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Justificación del golpe por parte de la derecha dura se cae ante mirada internacional PAÍS Créditos: Agencia Uno.

Justificación del golpe por parte de la derecha dura se cae ante mirada internacional

Rodrigo Córdova
Por : Rodrigo Córdova Periodista en El Mostrador
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Un día lleno de discursos, actos e invitados en La Moneda marcó la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. Antes de esto, la UDI publicó un comunicado en que sostuvo que “el 11 de septiembre se transformó en algo inevitable”. Tanto el Presidente Gabriel Boric como la senadora Isabel Allende, hija de Salvador Allende, emplazaron a quienes pretenden “invertir responsabilidades” –como dijo la parlamentaria– respecto a lo ocurrido en 1973. La comunidad internacional se hizo presente y, a diferencia de personeros de derecha de nuestro país, condenó sin matices el golpe y la interrupción del régimen democrático. Una línea que, de alguna manera, marca una derrota en la narrativa que, desde hace meses, la oposición ha pretendido instalar y ante la cual dirigentes del mismo sector, incluso, han manifestado diferencias, como Gloria Hutt (Evópoli), quien señaló que el golpe “no era inevitable”.


En medio de una intensa lluvia, el Palacio de La Moneda se preparaba para conmemorar el aniversario número 50 del golpe de Estado en Chile. A medida que bajó la intensidad de las precipitaciones, diferentes invitados internacionales hicieron ingreso a la Casa de Gobierno y aprovecharon de entregar palabras alusivas al momento. Entre estas, destacaron las de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México: “Salvador Allende aún gobierna con su ejemplo. Es el apóstol de la democracia de Chile y un símbolo de la dignidad de los servidores públicos en todo el mundo”.

A primera hora y en un intento por contrarrestar la fuerza de los mensajes que provenían de La Moneda y que eran refrendados por las autoridades internacionales –en medio de lo que se aprecia como una batalla cultural–, la UDI, en una medida precipitada, entregó una declaración con la misma narrativa en que han insistido durante las últimas semanas: poner a Allende como el principal responsable del golpe de Estado. El intento, sin embargo –y más allá de los incidentes que la derecha protagonizó en el Congreso–, quedó opacado por la vehemencia con la que se condenaron las violaciones a los derechos humanos y el homenaje nacional e internacional que se le brindó a Salvador Allende.

La declaración de la UDI tuvo su réplica por parte del Presidente Boric, en el minuto 43 de su discurso: “La reconciliación, queridos compatriotas, no pasa por pretender empatar las responsabilidades entre víctimas y victimarios”. Además, el Mandatario recordó que la unidad y reconciliación “no se consigue con neutralidad ni distancia, sino que poniéndose indiscutiblemente del lado de quienes fueron víctimas del horror”. 

Compromiso de Santiago

Pese a que la derecha se restó de firmar cualquier tipo de compromiso con el Gobierno, La Moneda amplió la base de apoyo –que habían rubricado los ex Presidentes Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, conocida como Compromiso de Santiago– hacia autoridades extranjeras, como los presidentes de Brasil, Ecuador, España, Irlanda, República Dominicana, además del presidente del Consejo Federal de Alemania y los mandatarios de Colombia, México, así como el primer ministro de Portugal.

“Rubricaron su firma en el Compromiso de Santiago que persigue los mismos objetivos con una mirada global, conscientes de que las amenazas a la democracia no se limitan ni se constriñen a las fronteras nacionales”, señaló el Presidente Boric. 

Isabel Allende, senadora socialista, hija de Salvador Allende, entregó un sentido discurso en el acto conmemorativo en la Plaza de la Constitución, donde apuntó a la narrativa que hoy sostiene la oposición: Se ha intentado invertir las responsabilidades de la tragedia que vivimos en los últimos 17 años más oscuros de nuestra historia. De manera insólita se busca tergiversar los hechos y de culpar a la Unidad Popular y al Presidente Allende del golpe de Estado”, expresó.

La conmemoración internacional

Junto con la firma del Compromiso de Santiago, se enviaron muchos saludos desde el exterior, cada uno remarcando una posición, sobre la cual fuera de Chile no hay dobles lecturas. Así, por ejemplo, Emmanuel Macron, presidente de Francia, envió un saludo en que recordó que “aquel golpe de Estado puso fin a un Gobierno elegido democráticamente, sumiendo al país en un periodo de sombras marcado por la represión y el exilio de tantos y tantos chilenos”. Macron sostuvo que esta fecha permite recordar “que la democracia y la paz son valores frágiles. Es una lucha que cada uno de nuestros países debe seguir librando a diario”. 

Uno de los mensajes más sentidos fue el que envió EE.UU., dada la intervención que tuvo en la economía chilena en el Gobierno de la Unidad Popular y su respaldo al golpe de Estado. Sobre eso, la administración estadounidense sostuvo que han “buscado ser transparentes sobre el papel de Estados Unidos en este capítulo de la historia chilena”. Sobre la conmemoración, escribieron: “El 50 aniversario del golpe militar que derrocó al gobierno democráticamente elegido del Presidente Salvador Allende es una oportunidad para reflexionar sobre esta ruptura en el orden democrático de Chile y el sufrimiento que causó”.

“En momentos en que la oscuridad pareciera apoderarse de gran parte de nuestras vidas, es un rayo de luz, esperanza y compromiso mutuo con la democracia la invitación del Presidente Boric y la firma del Compromiso de Santiago”, declaró, en tanto, el presidente de Irlanda, Michael D. Higgins.

El primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, se sumó a los mensajes y expresó: “El golpe de Estado fue una enorme tragedia”. Además, agregó que “hoy nos sirve como un recordatorio de la importancia de la democracia y la tolerancia, valores que Suecia y Chile compartimos”. 

Por su parte, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, aseguró que “hace 50 años la democracia chilena fue víctima de un ataque brutal que estremeció al mundo”. Este, dijo Sánchez, “no solo quebró el orden constitucional y derribó un gobierno legítimo nacido en las urnas, sino que también fue la antesala de un tiempo sombrío para los DD.HH. y las libertades en Chile. 

Otro español, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, expuso que “recordamos para no olvidar la muerte de Salvador Allende y la dignidad de ese último mensaje de esperanza”. Para Borrell, “frase que forma parte ya de las grandes frases de la historia política mundial que todos hemos repetido y guardamos en la memoria del corazón”. En su video, parafraseó: “Esa llamada a abrir las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”. 

Si bien ha existido un discurso de la derecha que llama al oficialismo a hacer una revisión de las causas del golpe –e incluso hay una parte de ella que lo califica como ‘inevitable’–, Gloria Hutt, presidenta de Evópoli, ha marcado una diferencia respecto a sus compañeros de coalición. Hutt –quien también es consejera constitucional– dijo, en ‘Tolerancia Cero’ y en Radio Infinita, que el golpe de Estado “sí era evitable, el sistema político pudo hacer más”. 

El análisis de la academia

Marco Moreno, cientista político y director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la U. Central, sostiene que hay un “error de diagnóstico por parte de la derecha”. Eso porque, si bien las encuestas advierten que hay una tendencia ciudadana hacia la demanda de orden y autoridad, “ellos parecen leer eso como una crítica a lo que significó el quiebre de la democracia y las responsabilidades que tuvieron quienes fueron protagonistas en ese hecho”. Moreno señala que leen equivocadamente como que la actual demanda hacia el autoritarismo es, de alguna manera, mucho mejor canalizada si se expresa “a través de la figura de la crisis de la democracia y la relación de esa crisis con Allende y la Unidad Popular”.

El académico añade que las élites están polarizadas y que no responden necesariamente a un sentir ciudadano. De alguna manera, dice, la derecha busca construir “un relato que asocia la idea de gobierno, de desorden, de falta de autoridad, a Allende y a su Gobierno. Pero evidentemente la gente no está pensando en eso, han pasado 50 años. Por eso digo que hay un error de diagnóstico al hacer esa relación”.

Por su parte, el académico de la Universidad Adolfo Ibáñez y doctor en Filosofía Política, Cristóbal Bellolio, considera que el disenso entre la izquierda y la derecha respecto al acto en conjunto se enmarca en un contexto en el que se tiene al Presidente más a la izquierda que se ha tenido desde la vuelta a la democracia y a una derecha que tiene a su centro más a la derecha de lo que ha habido en el mismo periodo. En ese marco, explica que esto tiene que ver con “disputar el relato del Gobierno, aprovechando que el momento político les permite hacerlo”. 

Bellolio sostiene que la idea del Gobierno, por lo menos hasta la salida de Patricio Fernández, tenía ‘dos patas’. Por un lado, la de memoria: conmemoración, exigir justicia y reparación; por otro, el futuro: conseguir que todos los actores políticos “se comprometieran a que la violencia nunca es la forma de resolver los conflictos en una sociedad civilizada”, dice el académico.

Sobre eso, el especialista agrega que “cuando a última hora se le pide a la derecha que suscriba el compromiso de futuro, a la derecha le pareció demasiado tarde. ¿Por qué? Porque el Gobierno –y Boric en esto ha sido creo que bastante explícito– vinculó de alguna manera ambas cosas: el ‘Nunca más’, las democracias no se rompen nunca por la vía violenta, con ensalzar también la figura histórica de Allende”.

Y continúa: “La impresión que yo tengo es que, desde la salida de Fernández en adelante, la salida que fue forzada un poco por el mundo, cierto, de la memoria, por el mundo de los derechos humanos, por los familiares de las víctimas de violación de los derechos humanos, lo que yo creo que terminó ocurriendo es que Boric se terminó decantando por ese pilar, y el pilar del futuro se fue dejando un poco de lado. Entonces, cuando a última hora se le pide a la derecha que suscriba el compromiso de futuro, ya a la derecha le pareció demasiado”. En tal sentido, para el analista hubo “un error estratégico”. “Le vendió un paquete a la derecha que para la derecha fue muy difícil de aceptar”, evalúa Bellolio. 

El acuerdo de los 15

En el Congreso trataron de no quedarse atrás en la producción de acuerdos, compromisos y declaraciones que buscan reafirmar la protección a la democracia. Tanto Francisco Undurraga (Evópoli) como Alberto Undurraga (DC) levantaron el acuerdo “Por la Democracia, los Derechos Humanos y por la No Violencia Política”. Un primer borrador se socializó en RN, en sectores de centro y en el PS, para ver si suscitaba acuerdos. 

El documento recorrió manos de parlamentarios de Renovación Nacional que lo dejaron pasar –como el diputado Frank Sauerbaum–, pues lo encontraron innecesario luego de haber suscrito el acuerdo de Chile Vamos. Sin embargo, el texto se detuvo en las manos del diputado Diego Schalper, que rebotó el documento con comentarios y sugerencias para abrir un camino a firmar. Así, consiguió incluir puntos que también lograron sumar la firma del diputado Andrés Longton. El mismo ejercicio sucedió con el PS que, si bien no logró la firma de sus pares oficialistas, sí construyó una declaración transversal en la Cámara de Diputadas y Diputados.

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