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Parisi en caída libre mientras el PDG naufraga entre la izquierda y la derecha PAÍS

Parisi en caída libre mientras el PDG naufraga entre la izquierda y la derecha

Raúl Espina
Por : Raúl Espina Periodista de El Mostrador
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Sin un liderazgo fuerte que permita acercar posiciones y aunar una postura para hacer frente a las dos grandes fuerzas mayoritarias en el sistema político nacional, el Partido de la Gente (PDG) ha caído presa de sus propias contradicciones y, en poco tiempo, pasó de ser la colectividad con mayor cantidad de militantes en el país, a convertirse en un partido que se desvanece por la falta de organización interna. Uno en donde Franco Parisi ha perdido influencia y ha mostrado carecer del liderazgo capaz de alinear a los suyos para enfrentar la crisis. «Perdió el foco de los principios nuestro partido el día que apoyó los egos de la oposición», denuncia la diputada Karen Medina, en el contexto de un reciente enfrentamiento por el acuerdo firmado entre un grupo de parlamentarios de la tienda y Chile Vamos, para propiciar la censura de ciertos diputados en trece diferentes comisiones de la Corporación.


Entre el oficialismo y la oposición, el Partido de la Gente (PDG) deambula por estos días sin rumbo claro, con una bancada de diputadas y diputados que no ha conseguido alinearse detrás de una estrategia colectiva y que, a pocos meses de iniciada su gestión parlamentaria, es una bancada fragmentada, tensionada y presa de sus propias contradicciones. Esto desde marzo, cuando firmó un acuerdo administrativo con los partidos de Gobierno para asegurar la gobernanza de la Cámara, pero luego decidió restarse de dicho pacto y promover un nuevo acuerdo con la derecha, dividiendo los votos y causando malestar interno en la colectividad. Después de fracasado este intento por boicotear las intenciones oficialistas, recientemente un grupo de parlamentarios del PDG firmó con Chile Vamos un acuerdo para censurar trece mesas de la Corporación, lo que generó el inmediato malestar del Gobierno y del sector rezagado, liderado por los diputados Rubén Oyarzo y Gaspar Rivas.

Pero las divisiones internas comenzaron a aflorar en la conversación posterior al plebiscito de salida del pasado 4 de septiembre, en que el PDG estuvo a ratos alineado detrás del Rechazo y donde incluso la mayoría de sus parlamentarios y figuras promisorias fueron parte de la respectiva campaña oficial por dicha opción. A partir de allí, recordado es el escandaloso episodio que protagonizó el propio diputado Rivas en una de las sesiones de la polémica mesa paralela de discusión sobre la continuidad del proceso constituyente, que abandonó entre gritos y acusaciones de violencia. En dicha mesa también participaron los otros diputados e incluso, vía telemática, su fundador, el economista y excandidato presidencial Franco Parisi. Con el fracaso de este espacio paralelo, comenzaron a surgir voces críticas en torno al rol que buscaba desempeñar el PDG, y el lugar que debía ocupar en el desdibujado mapa político nacional.

Y es que, precisamente, hoy la colectividad con mayor cantidad de militantes en el país está dividida, en medio de una disputa entre las fuerzas mayoritarias –de oficialismo y oposición– que observan esto como una oportunidad única para conseguir sumar apoyos en una Cámara Baja fragmentada, donde es muy difícil hallar certezas y donde los nueve votos del PDG transformaron a este rápidamente en un partido bisagra. Esta situación –según detallan desde el interior de la tienda–, causaba malestar en Chile Vamos, sector que buscaba evitar que dicho partido emergente se empoderara y fuese capaz de negociar para beneficiar al Gobierno. Para las intenciones de la derecha de capitalizar el fracaso de la propuesta constituyente y redoblar los esfuerzos por tener una oposición mancomunada, el PDG pudo representar una amenaza, o así al menos lo creen desde el partido.

Después de varios intentos por recomponer las relaciones entre los integrantes de la bancada de diputadas y diputados –espacio que es hoy el gran bastión político de la tienda–, la reciente decisión de un grupo de parlamentarios de llegar a acuerdo con la derecha para censurar a ciertos diputados en su trabajo legislativo en diversas comisiones, es un paso más hacia la fragmentación definitiva. «El Partido de la Gente se está transformando en el ‘partido por el poder’, se está yendo hacia la derecha de una manera escandalosa. El partido tiene que mantener el centro político, como se los dije a los militantes hace exactamente un año», planteó al respecto el diputado Gaspar Rivas.

En ese sentido, una de las hipótesis que se barajan en torno a la crisis interna que sacude a la colectividad –que emergió como una alternativa al sistema político tradicional–, es que carece de un liderazgo que le permita movilizar a su militancia y mantener alineada a su bancada parlamentaria. Si bien el PDG nació al calor del proyecto político de la figura de Franco Parisi y sus intenciones presidenciales, las polémicas en torno suyo llevaron al economista a alejarse de la primera línea mediática, limitando su influencia a las redes sociales y al rol interno desempeñado en la colectividad. Si bien continúa siendo escuchado por una parte de sus militantes, Parisi no se ha mostrado como el líder capaz de llegar a consensos y lidiar con momentos críticos como este.

Sobre la ausencia de un liderazgo claro y los problemas acontecidos en su partido, el diputado Oyarzo admitió que «claramente existe más de un liderazgo y en base a eso no se puede cuadrar la bancada. Franco (Parisi) sigue siendo el líder natural del PDG, así como muchos otros liderazgos que están naciendo a nivel nacional dentro de la colectividad». Por su parte, el parlamentario denunció que actualmente hay diputados de Chile Vamos que están dirigiendo la bancada del PDG, y añadió que la única manera de salir de este momento caótico es pensar en el colectivo y en su base militante.

Por su parte, quien también reconoce la ausencia de un liderazgo interno y la incapacidad que han tenido como partido de cuadrarse en relación con un programa o a una propuesta puntual, es la diputada Karen Medina, quien prefiere no entregar mayores antecedentes. «Está todo tan revuelto, que prefiero no dar declaraciones. Pero claramente el liderazgo interno no está, perdió el foco de los principios nuestro partido el día que apoyó los egos de la oposición», sostuvo la parlamentaria.

Con su bancada de diputados dividida, el PDG hoy tiene a una parte de su directiva en la tarea de propiciar alianzas con parlamentarios independientes, como René Alinco y Pamela Jiles, en una estrategia donde ha jugado un rol activo el fundador de la colectividad, Franco Parisi. Por otra parte, un grupo de diputados de su bancada obedece a las directrices de Chile Vamos, «derechizando» a un ámbito que prometía estar al margen de la gastada incisión entre izquierda y derecha. Finalmente, y como grupo rezagado, los diputados Rubén Oyarzo, Karen Medina, Gaspar Rivas y Francisco Pulgar, han debido enfrentar una serie de acusaciones por una eventual cercanía con el oficialismo, lo que ha imposibilitado, hasta ahora, aunar una posición como colectividad, en las diferentes aristas de la discusión política en el Congreso Nacional.

Con la sombra de Franco Parisi desapareciendo lentamente, el PDG debe encontrar de inmediato a un líder que sea capaz de reemplazarlo. De lo contrario, y como tantos otros proyectos políticos presas de su propia fugacidad e intrascendencia, el partido podría seguir la senda de la desaparecida Lista del Pueblo.

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