de elite, a círculos restringidos o académicos. Y, evidentemente, al espacio y la privacidad de la consulta.
La Asociación Psicoanalítica Chilena (APCh), perteneciente a la International Psychoanalytical Association (IPA), la organización mundial que Freud fundó y que organiza en el mundo a las distintas asociaciones psicoanalíticas, ha querido organizar un curso de difusión para público interesado de áreas afines de la salud, de la psicología, de las humanidades, para abordar estos temas fundamentales del psicoanálisis. En este ciclo de clases se incluyen artículos sociales de Freud y la historia de trabajos fundamentales de psicoanálisis que permiten entenderlos.
A la vez, revisamos a relevantes autores posteriores, como Melanie Klein y Wilfred Bion, que han aportado desde sus teorías un modelo de funcionamiento de la mente y las dinámicas de grupos, ayudando a la comprensión del desarrollo temprano de la psiquis y su incidencia en temas tan actuales y complejos como las migraciones, el pensamiento fanático y la agresividad en la sociedad.
Estos y otros temas serán abordados por profesores que enseñan psicoanálisis a los psicoanalistas de la APCh, en un lenguaje cercano que acerque nuestra disciplina a todos los públicos.
