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¡Se acabó el recreo!

Recordamos el hermoso caso de Sujey Pérez, alumna del Liceo Mariano Latorre, que tiene puntajes SIMCE muy por debajo del promedio y cuyos alumnos están en alto riesgo social, publicado en La Tercera en Enero de este año. Sujey era la mejor alumna de su generación,  y cuando su profesor le preguntó si pensaba en ir a la universidad, contestó: «No, porque la universidad es para los ricos». Motivada por el profesor Cifuentes y su papá, quienes costearon a medias el preuniversitario, se decidió a intentar ingresar a Derecho en la Universidad de Chile. Aunque  por 40 puntos no logró entrar, ingresó a la Universidad Católica de Valparaíso, algo con lo que ni siquiera hubiese soñado si su profesor no la hubiese inspirado a mirar más allá.


Un perfecto ejemplo de cómo la educación puede acortar las brechas de desigualdad con la que los niños nacen, y el rol fundamental que tienen los maestros en esa tarea.

Son los profesores lo más relevante, y sistemáticamente temas inherentes a su labor son postergados para discutir temas importantes, pero que tienen estancada la discusión de la calidad hace años. Así, una carrera docente que motive una formación docente de calidad, condiciones de trabajo que  hagan que el apoyo del Profesor Cifuentes no sea una excepción, sino algo común, son cosas alcanzables si Chile se lo propone, pero que no se han hecho.

¿Por qué no avanza algo en lo que todos estamos de acuerdo? Porque los costos políticos y financieros de mejorar la calidad de la educación son de corto plazo, y los resultados se verán sólo en el largo plazo. Si se hace un cambio efectivo en las facultades de Pedagogía, los resultados se verán en la generación que egresa en cinco años más, y todos los cambios que afecten a los niños de primero básico podrán ser evaluados cuando terminen su enseñanza, a ocho o doce años plazo. Por lo tanto, si la clase política no tiene incentivos fuertes para promover un cambio profundo en la educación, seremos los ciudadanos los que tendremos que promover la importancia del tema, exigiendo que se tome en cuenta como verdadera prioridad.

Educación 2020 es un movimiento ciudadano creado para presionar a los actores a que deciden los temas país, prioricen en sus agendas el tema de la calidad educacional, enfocándose  en lo que pasa dentro de la sala de clases.

Hoy, Educación 2020 presenta una Hoja de Ruta de las acciones que a nuestro juicio se debieran tomar, de aquí al 2020, para que el sistema educacional tenga un efecto corrector de las brechas de desigualdad con la que los niños nacen en Chile. No creemos que este documento contenga  una fórmula mágica ni que sea la solución perfecta. Al contrario, es sólo el punto de inicio de una discusión que debe ser realista y eficiente, para que la dramática cifra de que el 40% de los niños no comprenden lo que leen, baje al 0% de aquí al 2020.

Si eres de quienes creen que esta situación es simplemente inmoral, te esperamos hoy a las 12:30 en la Plaza de Armas. Ahí lanzaremos nuestras propuestas a la ciudadanía, con una agenda corta de acciones que avanzan hacia el objetivo, y que se pueden implementar desde HOY. La presencia de todos se traducirá en una sana presión política que los candidatos presidenciales tendrán que enfrentar porque respecto de la baja calidad de educación en Chile…. ¡Se acabó el recreo!

*Mario Waissbluth y M. Fda Ramírez, Educación2020.

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