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Roberto Méndez: “Se pueden producir niveles de violencia y estallidos que hoy son impensados”

“Por eso es que el rechazo ciudadano a ambos sectores es parejo. La clase política está sorda y ciega; no quiere ver qué está pasando ni menos incorporar estas demandas ciudadanas. No se está produciendo un diálogo con la gente. Al contrario, hay un desencuentro que, si no se enfrenta seriamente, irá creciendo. Este es el momento para tratar de entender lo que están diciendo las miles de personas que salen a la calle”, menciona.


El presidente de Adimark, Roberto Méndez, cree que si la clase política no comprende las demandas ciudadanas, expresadas en manifestaciones masivas en las calles, “se pueden producir niveles de violencia y estallidos sociales que hoy son impensables”.

Esta es la visión que tiene Méndez luego de analizar los resultados de la última encuesta que muestra una fuerte caída de un 31% al apoyo de Sebastián Piñera y un aumento del rechazo a su gestión en un 60%. Por tal motivo plantea un “golpe de timón” que permita al gobierno replantearse la estrategia con la que busca llegar al 2014.

En una entrevista dada al diario La Tercera, el presidente de Adimark realiza un crudo análisis sobre la baja constante que ha tenido el gobierno a pesar que las cifras macroeconómicas muestran un avance significativo.

Para Méndez, las encuestas muestran que existen dos mundos en el país que se han ido separando a medida que aumenta la desigualdad. “En el Chile de hoy, la gran demanda es la igualdad y eso es transversal en las manifestaciones de los estudiantes, de las minorías sexuales y de los mediaombientalistas”.

En tal sentido, afirma que el grupo que más critica es el de los pobres, ya que están preocupados del alza del pan, del pasaje del Transantiago y no en el tema de La Polar ni en los conflictos del gobierno de la UDI.

Además, sostiene que ni el gobierno ni la oposición han entendido este nuevo escenario y se han quedado como simple espectadores. “Por eso es que el rechazo ciudadano a ambos sectores es parejo. La clase política está sorda y ciega; no quiere ver qué está pasando ni menos incorporar estas demandas ciudadanas. No se está produciendo un diálogo con la gente. Al contrario, hay un desencuentro que, si no se enfrenta seriamente, irá creciendo. Este es el momento para tratar de entender lo que están diciendo las miles de personas que salen a la calle”, menciona.

A renglón seguido precisa que “se pueden producir niveles de violencia y estallidos sociales que hoy son impensados. También puede provocar que surjan posiciones políticas muy radicales y disruptivas. Por eso es que el resultado de la próxima presidencial es impredecible, y considerando el estado de la opinión pública, el Presidente puede ser de continuidad, un concertacionistas o cualquier otra alternativa”.

Explica que el peligro que puede atravesar el país es que la política chilena dé una “vuelta compernicana” inimaginable, lo cual, a su juicio, tiene una parte positiva que es que se produce una renovación, pero también su lado negativo, que es la inestabilidad.

Méndez cree que el surgimiento de la reivindicaciones que la ciudadanía pide en las calles se debe al desarrollo que ha tenido el país, ya que las exigencias son propias de países desarrollados lo que se traduce en igualdad de oportunidades.

Explicaciones a la baja del gobierno

Méndez estima que una de las razones por las que el gobierno baja en las encuestas se debe al caso La Polar, agregando que la gente se siente excluida y “rechaza a los que tienen el poder y a las elites. A este gobierno se lo ve como el de los privilegiados y de los empresarios. Entonces cuando ocurre un escándalo en un grupo empresarial en el que sus directivos son amigos y ex socios de los que están en el poder, obviamente que también salpica al gobierno”.

Además, añade que otro factor que incide en la caída del Ejecutivo es que no está funcionando el diseño político y sobre Piñera, Méndez cree que la gente confía en la capacidad del Presidente para enfrentar esta difícil situación , por lo que la gente espera es que “Piñera reaccione y presente sus propuestas”.

