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Arturo, el último oso polar de Argentina que se muere de calor

Arturo, el último oso polar de Argentina que se muere de calor

Los osos polares cuentan con una gruesa capa de piel que les permite soportar temperaturas de hasta -37°. Pero cuando el calor arrecia, la capa de grasa aislante puede desencadenar un recalentamiento. Por estos días en que una extraña ola de calor azota la ciudad, los animalistas argentinos se movilizan para lograr que Arturo, de 30 años, sea trasladado al extranjero y siga así el fatal destino de sus pares Winner y Pelusa.


En los últimos días han causado polémica las fotos que circulan en la red y en las que aparece Arturo, el oso polar del Zoológico Provincial de Mengoza, en Argentina, en un estado que da para pensar. Las ola de calor que ha golpeado la ciudad tiene al pobre animal con su pelaje oscurecido, y a los cuidadores del recinto tratando de refrescarlo con mangueras.

Arturo ya tiene 30 años y es el único oso polar que va quedando en Argentina. En 2012 falleció Pelusa, su compañera de toda la vida y, el 26 de diciembre de 2013, murió también Winner, el oso polar que vivía en el Zoológico de Buenos Aires. El animal, que tenía un temperamento muy inquieto, falleció a raíz de las inusuales alzas de temperatura de la época y la pirotecnia de los festejos de Nochebuena, según confirmaron desde el propio recinto en un comunicado oficial.

Cabe señalar que si bien los osos polares son animales capaces de adaptarse a climas ligeramente más cálidos que el Ártico, sus cuerpos están diseñados para soportar temperaturas muy bajas. La temperatura de su cuerpo, que normalmente es de 37°, se mantiene a través de una gruesa capa de piel, una piel dura, y una capa de grasa aislante (hasta 11 cm o 4,5 cm de espesor) los mantiene calientes incluso cuando las temperaturas bajan a -37 ° C. De ahí que tengan una tendencia a recalentarse cuando el clima es menos frío.

Desde el Assinibone Park Zoo, de Canadá, se han ofrecido para trasladar a Arturo, sin costo algunos, hasta el Centro de Conservación de Osos Polares, donde podría reunirse con sus pares. Sin embargo, la avanzada edad del animal es uno de los argumentos que esgrimen sus cuidadores para impedir este viaje.

El ministro de Ambiente, Tierras y Recursos Naturales argentino, Guillermo Elizalde, ha manifestado su voluntad de trasladar al animal al extranjero. «Queremos garantizar su salud, su estado y por eso le pedí al nuevo director del zoo un informe sobre su salud para luego definir un posible traslado», afirmó, aunque no dio mayores detalles del destino del animal.

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