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Inflación: el desafío de controlarla y su historia en Chile Opinión

Inflación: el desafío de controlarla y su historia en Chile

Cristián Araya M
Por : Cristián Araya M Gerente de Estrategia de Sartor Finance Group
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Sorpresa generó haber cerrado el 2022 con una inflación de 12,8%. Esta cifra nos hizo recordar nuestra historia inflacionaria, la que si bien puede no ser muy conocida por la población joven, sí lo es (y de primera mano) por nuestros padres, abuelos y tíos, entre otros. Así, comienza a surgir la búsqueda de semejanzas e inevitablemente, el sentimiento de cautela. 

Chile ha sido a lo largo de su historia un país inflacionario. Hubo décadas en que este flagelo parecía incontrolable, con un promedio de 55% entre 1940 y fines de los 80. Gracias a la autonomía lograda por el Banco Central (1989), se logró la estabilidad y dejar los fantasmas de la hiperinflación atrás, acompañado de una serie de reformas, disciplina fiscal y la aplicación de política monetaria efectiva. Es así como, en los últimos 20 años, el promedio de inflación ha sido más cercano al 3,2%, por lo que el deterioro en el costo de vida reciente se ha dejado sentir con fuerza. Sin ir más lejos, durante el 2022, los alimentos subieron un 24,7% y el transporte un 18,3%, dos ítems altamente sensibles para el bolsillo y cuyo peso se siente en el día a día. 

La inflación, conceptualmente, es un menor poder adquisitivo de la moneda local, lo que en la práctica implica comprar menos cosas con el mismo ingreso, y no poder pagar deudas que suben rápidamente, ya que comúnmente están en UF. En ese momento es que presenciamos su transformación a un tema socialmente complejo de administrar para cualquier gobierno, por lo que la actuación coordinada, rápida y en los tiempos adecuados, permiten controlarla, inhibiendo un masivo descontento de los hogares. Las razones que causan una inflación, tienden a ser menos relevantes que las consecuencias para las familias, no obstante es importante comprender que, parte del escenario de precios elevados, radica en las ansias de consumir a veces de forma descontrolada, y en una cultura de ahorro que acusa bastante precariedad.

La pandemia nos dejó como herencia un mix económico complejo de administrar, entre crecimiento e inflación. Esta última, es combatida por el Banco Central, usualmente, subiendo la tasa de interés, con el objetivo de reemplazar consumo por ahorro. Las tasas de hoy (de 11,25%), que no veíamos hace tiempo, nos invitan a ahorrar: la zanahoria de hoy es mucho más atractiva que la de 12 o 36 meses atrás. Ahorrar hoy, dependiendo del monto, permitiría contar con un pequeño o gran colchón para el futuro, ayudando a compensar la pérdida de capacidad de consumo de tu sueldo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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