Al revisar los trámites que se hicieron en la notaría de Antonieta Mendoza hasta el 2015 y el índice del archivero judicial, se puede reconstruir el origen de AyN. Esta empresa de Giorgio Martelli fue clave en la precampaña presidencial de Michelle Bachelet, ya que financió el trabajo programático de varios cuadros políticos del oficialismo. Según los documentos públicos revisados, Martelli, el contador Jorge Lufín y el director Cristián Quinzio son los últimos miembros del directorio.
Fue un miércoles en noviembre de 2011. El geógrafo Giorgio Martelli constituyó su sociedad Asesorías y Negocios (AyN) y definió el directorio provisorio que duraría en sus funciones hasta la primera Junta Ordinaria de Accionistas. En esa ocasión la sociedad fijó su domicilio en la “ciudad de Santiago” y se estableció que su duración “será de cinco años a contar de la fecha de la escritura”.
En el directorio provisorio estuvo Martelli, el abogado Cristián Quinzio, cuyo estudio jurídico fue el encargado de constituir la sociedad, y el ex colaborador en la campaña de Carolina Tohá a la presidencia del PPD, David Flores.
“Se conocían por el partido. Por ahí llegó Martelli a la oficina, por lo que Quinzio debiera haber estado al tanto de para qué sería”, señala una fuente que conoció de cerca el comienzo de AyN. En su declaración ante los fiscales, Martelli apuntó a Quinzio junto al ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, y el ex presidente de Enersis, Jorge Rosenblut, como los “cerebros” de la precampaña presidencial que pavimentó el regreso de Michelle Bachelet. AyN fue la empresa que financió el trabajo programático de varios cuadros políticos del oficialismo, según diversos testimonios y los datos recabados por la indagatoria de la Fiscalía.
“Estas decisiones, tanto de ayuda a estos profesionales como de constitución de una sociedad para este fin, se adoptaron por un conjunto de personas: Rosenblut, Rodrigo Peñailillo, Cristián Quinzio, quien dio su aporte legal como abogado, y yo. Todos participamos de esas reuniones”, declaró Martelli. Sin embargo, Rosenblut declaró que él solo gestionó disponibilidad de SQM para apoyar precampaña de Bachelet y que de las platas se ocupó Martelli.
Por su parte, el abogado Cristián Quinzio colaboró en la campaña de Eduardo Frei de 2009 como recaudador, junto a Martelli y otros personeros del oficialismo. Además ha trabajado en compañías del sector minero, incluyendo Codelco, en la que se desempeña actualmente como consejero jurídico.
Por su parte, David Flores es militante PPD. El periodista Claudio Canales dijo que a él le pagaron trabajos para la campaña de Tohá con dineros que venían de SQM y de Asesorías en Gestión Integral, la empresa propiedad de Clara Bensan (DC), querellada por el SII junto a Martelli. Según Canales, fue Flores quien le indicó cobrar facturas a esas empresas, a pesar de que no prestó trabajos reales a ellas.
[cita] En esa sesión se acordó “dejar constancia que de conformidad con lo previsto en el artículo segundo transitorio de la escritura de constitución de la sociedad su primer directorio está conformado por los señores Cristián Quinzio, Giorgio Martelli y Jorge Lufín”. Además, se designó por unanimidad a Cristián Quinzio como “presidente del directorio quien lo será también de la sociedad y de la junta de accionistas”. Finalmente, como gerente general se nombró a Giorgio Martelli. [/cita]
La alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, abordó sus nexos con Flores el jueves pasado. «Él nunca ha sido asesor mío, pero es una persona que conozco y con la que he trabajado políticamente, con la que hemos coincidido en proyectos políticos». Y agrego que «yo espero que en este contexto David Flores pueda aclarar las situaciones en las cuales tiene que aclarar antecedentes ante la justicia». Tohá también negó cualquier nexo con el caso SQM: «No hay ninguna situación mía que esté en cuestión o alguna irregularidad de ningún tipo, espero que le vaya bien a David Flores».
En la escritura de constitución de la sociedad se señala también un artículo “transitorio” en el que se designan “inspectores de cuentas independientes” para que examinen “la contabilidad, inventario y estados financieros del primer ejercicio de la sociedad”. Según abogados consultados, las personas nombradas en este artículo “no necesariamente saben que las designan ahí”. En este cargo aparece David Flores, quien seis días más tarde fue reemplazado por Jorge Lufín, según consta en la escritura de rectificación de 29 de noviembre.
El documento de la constitución señala también que “la sociedad confeccionará un balance general al 31 de diciembre de cada año”. Finalmente, informa que se le otorga un poder especial “lo más ampliamente posible a Carlos Arellano Galarce para que en representación de la sociedad pueda presentar y trámitar solicitud ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) de inscripción al Rol Único Tributario y/o declaración de inicio de actividades en conformidad al objeto de la sociedad”. Arellano, quien era “junior” en el estudio de Quinzio, fue contactado por El Mostrador y declinó referirse al tema.
Un mes más tarde, el 23 de diciembre a las 11 de la mañana, uno de los abogados del estudio jurídico de Quinzio, Erich Schnake, redujo a escritura pública el acta de la primera sesión del directorio. La empresa fijó como domicilio el propio estudio jurídico de Quinzio, “algo normal en la constitución de sociedad”, dice un abogado que trabaja en el tema, “hasta que la empresa comienza a funcionar”.
En esa sesión se acordó “dejar constancia que de conformidad con lo previsto en el artículo segundo transitorio de la escritura de constitución de la sociedad su primer directorio está conformado por los señores Cristián Quinzio, Giorgio Martelli y Jorge Lufín”. Además, se designó por unanimidad a Cristián Quinzio como “presidente del directorio quien lo será también de la sociedad y de la junta de accionistas”. Finalmente, como gerente general se nombró a Giorgio Martelli.
Sobre su participación como director de AyN, Quinzio señala que “estuve como director provisorio hasta abril de 2012. Era una forma que uno de los abogados de la oficina quedara como provisorio”. Además agrega que después de esa fecha el accionista, es decir Martelli, debía constituir un nuevo directorio.
Jorge Lufín es el contador que une las tramas de los casos SQM y Caval, ya que aparte de aparecer como director en AyN trabaja con la familia Wiesner, que le vendió el polémico terreno en Machalí a Caval, la firma ligada a Natalia Compagnon y Sebastián Dávalos, hijo de Michelle Bachelet.
¿Por qué aparece Jorge Lufín en vez de David Flores en este directorio? “No me acuerdo”, responde Quinzio, y dice que fue Martelli “quien agregó a Flores” en una primera instancia. Según fuentes cercanas a Flores, este “era amigo de Martelli”.
Actualmente David Flores ha ido a declarar tres veces ante la Fiscalía y ha mantenido silencio.