Solicitud fue realizada mediante una carta enviada al saliente mandatario trasandino, que el próximo lunes traspasa el poder a su mujer y gobernante electa, Cristina Fernández.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, pidió este jueves a su homólogo argentino, Néstor Kirchner, la colaboración del Gobierno de Argentina para lograr la liberación de la dirigente política colombiana Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC en 2002.
La solicitud, según la agencia española EFE, fue realizada mediante una carta enviada a Kirchner, que el próximo lunes traspasará la presidencia argentina a su esposa y gobernante electa, Cristina Fernández.
«La difusión de las pruebas de vida de dieciséis rehenes detenidos por las FARC desde hace muchos años ha conmovido al mundo entero», comienza la carta enviada por el presidente de Francia.
«Ha engendrado una profunda inquietud, especialmente en Francia, por el grave y manifiesto deterioro del estado de salud de la señora Ingrid Betancourt, capturada el 23 de febrero de 2002. En este caso se debe prevenir lo irreparable», señala la misiva reproducida por la agencia.
Sarkozy destacó que «más que nunca» la comunidad internacional «debe movilizarse y actuar con urgencia para llegar a una solución humanitaria que conduzca a la liberación de los rehenes».
«Esta iniciativa confirma mi compromiso de aportar la contribución de Francia a la búsqueda de la liberación de todos los rehenes, primer paso hacia una paz duradera en Colombia», asegura.
«Para alcanzar mi objetivo, tengo el apoyo de todos los franceses. Necesito también su apoyo. Estaré, al igual que todos mis compatriotas, muy agradecido por ello», añade.
El presidente francés recordó en su misiva que en las últimas horas pidió al jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), «Manuel Marulanda», alias de Pedro Antonio Marín, que libere a «la señora Betancourt, sin demora, a título humanitario».
«Como usted sabe, condeno sin reservas el accionar y los métodos de las guerrillas, pero ante una situación cuya persistencia desafía el entendimiento, y por obligación moral, siento que es mi deber dirigirme a ella», afirma.
