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Gabriela Mistral, educación y paz Opinión

Gabriela Mistral, educación y paz

Ignacio Sánchez
Por : Ignacio Sánchez Rector Pontificia Universidad Católica de Chile
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Con su notable trayectoria y compromiso con la educación y la paz, Gabriela Mistral dejó un legado duradero en el pensamiento y en la práctica intelectual latinoamericana en sus continuos viajes geográficos y escriturales.


Hemos realizado un encuentro organizado por el Centro para el Diálogo y la Paz y el Instituto de Historia UC con el que hemos querido rescatar la memoria de nuestra Premio Nacional de Literatura y su invaluable contribución al campo de la educación y la paz. Mistral se distingue no solo por su genialidad literaria, sino también por su dedicación incansable a la paz y a la educación, dos pilares fundamentales para construir una sociedad más justa y equitativa. Ya en 1922 el ministro de Educación de México, José Vasconcelos la invita a integrar los esfuerzos de la reforma educación en ese país, erigiéndola como Maestra de América. Gracias a esta experiencia pedagógica, se expresa que, “luego de su paso por México, Mistral, investida como Maestra de las Américas, comprendió que la educación debía relatar nuevamente la historia de los pueblos latinoamericanos.”

Esta resignificación de la identidad latinoamericana, a partir de una educación basada en el diálogo pacífico entre las comunidades, es de suma importancia en el discurso de Gabriela Mistral, quien cree que el rol de la mujer es fundamental para sustentar dicha educación para la paz desde la educación al interior de su familia, como también el rol que las profesoras cumplen en la educación de los niños. En la década de 1920, por ejemplo, América Latina, al igual que el resto del mundo, se encontraba inmersa en un periodo de profundos cambios y trascendentales transformaciones sociales. Múltiples corrientes intelectuales y políticas coexistían en el intento por encontrar una identidad común que reflejara la rica diversidad cultural y la urgente necesidad de paz en la región. Fue en este contexto que Gabriela Mistral, a través de su enfoque filosófico y profunda convicción de servicio, emergió como una figura clave en el florecimiento de una corriente de pensamiento en torno a la paz y la educación.

Mistral entendió que la paz verdadera y duradera solo puede alcanzarse a través del poder de la educación, el cual tiene la capacidad de transformar las mentes y los corazones de las personas. Fue en esta convicción que fundó escuelas rurales, trabajó incansablemente por la alfabetización y promovió la educación de las mujeres, reconociendo que el conocimiento y la igualdad, entendida como equidad social, son fundamentales para el desarrollo de una sociedad pacífica y justa. Su discurso sobre la paz y la educación no solo fue una respuesta al contexto histórico, sino también la manifestación de una visión más amplia e integradora del mundo.

La poeta y escritora abogó por la solidaridad entre los pueblos latinoamericanos, la colaboración y el entendimiento mutuo como pilares esenciales para construir un continente unido y pacífico. En su discurso ante la Academia Sueca en 1945, cuando es galardonada con el Premio Nobel de Literatura, manifiesta: “Por una venturanza que me sobrepasa, soy en este momento la voz directa de los poetas de mi raza y la indirecta de las muy nobles lengua española y portuguesa”. Su compromiso con la educación exigía la superación del divorcio lingüístico latinoamericano, integrando a Brasil con la América Hispana y en la línea de una concepción latinoamericana que concibiera a la región desde un diálogo de paz e inclusión.

Con su notable trayectoria y compromiso con la educación y la paz, Gabriela Mistral dejó un legado duradero en el pensamiento y en la práctica intelectual latinoamericana en sus continuos viajes geográficos y escriturales. Su voz educadora y firme resonó en cada una de sus palabras, inspirando a generaciones futuras. Esto se expresa en la actualidad a través de la defensa y trabajo por una educación integradora, así como en diversas iniciativas que propician el desarrollo de la paz y la armonía social en nuestra América Latina. A través de estas instancias de reflexión académica, buscamos continuar promoviendo la educación como el vehículo para la paz y la construcción de una identidad latinoamericana basada en el respeto, la solidaridad y la justicia. Esto nos ayudará a conocer en mayor profundidad a la Maestra de Chile y a construir una comunidad más diversa y dialogante, que avance en una mayor cohesión social.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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