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La historia del guitarrista chileno y de su novia francesa que murieron en Le Bataclan

La historia del guitarrista chileno y de su novia francesa que murieron en Le Bataclan

Cécile Misse y Luis Felipe Zschoche forman parte del memorial virtual que está elaborando Le Monde en homenaje a cada las 130 víctimas de los ataques del 13 de noviembre en París. «Queríamos darles un rostro, decir quiénes eran, devolverles su vida a través de quienes los  conocían y amaban», expresó el periódico francés. 


Luis Felipe Zschoche Valle, 33 años

(Por Nicolas Bourcier (*). Traducción: Juan Antonio Garrido)

Una de sus canciones se llamaba «Maybe, Tomorrow» (Tal vez, mañana). un título escrito porque nunca había aprendido a nadar. Cuando Luis enchufaba su guitarra, una «Fender Mustang», la reina del movimiento «grunge-rock», se volvía una tempestad, pero sin llegar a ser agresivo. Era un boxeador sin maldad ni malintencionado, una especie de tetera con agua hirviendo pero bajo control. Era la felicidad del juego, una fiebre dionisíaca de sonidos y de ritmos endiablados recompuestos.

Luis Felipe Zschoche Valle, su nombre civil, había nacido hace treinta y tres años en Chile. Músico talentoso y de una gran calidez humana, murió el viernes 13 de noviembre en el teatro Bataclan junto a Cecilia Misse, el amor de su vida, por quien había abandonado su país hace ocho años para venir a Francia y vivir con ella en París.

En Santiago, Luis ya había formado un prometedor primer grupo de música: la banda «Trakto», con influencias del rock norteamericano, una mezcla de «Nirvana» y de «Queens of the Stone Age». Luis Felipe cantaba en español. Más tarde relataría, con una cerveza en la mano, que algunas veces los dueños de distintos bares donde actuaba le pagaban para que hiciera un show en el escenario rompiendo guitarras baratas. ¡El verdadero rock!, en versión agitada pero bajo control. Libre y tocando sin restricciones.

De día, Luis Felipe se ganaba la vida en París trabajando como agente de tránsito de aduana, recepcionando mercancías de importación y para exportación. Por la noche volvía a su pasión musical tocando con el grupo que formó en 2012, «Captain Americano», que había lanzado un EP de seis títulos densos y muy promisorios. Comentaba que «hay pocas salas en París que puedan aceptar grupos como nosotros». «Demasiado fuerte, nos decían, lo que nos obligaba a buscar salas en provincias, o en festivales», recuerdan casi a coro los otros tres miembros de la banda: Nico, Erwan y Julien. Luis Felipe, a diferencia de ellos, nunca se puso tapones en los oídos cuando actuaba.

«Él sabía escuchar tan bien- opina Erwan-, era tan naturalmente bueno, una especie de talento natural, que llegaba a ser intimidante». Y Julien agrega:»Y sin embargo, era él quien parecía más tímido al comienzo».

Las entradas para el concierto del Bataclan fueron un regalo de aniversario que Cecilia y Luis Felipe se ofrecieron ellos mismos. Los otros tres cómplices de «Captain Americano» no pudieron ingresar por falta de entradas y decidieron esperar en la terraza de un café cercano para observar si se producía una venta de último minuto. Esas entradas no llegaron nunca. Así como Cecilia y Luis Felipe.

«Es algo inconsolable -suspira Julian-, pero imagino que él estaba con ella, tal vez con una cerveza en la mano, delante de un gran concierto de rock, o sea, todos los elementos estaban reunidos para tener un momento feliz y sentirse bien».

En mayo de 2015, Luis Felipe y sus tres camaradas habían grabado en un estudio catorce temas. El grupo se preparaba para poner a punto ese repertorio.

«Pero vamos a hacer ese disco, y lo haremos como Luis Felipe lo imaginaba, quizás nos exigirá un poco más de tiempo». Y hoy Nico repite: «Tal vez, mañana».

Cécile Misse, 32 años

(Por Brigitte Salino (*). Traducción: Juan Antonio Garrido)

A fines de octubre, Cécile Misse tomó el tren de París a Niza. Ella fue a visitar su amiga Aurora Harrouis, y se escondió entre los buzones del edificio a la espera de que pasara su «amiga campanillera», como ella la llamaba, para sorprenderla el día que cumplía 30 años. Junto a otros amigos y amigas se encontraron e hicieron una gran fiesta. «Así era Cecilia”, dijo Aurora. “La lealtad, la amistad, la alegría de vivir.Una sonrisa».

Esa sonrisa. Todos aquellos que conocieron a esta joven mujer hablaban de su simpatía y encantos. Su madre, sus parientes, así como sus compañeros de trabajo en el «Teatro Jean Vilar» de la ciudad de Suresnes (Altos del Sena). Su director, Olivier Meyer, dijo que «a veces, cuando usted contrata a alguien, piensa en la posibilidad de equivocarse. Pero en el caso de Cecilia, no nos equivocamos. Ella realizaba remarcablemente bien su trabajo, y además, era de una personalidad solar».

Cécile Misse, que acababa de cumplir 32 años, era la responsable de la producción. Un papel muy importante, que consiste en supervisar los contratos y a ocuparse de las relaciones con los artistas. Esta parte le gustaba particularmente, pues le encantaba hacer contactos y se formó para hacer una carrera en el campo de la cultura.

En Niza, donde había cursado su bachillerato, obtuvo un diploma en ciencias de la comunicación, pues ella había continuado sus estudios en París, pasando por un master en mediación cultural en la Escuela de Artes y Cultura. Sus estudios la llevaron, gracias a la beca europea Erasmus, a pasar un año en Madrid, lo que le dio la oportunidad de conocer España. A Cecilia le encantaba viajar. Era una joven de la generación «EasyJet» que le permitió dar un salto hacia Londres, y otro para conocer Berlín, Roma, Dublín, Lisboa y Sofía.

También decidió conocer por su cuenta parte de Japón y viajó a Chile, acompañada de sus padres y con su novio, Luis Felipe Zschoche Valle.

Ambos se conocieron por intermedio de un sitio de música: él vivia en Chile y ella en Francia. Su amiga Aurelia Le Goff recuerda que ella llegaba cansada en las mañanas, pues solía pasar gran parte de la noche hablando con Luis Felipe, quién luego llegó a Francia, donde decidió permanecer junto a su amada.

Luis Felipe trabajaba en actividades de importación-exportación y tenía una banda de rock, «El Capitán Americano». Cecilia practicaba el boxeo francés desde hace dos años, y el verano pasado había descubierto con su hermano mayor los placeres del parapente, en la región alpina de Gap, donde vive su familia. Era una mujer decidida y curiosa por todo, y le encantaba disfrutar de la vida intensamente. Dos días antes de los atentados terroristas, había hablado con su madre sobre su deseo de tener hijos. Ella será enterrada con Luis Felipe, ambos murieron en el Bataclan. «Lo que me hace sonreír hoy día -dijo su amiga Aurora-, es que ella pudo partir sin penas ni lamentaciones».

* Publicado en Le Monde.fr

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