El testimonio clave que logró, tras casi diez años, procesar por asociación ilícita al oficial retirado del ejército y militante de la UDI, Cristián Labbé.
Héctor Patricio Salvo Pereira, hoy de 60 años, recuerda que a principios de diciembre de 1973 bajó por única vez al subsuelo del casino de oficiales de la Escuela de Ingenieros Militares «Tejas Verdes», ubicado en San Antonio. Sitio en el que vio al ex alcalde de Providencia y coronel en retiro, Cristián Labbé.
Hecho que declaró dos veces ante la ministra en visita, Marianela Cifuentes, y lo reiteró en un careo con el propio Labbé, a fines de junio pasado. Pese a que hace más de diez años que circulaba el nombre del ex alcalde de Providencia, fue el testimonio de Salvo el que lo logró situar al coronel en el centro de torturas «Tejas Verdes», según informó La Segunda.
En 1973 era un aspirante a oficial de 19 años, comandaba la agrupación de patrullaje nocturno, adosada a Inteligencia Militar. A pesar de que existía la prohibición de entrar a una serie de lugares en diciembre de 1973, el mayor Mario Jara Seguel, entonces brazo derecho del jefe de la Dina, Manuel Contreras, y hoy procesado en varias causas de DD.HH., lo instó a acompañarlo al subterráneo del lugar, según Salvo, con el objetivo de «acostumbrarlos» a las prácticas de torturas.
“’Él es el teniente Cristián Labbé y nos viene a ayudar’, me dijo Jara. No pregunté a qué», recuerda. Según Salvo, en el lugar había al rededor de cinco detenidos, «botados en el suelo, muy agotados», recuerda que uno intentó moverse y el propio Labbé le dio un tacazo en la espalda. «No fuerte, pero lo golpeó», señala.
“Fue testigo de torturas y, además, fue instructor de producir dolor. En qué punto producir dolor, dónde producir más dolor aún”, así describió el ex conscripto Héctor Salvo el rol del coronel retirado y ex alcalde de Providencia, Cristián Labbé, durante su paso por el cuartel de Tejas Verdes. Además agregó –en una entrevista a Radio Cooperativa– que: “Él -Cristián Labbé-, fue a hacer un curso de educación física a Brasil, él sabe muy bien dónde aplicar dolor. Entonces él tiene que haber enseñado esta cosa, cómo producir dolor, dónde producirlo más”
Del careo con el ex alcalde recuerda: «No me esperaba encontrar a una persona con esa calma, esa tranquilidad abismante, que negaba absolutamente todo. Hasta negó haber estado en Tejas Verdes, decía que nunca pernoctó ahí».
Héctor Salvo no logró ser oficial del Ejército. A fines de diciembre de 1973, en un patrullaje, volcó y sufrió una grave lesión de columna cervical que lo dejó tetrapléjico.
