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Mariana Aylwin cuestiona argumentos para su expulsión y dice que seguirá siendo DC «aunque me quiten el pasaporte» Ex ministra explica que lo de Fuerza Pública es un pretexto

Mariana Aylwin cuestiona argumentos para su expulsión y dice que seguirá siendo DC «aunque me quiten el pasaporte»

«Hay que ver qué está pasando en general, no solo con quienes están en Fuerza Pública. Y qué pasa con el doble estándar. Porque parece que cuando es para un lado, importa poco, y cuando es para el otro, importa más… si pensamos que hubo dirigentes del partido que no votaron por Claudio Orrego y que estuvieron con Michelle Bachelet en la primaria», explica la ex titular del Mineduc.


La ex ministra de Educación, Mariana Aylwin, dispara contra quienes desean expulsarla de la Democracia Cristiana, afirmando que el tema de Fuerza Pública es un pretexto porque la verdadera razón son sus críticas a la reforma educacional que impulsa el gobierno, advirtiendo que seguirá siendo DC aunque le quiten el «pasaporte».

En su momento más complejo que atraviesa, Aylwin explica que ser leal a un gobierno es no decir nada y ver cómo la Presidenta Michelle Bachelet cae en las encuestas o decir «ojo, por qué no miran esto».

En declaraciones a El Mercurio, la ex secretaria de Estado señala que «estoy convencida de que lo de Fuerza Pública es más pretexto que el motivo esencial; de hecho, la acusación frente al tribunal le dedica mucho al argumento de que estoy contra la reforma».

Agrega que «nos dijeron que nos iban a invitar a todos a una conversación abierta, sin condiciones. No es una invitación personal a mí. Es también a Sichel y a otras personas que están en Fuerza Pública. Estamos esperando. Y yo no quiero adelantar por la prensa lo que vamos a plantear, porque será una conversación política sobre la DC. Hay que ver qué está pasando en general, no solo con quienes están en Fuerza Pública. Y qué pasa con el doble estándar. Porque parece que cuando es para un lado, importa poco, y cuando es para el otro, importa más… si pensamos que hubo dirigentes del partido que no votaron por Claudio Orrego y que estuvieron con Michelle Bachelet en la primaria».

Respecto a la posibilidad de que la expulsen del partido, Aylwin explica que «es como que te quiten la nacionalidad. De repente uno no tiene más pasaporte chileno, pero uno sigue siendo chileno. Yo espero que no me pase eso, pero de verdad, si me pasa, voy a seguir siendo democratacristiana. Aunque no tenga pasaporte. Tus ideas, tu historia, tus afectos, tu identidad, no te lo pueden quitar».

En cuanto al proyecto de reforma educacional y sus puntos de vista por los que es crítica, la ex titular del Mineduc explica que «el proyecto tiene temas positivos: el fin del copago y el aumento de recursos por mejores subvenciones. Esto va a significar que la mayoría de los colegios que están en sectores más vulnerables podrán ser gratuitos. En el tema de la selección se está generando una tensión por algo que no es problema real ni frecuente. En los sectores más modestos son muy pocos los colegios que seleccionan; porque la oferta es mayor que los niños que existen, y la mayoría de los colegios no completan su matrícula. Este debate confunde discriminación con selección, que son cosas muy distintas».

Sobre el lucro, Aylwin sostiene que «el problema es la forma en que se termina, no es que yo lo defienda. El sistema afecta a 4.500 sostenedores, y los deja en una situación muy desmedrada. Ellos han sido muy maltratados; si quedan en el sistema, va a quedar molestos; otros se van a salir, y otros van a pasar a particulares pagados. Todo esto ha significado una paralización y un golpe a la educación privada subvencionada. Y no me imagino cómo se va a revertir. Esa molestia va a aquedar ahí».

«Hay un nuevo sectarismo que me parece equivocado políticamente y que no es democrático. Son defensores de la fe, que sienten que son los poseedores de la verdad y el resto está todo equivocado. Para ellos los que critican la reforma están defendiendo el statu quo, o son derechistas, o tienen intereses personales. Y hay un lenguaje también muy descalificador. Estos guardianes de la fe estiman que sus ideas, aunque sean minoritarias, son las verdaderas. No importa que no estén en consonancia con el sentido común. Este país no se merece eso. Cada vez más personas dicen por qué no se empezó por la educación pública, por los profesores. Hasta la Presidenta ha tenido ese sentido común».

 

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