El Presidente Sebastián Piñera, que en instancias privadas a veces fuma, se tomó en serio el tema de la nueva ley y se sabe que durante las primeras semanas desde que entró en vigencia la nueva norma, revisó algunas oficinas de ministros y asesores fiscalizando que desaparecieran ceniceros y nadie fumara en Palacio.
De príncipe a paje la ley antitabaco que entró en vigencia el 1 de marzo tiene en las cuerdas a los fumadores y los inquilinos de La Moneda no son la excepción. Hasta antes que entrara en vigencia, la gente podía fumar en los patios de Palacio y lo cierto es que más de uno hacía la vista gorda y prendían cigarros en sus escritorios.
Pero con la llegada de marzo todo eso se acabó. Es más, el Presidente Sebastián Piñera, que en instancias privadas a veces fuma, se tomó en serio el tema de la nueva ley y se sabe que durante las primeras semanas desde que entró en vigencia la nueva normativa, revisó algunas oficinas de ministros y asesores fiscalizando que desaparecieran ceniceros y que nadie fumara en Palacio.
La norma prohíbe fumar en todo espacio cerrado de acceso público, como estadios, pubs, restaurantes, discotecas y casinos de juegos, además de aeropuertos, teatros, cines, centros de atención al público y servicios del Estado. Es ahí donde entra La Moneda.
Ministros, asesores, funcionarios y periodistas se tuvieron que adaptar a las nuevas condiciones y no les quedó otra que tener que salir fuera de La Moneda, a un costado de las puertas de la Plaza de la Ciudadanía y de La Constitución, para prender un cigarro a la rápida para volver a sus funciones.
Incluso, se había puesto un cenicero de pie en las afueras de Palacio mirando a la Alameda, por lo que ya se había hecho habitual a distintas horas del día ver a varios relegados fumadores. Algunos ministros habían optado por recurrir a “arrancadas” a uno de los café de moda de la administración piñerista, el Blue Yard, detrás del Ministerio de Hacienda.
Sin embargo, la mano se les puso más dura esta semana. El director administrativo de la Presidencia, Aldo Sabat, mandó un e-mail a la guardia de La Moneda estableciendo que tampoco se puede fumar en las afueras del Palacio, sino que desde ahora todos deben ir más allá de las vallas papales que rodean la sede de gobierno y fumar en la vereda de en frente.