“El que más de la mitad de los encuestados reconozca su capacidad para gobernar significa una tremenda oportunidad, especialmente porque la economía anda bien. Cuando ésta pasa por un buen momento, el apoyo de los gobiernos siempre sube. Por periodos cortos la política puede ir por un carril distinto que la economía, pero nunca es algo permanente. Este bajo apoyo se revertirá, pero las cifras macroeconómicas no bastan”.

Sobre este tema, el analista le recomienda a Piñera impulsar las reformas necesarias, “de esta forma el apoyo ciudadano empezará a subir; aunque tal vez esto no se produzca instantáneamente, sino que más cerca de la primavera, cuando pasen algunas de estas presiones. Sin embargo, el gobierno no puede simplemente conformarse con las buenas cifras macroeconómicas. Hay que enfrentar la «inflación de los pobres» -que es el IPC- y el precio de los alimentos. Falta una voz compresiva que se haga cargo de las enormes diferencias entre los más pobres y los más privilegiados”.

Estrategia, mal manejo del gabinete y reingeniería

Respecto a la estrategia que debe asumir el gobierno, Méndez es claro y asegura que se deben escoger dos o tres temas por los cuales “este gobierno quiere ser recordado y pasar a la historia. Estos podrían ser la reforma educacional, la modernización del Estado y la integración de más mujeres y jóvenes al mercado laboral. Hay que enfocarse en impulsar los proyectos escogidos y no enredarse con demasiadas iniciativas. Pero no se puede caer en la tentación de definir estos temas por las encuestas. Eso sería ser reactivo y dejarse llevar por una opinión pública muy cambiante”.

Asimismo, estima que existe un déficit tanto en el diseño como en el manejo político, añadiendo que “el ministro del Interior no ha cumplido con su rol de articulador y jefe de gabinete. Hay una falencia en la relación con el Congreso y con la oposición. La comunicación del relato gubernamental a la opinión pública está en deuda también. En estos tres frentes está muy claro que las cosas no están funcionando fluidamente y esto es responsabilidad de estos ministros que son los que llevan la relación con los parlamentarios, con la oposición y con la opinión pública. Es urgente una mejor articulación política y eso es muy importante, especialmente en momentos de crisis como éste. Los gobiernos salen adelante cuando hacen una reorganización política de sus gabinetes. En su momento más difícil, Bachelet hizo cambios en Interior y en la Secretaría General de la Presidencia y revirtió su momento más complicado. Se requiere de gente con capacidad para implementar técnicamente las iniciativas gubernamentales, pero con un «punch» político muy fuerte para llevar estos proyectos adelante y convencer a la oposición. Ese es el equilibrio que hay que conseguir”.

En tal sentido, dijo que el Ejecutivo tiene que replantearse el diseño político y “creo que eso es más importante que las caras; porque si sólo se cambia a las personas seguiremos en lo mismo. Tengo gran admiración por los miembros del gabinete, pero creo que su estilo de hacer política no es la adecuada. Se necesita mayor sensibilidad y una estrategia que logre aunar los talentos de los distintos ministros”.

“La política del gobierno es justamente el resultado de la interrelación entre el Presidente y sus ministros. El tema aquí es el funcionamiento del gabinete en su conjunto y cómo se relacionan entre ellos y con la oposición. Sin embargo, únicamente el Presidente es quien puede hacer los cambios. Este replanteamiento es responsabilidad suya, y por eso es que cuando en la encuesta la gente dice que confía en su capacidad para hacerlo, lo que se le está pidiendo al Presidente es que actúe y que cambie lo que no funciona”, sostiene.

Explica que uno de los más probables candidatos en dejar el gabinete es el ministro de Educación, Joaquín Lavín, ya que “ha sido quien ha pagado el mayor costo de este descontento con una baja del 24%, mientras que el Presidente disminuyó sólo un 5%. Esto es bastante impresionante, lo mismo que el hecho de que la educación, que en un momento fue una de las áreas bien evaluadas del gobierno, hoy es calificada peor que el Transantiago”.

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