Publicidad
Instituto Nacional Mixto: la carreta delante de los bueyes Opinión

Instituto Nacional Mixto: la carreta delante de los bueyes


El día 19 de diciembre de este año será un momento histórico para el Instituto Nacional, colegio fundado en 1813 por el libertador José Miguel Carrera, pues los sus tres estamentos vivirán una jornada de debates y exposiciones en su aula magna, para analizar la posibilidad de conformarlo mixto.

Como ex alumno, considero que, si hay buenos argumentos pedagógicos, intelectuales y espirituales, esta institución fundadora de la república podría dar ese paso. Estoy abierto a ser educado por expertos multidisciplinarios.

Imagino que deben existir también argumentos pedagógicos, políticos o de otra índole en contra de tal posibilidad. Se trata siempre de debatir con altura de miras, sin sectarismos, fanatismos, propuestas para la galería o visiones radicales ajenas a lo fundamental: el bien de las personas, la educación y la institución.

El problema radica en el proceso impulsado por el sostenedor del colegio, el alcalde Felipe Alessandri, pues peca de importantes falencias. El día del exalumno 2018 el aula magna congregó a más de 400 ex alumnos que acudieron a colaborar con dinero y voluntades, pero ni se les informó del cronograma para esta consulta que los excluye. Hace poco, se les aceptó aportar dos oradores, pero de todas formas los ex alumnos no tendrán derecho a voto.

Un paso tan importante, no puede darse de esta manera, sobre todo, porque el Instituto Nacional está inmerso en uno de los momentos más oscuros de su historia.

La municipalización de 1986 condenó a la educación pública a la ruina y el colegio no pudo escapar a la debacle. Treinta y dos años después padece gravísimas falencias de infraestructura, violencia interna, violencia política con corta calles y tomas ilegales, profesores sobre pasados, brutal insolvencia en el número de inspectores y personal de aseo, sin mencionar el peor momento respecto a la disciplina que se tenga memoria. Realidades duras, ante las cuales se mira hacia el techo.

Tomar esta importante decisión hoy, sin resolver antes los enormes forados que hace tres décadas ingresan torrentes al buque, es poner la carreta delante de los bueyes. Por más que la sociedad considere adecuado forzar un sí o un no, surge de toda irracionalidad irse de vacaciones cuando la casa no tiene las cuentas del agua al día y los hijos pasan hambre.

El sostenedor y la rectoría han establecido una comisión foro y conversatorios que ya fueron realizados según informan, pero no sabemos de los documentos emitidos al respecto, o si los estamentos están bien informados para asumir tamaña decisión.

Los ex alumnos están presentes en una historia de más de 70 años y no han sido ni informados o integrados a esta primera etapa. Es una comunidad enorme, equivalente a la generada por una universidad. Pero el asunto, empeora cuando el sostenedor avisa que, a fin de diciembre, se convocará a una votación de sólo tres estamentos.

Muchas de las decisiones impuestas han demostrado con los años empujar al colegio a su deterioro. ¿Se hará esto por la dignidad de las personas, hombres y mujeres, o sólo se busca posar de progresistas mientras el techo se presenta derruido?

Cada agosto los ex alumnos del colegio son convocados y homenajeados por rectoría y el sostenedor, por cuanto en sus siete décadas han conseguido movilizar recursos y voluntades para beneficio del colegio, con obras invaluables como el estadio del sector La Pirámide, la reconstrucción del refugio de El Tabo, la costosísima Aula Magna y hoy, que el colegio se cae a pedazos, el proyecto Sala por Sala.

A ese respecto, el Instituto Nacional posee 52 salas y en su 100% estaban destruidas, como salitrera abandonada, hasta que llegaron los ex alumnos del proyecto www.SalaxSala.cl. Ellos han logrado despertar a cientos que ven con angustia cómo el abandono de la élite a la educación pública, tiene cumpliendo exigentes jornadas académicas a los alumnos en la indignidad de salas propias de una penitenciaría chilena.

Con enorme esfuerzo económico y trabajo han convocado a antiguos cursos para reconstruir. Hasta el momento han rehecho 9 de las 52 y se espera que en cinco años se logre hacer lo que ni el Estado, ni la élite que lo tiene atrapado, hizo en tres décadas por este primer foco de luz de la nación.

No hablamos de poner algo de pintura, se trata de reconstruir una sala devastada, cuyo costo fluctúa entre los 5 a los 7 millones de pesos por cada una, pues implica recuperar el suelo, la madera de los bancos patrimoniales, instalar cortinas en enormes ventanales, pintura especial, colocar data show, rescatar la pizarra, hasta re ubicar, lo más simbólico, la mesa del profesor para que con dignidad éste pueda pasar la lista o enseñar teoría de conjuntos (materia que reprobé).

El Instituto Nacional alberga a más de casi 4 mil alumnos e implica entre apoderados, profesores, asistentes de la educación, personal de aseo, una comunidad de más de 13 mil personas. Sin embargo, es hoy una colectividad fraccionada, con tres centros de apoderados en pugna, que opinan diferente respecto a asuntos tan graves como la violencia política instalada hace años. Hoy no es un lugar seguro para estudiar, por algo este año hubo baja postulación y escasa lista de espera, sin contar con las cifras de retiro.

Aún no está claro qué impacto tendrá el tema de la selección. ¿Si no hay selección y se aplica el modelo académico del IN, será un nuevo liceo Augusto D´Halmar de Ñuñoa, donde ingresan 200 estudiantes y sólo egresan 60? ¿Puede el IN financiarse con incorporación de 600 alumnos en 7° y graduación de 100 en 4° medio? ¿O lo convertirán en uno sin exigencia académica para evitar descalabros?

Otro problema serio: Existe un número significativo de alumnos de la jornada de la mañana que consumen alcohol y marihuana hace tiempo, con uniforme puesto, en la Plaza Londres, entre las 14 y las 16 horas. ¿Sabe de ésto el alcalde, rectoría, inspectoría, o los apoderados? La respuesta es sí, pero todos se pasan la pelota.

¿Puede el IN integrar a mujeres a este liceo hoy tipo Mad Max? Los alcaldes tratan a la educación como señores feudales. ¿Se puede forzar el debate, antes de que los colegios de la comuna superen la nefasta municipalización e ingresen al Servicio Local de Educación? ¿Es un gustito para dañar, antes de que llegue la reforma?

Lo racional, es incluir en el referéndum una tercera opción llamada “Moratoria de dos años”, porque recién la comunidad está despertando del letargo respecto a la oscura realidad del colegio, ése que un día soñó José Miguel Carrera para formar, tal vez también, mujeres que dirijan, defiendan y den honor a la república.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias