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Se puso dura la cosa en la UC: Profesor renuncia tras queja de alumnas por trabajo con marcas de condones

Se puso dura la cosa en la UC: Profesor renuncia tras queja de alumnas por trabajo con marcas de condones

Un par de alumnas de la Escuela de Diseño recurrieron a las autoridades de la universidad, acusando incluso a uno de los académicos del curso de pretender “diseñar dispositivos para masturbación infantil» y de «obligar a nuestros estudiantes a ver pornografía y desarrollar pornografía para niños”.


El profesor de Diseño de la Universidad Católica, Alejandro Durán Vargas, renunció a su cátedra luego de que un par de sus alumnas se quejaran ante las autoridades de la casa de estudios de que el académico había atentado durante su clase en contra de su visión moral.

Durante el taller, que tenía por objetivo analizar marcas de productos para adultos, el profesor les pidió a los estudiantes que abordaran un caso particular, luego de que el Hogar de Cristo le manifestara su preocupación ante el fácil acceso que tienen los menores de edad a productos para adultos, como por ejemplo los preservativos.

Año a año, el examen final del curso era desarrollado en conjunto con el Hogar de Cristo. En ese contexto, y con el fin de ayudar a configurar una estrategia para que la institución enfrentara la situación, el profesor les planteó a los estudiantes analizar «marcas para adultos y arquetipos infantiles».

Sin embargo, un par de alumnas se sintieron vulneradas por la propuesta y recurrieron a las máximas autoridades de la universidad, acusando incluso a uno de los académicos que colaboraba con la iniciativa de pretender “diseñar dispositivos para masturbación infantil”, de “no tener criterio» y de «obligar a nuestros estudiantes a ver pornografía y desarrollar pornografía para niños”.

A través de su carta de renuncia, publicada por The Clinic, el académico explicó que estas discrepancias habían ocurrido en situaciones anteriores, pero que en tales oportunidades «el diálogo y empatía entre estudiantes y académicos permite conversar las razones y buscar alternativas, el cual no fue el caso».

Luego de que las autoridades de la universidad hicieran ver esta situación a Durán, se desarrolló una conversación entre los profesores del curso y los estudiantes, llegando a aclararse la situación.

Sin embargo, el incidente marcó para el académico un punto de no retorno. «La acusación malintencionada hacia uno de los comisionados, miembro activo de nuestra facultad, me preocupó sobremanera. Insinuar que este profesional serio, que coopera voluntaria y desinteresadamente con el taller, había comentado la posibilidad de diseñar dispositivos para masturbación infantil a nuestros estudiantes se escapa de toda lógica. Su comentario fue una invitación a pensar en proyectos con mayor impacto y audacia, a considerar la educación sexual infantil como ámbito de acción», sostuvo.

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