Publicidad
Kast y Chile Vamos: enemigos íntimos Opinión Francisco Solís/AgenciaUno

Kast y Chile Vamos: enemigos íntimos

Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
Ver Más

Hasta ahora, Kast y Matthei están desplegando un discurso monotemático, focalizado en la seguridad pública. No tienen otros temas, ni menos han presentado un programa de gobierno que vaya más allá, lo que justifican debido al interés que la seguridad tiene para los chilenos.


La política chilena es así. Un día se dicen que son distintos, polos opuestos, que no se pueden ver. Se acusan de recibir ataques mutuamente, pero al día siguiente están sacándose fotos sonrientes, ofreciendo apoyos cruzados. Pragmatismo, le llaman algunos; falta de coherencia, le dicen otros. Quién sabe qué piensan los electores, los chilenos, al ver este espectáculo. Y, por supuesto, se da en todos los sectores.

Republicanos y Chile Vamos son dos expresiones de un mismo sector, pero distantes entre sí. Kast renunció a la UDI y fundó un partido a la derecha de la derecha. Compitió por fuera en las presidenciales de 2021 y se distanció brutalmente de la UDI, RN y Evópoli. Cuando Piñera estaba en el poder, llegaron a declararse opositores. En los dos fallidos procesos constitucionales, las diferencias se agudizaron.

Hasta hace un par de meses, Kast mantenía una distancia importante con el conglomerado de centroderecha. Crítico de Macaya y otros dirigentes de la UDI y RN, había dejado claro que no iría a primarias con el sector, más que por convicción, porque estaba seguro de que no sería invitado a la fiesta. Con esa premisa, el líder republicano y su equipo diseñaron una estrategia que consistió en manifestar las diferencias con Chile Vamos para, repentinamente, hacer un giro sorpresivo y mostrar una cara más amable con la centroderecha, intentando proyectar la voluntad de unidad. Pragmatismo puro.

Pero José Antonio no solo se preocupó de empezar a dar apoyos –inesperados hasta hace solo unos meses– a los candidatos del conglomerado de centroderecha, sino que se encargó también de deslizar, insinuar, que esperaba competir en las primarias del sector. Claro que esta actitud de humildad no es casual. Los republicanos venían de sufrir una dura derrota en el Consejo Constitucional, a lo que se sumó la fractura sufrida por “el lado derecho” del partido, con el retiro de varios militantes y actores claves de la campaña de 2021, que migraron a distintos movimientos más pequeños. Ya no están en el partido Gonzalo de la Carrera, los hermanos Kaiser y tampoco Tere Marinovic. Es más, Johannes Kaiser ya anunció que será candidato a La Moneda, representando a la derecha de la derecha de la derecha.

Y como el objetivo de Kast es llegar a la papeleta en la presidencial 2025, los gestos y señales hacia Chile Vamos han sido contundentes. Partió por anunciar “su apoyo” a varios candidatos clave para el conglomerado opositor, como Desbordes, Sichel o Daniel Reyes –el “delfín” de Rodolfo Carter–, para luego sacarse fotos con varios de ellos. José Antonio Kast ha asumido un perfil alto –estuvo en silencio y “guardado” después de la derrota en el plebiscito–, porque tiene claro que, si quiere lograr el objetivo de competir en primarias con Evelyn, tiene que nivelar la cancha.

De hecho, la alcaldesa de Providencia se ha disparado en las encuestas. Kast entiende que tiene que mostrarse competitivo –incluso si el objetivo es ir por fuera– y que tiene una tremenda ventaja frente a Matthei. El republicano goza de mayor autonomía y libertad, ya que no ocupa cargo alguno y, por tanto, puede opinar de lo que quiera, viajar e incluso acompañar a sus candidatos de lunes a domingo. Evelyn, en cambio, tiene más restricciones, debido a que permanecerá como alcaldesa hasta el mes de diciembre. Y aunque sale a criticar diariamente al Gobierno y a Boric –incluso más allá de lo prudente–, debe cumplir con la responsabilidad del cargo, es decir, con la jornada de alcaldesa. Por supuesto, Matthei podría renunciar a la alcaldía, pero el costo de imagen sería alto.

Kast, en cambio, está en campaña hace ya un par de meses, sacándole ventaja a su competidora. Se ha dedicado a viajar por Europa y Centroamérica, reuniéndose con líderes de extrema derecha. De hecho, el fin de semana pasado generó una gran polémica luego de participar en España en un encuentro organizado por VOX. Allí Kast se burló sin ninguna diplomacia del Presidente Boric, tratándolo de “travesti político”, lo que fue criticado por dirigentes tanto del oficialismo como de Chile Vamos.

Nuestros políticos tienen la mala creencia de pensar que viajar los ayuda a posicionarse como estadistas. Kast, en ese caso, aventaja a Matthei, quien para hacer lo mismo debe justificar los viajes ante la Contraloría. Sin ir más lejos, su recorrido por EE.UU. para ir a “aprender” cómo se mejora la seguridad –paradójicamente, en uno de los países más débiles en esa materia, donde la semana pasada hubo otra masacre en un colegio–, está obligada a justificar cada peso y cada día de ausencia en el municipio. ¿Lo habrá hecho con el viaje a Estados Unidos?

Hasta ahora, Kast y Matthei están desplegando un discurso monotemático, focalizado en la seguridad pública. No tienen otros temas, ni menos han presentado un programa de gobierno que vaya más allá, lo que justifican debido al interés que la seguridad tiene para los chilenos. Por supuesto que es importante, pero un futuro gobernante debería ser capaz de mostrar un proyecto global que encante a millones de personas, incluyendo las pensiones, salud, migración, entre otros temas.

De aquí en adelante, se debería exigir a las derechas que transparenten cuáles son sus diferencias. Por ahora son solo de forma, proyectando una competencia entre quién es más duro con los delincuentes. Claro que Matthei tendrá que hacer un esfuerzo por diferenciarse de la oferta que está haciendo Kast. Mal que mal, ella seguirá siendo alcaldesa y él podrá seguir recorriendo el mundo a punta de insultos y descalificaciones hacia Boric. Y, aunque el sentido común parece indicarlo, es la hora de que el republicano se dedique más a conocer Chile y su gente que a seguir recorriendo el mundo. Total, las elecciones son en nuestro país y no en España.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias