Temor, confusión y pesimismo concurren a las urnas

La inseguridad frente a la delincuencia, la confusión sobre la propuesta de nueva constitución y el pesimismo sobre la marcha del país concurren hoy a las urnas. La delincuencia muestra un nuevo incremento como la principal preocupación de los chilenos llegando al 47,2%.

La cuarta entrega de Signos, –encuesta realizada por Smartanalytics en colaboración con El Mostrador– muestra un nuevo aumento de la delincuencia como el principal problema para los ciudadanos, llegando a un 47,2% de las menciones.  Entre la primera encuesta y la actual medición, la variación al alza ha sido persistente, aumentando casi dos puntos promedio en ese período. Si a ello se suman los porcentuales de los problemas más mencionados que le siguen. Inmigración (15,9%), narcotráfico (12.9%), e inflación y alza en los precios (11,9%), se llega a la contundente cifra de opinión sobre la inseguridad que tiene la ciudadanía: (87,9%).  Acrisolada por un aumento persistente en todas las variables antes mencionadas, permiten concluir que el país se enfila a una situación grave de gobernanza en esta materia, en un contexto permanentemente dominado por el temor ciudadano de terminar siendo una víctima más de la cadena delictual. 

En perspectiva, la situación puede resultar peor si se consolida como aspecto cualitativo la percepción que tiene el 61,9% de los encuestados de que las policías están superadas por la delincuencia y de un 36,7 %  de ellos que dice que ellas no hacen todo lo que debieran.  Ello puede acabar instalando una idea de indefensión permanente y desconfianza en las instituciones policiales. 

Cualquiera sea el resultado del plebiscito, tal volumen de opinión le pone una tarea de enorme envergadura al gobierno, que deberá orientar toda su energía en la gobernanza de la seguridad para evitar darse por fallido en su manejo. 

En el tema presidencial, en la derecha, Evelyn Matthei (21,3%) vuelve a ubicarse por sobre José Antonio Kast (19,1%) en relación a la encuesta anterior, lo que indica un roce fuerte de competencia electoral al interior de ese bloque político y social, que en su conjunto aparece como el mejor aspectado para adelantarse en la carrera electoral por la Presidencia de la Republica. Todo ello imantado en las dos figuras políticas más relevantes del sector Kast y Matthei.  

En el bloque político oficialista la situación es muy diferente, y lo que se aprecia es un escenario completamente fragmentado.  Camila Vallejo (9%) sigue liderando la competencia aunque se acortan las distancias entre ella y Carolina Tohá (8.9%) hasta un virtual empate, seguidas por Claudio Orrego (4.9%).  

Las menciones Ninguno (13,4%) y Otro (10,9%), son muy altas, por lo que en presencia de tal fragmentación se han evaluado nuevos personajes dentro del oficialismo, entre los cuales aparecen Manuel Monsalve con un 2,6% de menciones y Luis Cordero 2,1%. El empate entre Sebastián Piñera y Michelle Bachelet, en un 2.3% cada uno, deja entrever que no se los ve como competidores, por lo que obtienen una calificación baja que en circunstancias de competencia real sería posiblemente mucho mayor. 

Tres personas lideran marcadamente la tasa de rechazo al preguntarse a los encuestados por quien nunca votarían: Vallejo, Kast y Parisi. Con porcentaje de rechazo de 41,2%, 38,1% y 28,4% respectivamente. Ello contrasta con otros candidatos con un buen porcentaje de apoyo como es el caso de Carolina Tohá y Evelyn Matthei y que muestran bajas tasas de rechazo de 16,4% y 15,9% respectivamente. 

Finalmente, en materia de confianza económica hay aspectos positivos y negativos, sin perjuicio de las menciones negativas sobre alza de precios, desempleo y sueldos, referidos anteriormente. Al evaluar la situación económica del país un 55% de los encuestados la encuentra mala (32,7%) o muy mala (22,3%); contra un 28,8% valora como regular y solo un 16,2% que la define como muy buena o buena.  

Lo anterior no obsta para que, preguntados sobre su economía personal, solo el 33,2% la califica como mala o muy mala, un 30,8% de regular y un 36% la califica como buena o muy buena. Luego, cuando se pregunta si el país está progresando, el 54,7% dice que esta retrocediendo, el 18,55% dice que se mantiene igual y solo el 26,8% dice que está progresando. 

Lo que se puede apreciar es una correlación entre una imagen pesimista del desarrollo de Chile y una pesimista evaluación de la economía. Lo que se contrapone a la imagen que los encuestado tienen sobre su situación personal, en la cual ellos se dividen en tercios proporcionales sobre ni buena ni mala, sino regular.  

El gobierno llega al plebiscito muy mal evaluado, lo que parece haberse anclado en la percepción de los ciudadanos y que finalmente podría ser determinante en el resultado final del mismo. 

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