Aunque terminaron el estado de emergencia y el toque de queda, se mantiene en Chile la rebeldía de millones, las calles siguen atestadas de manifestantes, con réplicas cotidianas del terremoto social que ha sacudido al país, cuyo saldo incluye una veintena de muertos, más de mil heridos y los detenidos que superan los 3.000, según datos del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
Se habló de radicales cambios en el gabinete de ministros; el presidente quiere hacer creer que la manifestación más grande de la historia no fue en su contra y las cúpulas políticas maquinan un pacto social sin admitir sus propias responsabilidades.
Los deportistas, con rarísimas excepciones, se han alineado con la gente. «Fuerza Chile», se leía en la bandera con la que la selección Sub’17 posó ante las cámaras antes de su debut contra Francia en el Mundial de la categoría que se juega en Brasil.
El equipo dirigido por Cristián Leiva tuvo un negativo estreno en el Grupo C del torneo. Perdió por 2-0 ante los galos, que fueron superiores en la cancha del estadio «Serrinha», de la ciudad de Goiania y que en dos minutos (63 y 64) anotaron los goles que les dieron el triunfo.
La Rojita debe jugar aún con Haití y Corea del Sur en esta fase, y tendrá que mejorar su juego para no volver con las manos vacías. Puede que no lo logre, pero el mensaje en la bandera fue inequívoco respecto de lo que opinan los jugadores sobre la realidad del país.
Durante estos días convulsos han sido constantes los gestos similares de deportistas destacados, que han adherido al clamor de cambios en el modelo económico y sistema político en procura de superar sus inequidades estructurales.
Entre ellos, los más conocidos, como Claudio Bravo, Arturo Vidal, Christiane Endler, Gary Medel, Alexis Sánchez o el gimnasta Tomás González. Este fin de semana se sumaron desde México Nicolás Castillo y Jean Meneses, con gestos favorables a las manifestaciones, tras anotar goles para el América y el León, respectivamente, en el torneo mexicano. Desde España hizo lo propio la seleccionada nacional Bárbara Santibáñez.
Los argentinos Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli, extécnicos de la Roja, también se pronunciaron. «Es admirable lo que está haciendo el pueblo chileno, y sobre todos los ciudadanos comunes», dijo en Inglaterra, donde dirige al Leeds, el Loco. Los chilenos «son un ejemplo para todos los países», remarcó.
«Valorizo mucho la reacción del pueblo chileno después de tanto tiempo de opresión», dijo por su parte, desde Brasil, Sampaoli, entrenador del Santos.
En Chile, figuras como Mario Salas, entrenador de Colo Colo, o César Pinares, puntal de Universidad Católica, participaron activamente en marchas y manifestaciones.
Ya sin militares en las calles, el torneo chileno se reanudará esta semana, con la disputa de la vigésimo octava jornada, y no con la vigésimo quinta, que se suspendió por las manifestaciones y medidas represivas.
Esa fecha, que incluye el clásico Universidad Católica-Colo Colo, seguirá pendiente, lo más seguro es que se convierta en la última.
La UC visitará ahora a Unión Española, mientras Colo Colo viajará a Iquique, en ambos casos el sábado 2 de noviembre. La U.de Chile jugara el jueves con O’Higgins, en el arranque de la fecha, que cerrará el domingo, con el partido Curicó-Unión La Calera.
La UC suma 53 puntos, Colo Colo acumula 39 y Palestino 38, en la cabeza de la tabla, que cierran Iquique, con 24, y Universidad de Concepción, con 23 puntos. La U.de Chile, también con 24, supera a Iquique por diferencia de gol.
El 23 de noviembre próximo debería disputarse en el Estadio Nacional la final de la Copa Libertadores 2019, entre River Plate y el Flamengo de Brasil, que en las semifinales dejaron en el camino al Boca Juniors y el Gremio de Porto Alegre, respectivamente.
Las protestas y la declaración del estado de emergencia en casi todas las regiones de Chile pusieron en duda el partido final, con gran inquietud en los dirigentes de la ANFP.
La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) anunció que el pasado 21 de octubre revisaría el asunto, tras afirmar que mantenía «su compromiso de disputar la final única de la Libertadores 2019 en la fecha, lugar y hora acordados inicialmente», pero agregó que «el análisis se continuará realizando y se tomará en cuenta la seguridad de los clubes, jugadores, hinchadas y medios de comunicación acreditados». Desde entonces no ha dicho nada.
El Gobierno de Sebastián Piñera gastó 5,2 millones de dólares en arreglar el estadio y dejarlo en condiciones de acoger la gran final, con entradas que cuestan entre 177.000 y 56.000 pesos (250 y 80 dólares).
La falta de pronunciamiento de la Conmebol ha mantenido la incertidumbre sobre el partido, aunque según la historia debería jugarse si en Chile retorna la normalidad, aunque sea en apariencia.
No obstante, en la ANFP se siguen comiendo las uñas.
