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EE.UU. ofrece a Chile ser aliado estratégico extra OTAN tras firma del TPI

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Estatus se otorgaría tras suscribir un convenio con la nación del norte que excluya a los norteamericanos de los alcances del Tribunal Penal Internacional. Pero nuestro país ya rechazó, hace un tiempo, dicha posibilidad y lo más probable es que lo haga nuevamente, señalaron especialistas. Expertos estiman que otra moneda de cambio sería mantener la presencia militar chilena en Haití.


Los nuevos legisladores deberán discutir el próximo año, en forma intensa, la ratificación por parte de nuestro país del Tribunal Penal Internacional (TPI), que fue creado para sancionar los crímenes de guerra y de lesa humanidad. Ya hubo un avance cuando la comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado aprobó la idea de ver el tema y pasarlo a sala. Sin embargo, las dificultades serán mayores después de dar el paso definitivo para firmar el convenio.

Ello porque Estados Unidos va a sacar seguramente su «cartita bajo la manga», como lo ha hecho con los otros estados que ya han ratificado el TPI, y lo más seguro es que ofrezca suscribir la firma de un convenio especial con ellos para que sus ciudadanos gozen de impunidad y no puedan ser juzgados por esta instancia.

Las conversaciones con nuestro país ya están avanzadas y, según fuentes allegadas a la Cancillería y a la cartera de Defensa, Estados Unidos ofreció a Chile que se transforme en aliado estratégico extra OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), condición que ya se le propuso una vez a nuestras autoridades, en 1997, cuando Argentina adquirió ese status, durante la administración de Carlos Menem, pero el gobierno de Eduardo Frei dijo que no.

Si existe tal ofrecimiento, a juicio del senador socialista Jaime Gazmuri, miembro de la comisión de Defensa, «es un asunto que hay que discutir. Tengo la impresión de que no es conveniente que Chile sea miembro estratégico extra OTAN porque no somos Atlántico».

Añadió que «nosotros deberíamos fortalecer nuestras políticas de seguridad comunes en el hemisferio y no jugar como una suerte de aprendiz de Estados Unidos o Europa.»

El legislador cree que a la vuelta del receso parlamentario se verá el TPI por la sala. «La comisión despachó por unanimidad el tema y eso es una señal, ya que la derecha estuvo renuente a firmar este tratado y ahora ha cambiado de opinión».

Requerido con respecto a qué va a pasar si después de ratificar el tratado, Estados Unidos ofrece la firma de un convenio bilateral para que los ciudadanos de su país que eventualmente pudieran cometer alguna transgresión a las leyes no sean juzgados, a cambio de reciprocidad para Chile, Gazmuri señala que «no debería haber esa opción y hay una discusión con los americanos que habrá que tener. Si el tratado rige en Chile, no debiera haber ninguna excepción para ningún país», sentenció Gazmuri.

«Si estamos en una jurisdicción internacional, ésta debiera ser universal. No veo qué problemas puede existir para que esto no opere en algún país, ya que estamos hablando de juzgamiento de crímenes de guerra o de lesa humanidad», aseveró.

La misma respuesta

El analista de Defensa Eduardo Santos cree que «la sociedad chilena va a dar la misma respuesta anterior» si le se ofrece la eventual condición de aliado extra OTAN a nuestro país después de firmar el TPI.

Junto con ello, advierte que si Estados Unidos ofrece firmar un convenio a nuestro país y no lo hacemos se pueden producir «problemas ya que hay muchos programas de intercambio en materia de defensa con el país del norte. Los norteamericanos financian entrenamiento de personas, pero no lo hacen con los países que han firmado el TPI y no han suscrito un acuerdo con ellos, Si nosotros queremos hacer entrenamiento con los F-16 o con el sistema de armas que estamos comprando, vamos a tener que pagarlo y, por ejemplo, no nos van a invitar a maniobras como Red Flag, Top One o Rimpac».

José Higuera, periodista y analista de la revista especializada Jane’s Defence Weekly, dice que «algunos ven este ofrecimiento de Estados Unidos ligado al tema de Haití. De aceptar la condición de aliado estratégico extra OTAN, Chile adquiriría obligaciones para con Estados Unidos que no se pueden rechazar así como así».

Agrega que «Washington quiere que las tropas chilenas permanezcan en el país caribeño, mientras que en Defensa y Cancillería hay mucha gente que piensa que, ante la no concreción de la ayuda económica prometida a esa nación y la no mejora de las condiciones de seguridad allí -el tráfico de armas, en su mayoría provenientes de Estados Unidos, continúa-, no hay razón para mantener a los militares allí. La retirada de Chile probablemente impulsaría a Argentina a seguir el mismo camino, lo que a su vez complicaría a Brasil».

Higuera sostiene que «la aceptación de esta oferta, de pasar a ser un nuevo aliado estratégico extra OTAN, tendría como más seguro efecto el que Chile tendría que mantener su presencia militar en Haití».

Expertos en el área coinciden con Higuera y creen que por tener esa condición, Chile tiene derechos y obligaciones asumidas, por ejemplo, en el caso de Haití. «Si nuestro país se quiere retirar y Estados Unidos nos dice que no, porque de hacerlo, nos quita la condición extra OTAN, quedaríamos muy expuestos. Es mejor que las relaciones con Estados Unidos, desde el punto de vista estratégico, tengan independencia»,

Acto de provocación

El director del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad Arcis, Carlos Gutiérrez, señala, a su turno, que «Chile va a estar presionado por el entorno latinoamericano para que no firme un acuerdo específico con Estados Unidos y lo otro es que hay un acuerdo político del Mercosur de actuar de conjunto, es decir, ratificar el TPI y no hacer esa consideración que Estados Unidos ofrece».

Consultado por la posibilidad de asumir el rol de aliado extra OTAN, afirma que «es muy difícil que Chile lo haga porque sería una señal errática de la política exterior de nuestro país, ya que en el contexto político y geográfico en el que Chile se encuentra es irrelevante para la OTAN, y eso podría acarrear más problemas vecinales o geopolíticos regionales».

En todo caso, asegura que «no creo que Chile asuma ser aliado extra OTAN y creo que eso es inviable. Seria una estupidez mayúscula, más encima con los problemas vecinales, sería un acto de provocación».

Recalca también la tardanza con que Chile va a ratificar el TPI. «De hecho, somos el único país latinoamericano que no lo ha firmado, lo que es una demostración de una política exterior vacilante, incluso en cierto sentido incoherente por todo el apego que la dirigencia y la elite política chilena ha establecido con respecto al derecho, a la preocupación de los grandes temas universales, como los derechos humanos, de los cuales Chile, más que nadie, debiera ser un promotor».

Por último, recuerda que a fines del año pasado, «como medida de presión, Estados Unidos ya suspendió la ayuda militar a varios países (que no suscribieron el acuerdo bilateral), entre los cuales estaban Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Se salvaron Colombia (que firmó el acuerdo con Estados Unidos), Argentina (como aliado extra OTAN, no estaba sujeto a la jurisdicción de la Ley Americana) y Chile, que no ha ratificado el Estatuto de Roma».

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