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Cómo se gestó la carta de reclamo de las diplomáticas del Servicio Exterior de Chile

Cómo se gestó la carta de reclamo de las diplomáticas del Servicio Exterior de Chile

La semana pasada y en respuesta al Sin Editar “Las complejas relaciones interiores del Ministerio de Relaciones Exteriores”, un grupo de embajadoras, secretarias y consejeras enviaron una carta poniendo el foco en la discriminación positiva a que aludía nuestra publicación, argumentando sobre lo difícil y lento que ha sido lograr paridad en la carrera diplomática. Sin embargo, no todas las mujeres del ministerio fueron convocadas ni se sintieron representadas en dicho texto. Esto trajo un nuevo flanco de conflicto al interior de los pasillos de Teatinos, pues ahora las funcionarias que no son del cuerpo diplomático acusan exclusión y segregación.


El pasado 27 de julio llegó hasta El Mostrador la carta firmada por 58 embajadoras, primeras, segundas y terceras secretarias, más consejeras del Servicio Exterior de Chile. El motivo: responder a la nota que publicamos el 26 de julio respecto a las enrarecidas relaciones dentro de la Cancillería, bajo el título: “Las complejas relaciones interiores del Ministerio de Relaciones Exteriores”.

“Las Relaciones Internacionales siguen siendo un espacio altamente masculinizado, donde la discriminación hacia las mujeres ha estado lejos de ser positiva. En un universo de cerca medio millar de funcionarios, hemos pasado de ser 28 diplomáticas en 1990 a 122 en 2022. Lamentablemente, y dada la composición actual del escalafón del Servicio Exterior, pasará un buen tiempo antes de que en Cancillería podamos alcanzar la anhelada paridad. Sin embargo, los avances parecen incomodar a un sector demasiado acostumbrado al status quo. Por primera vez, tenemos 24 mujeres Embajadoras, un acto de justicia que está lejos de reparar años de discriminación y exclusión en una carrera que por mucho tiempo se entendió como ‘no apta para mujeres’. Recién en 2022 pudimos empezar a ocupar nuestros grados en femenino (Tercera, Segunda y Primera Secretaria, Consejera y Ministra Consejera) porque, por un celo administrativo que se parecía mucho a falta de voluntad, en lo formal no había mujeres en el Servicio Exterior”, expone la carta.

Todo bien y absolutamente respetable la aclaración. Sin embargo, como bien dice la misiva de las embajadoras, en la Cancillería hay 122 mujeres en el Servicio Exterior, esto significa que las firmantes en la carta de respuesta a la nota publicada en El Mostrador representan menos del 48% del total de mujeres diplomáticas de Teatinos. Y por ahí va la molestia de varias trabajadoras del Minrel.

Tanto diplomáticas como funcionarias reclaman que no fueron “invitadas” a participar de la carta y que finalmente se trata de una visión acotada del universo total de mujeres (menos de la mitad de las diplomáticas y un porcentaje mínimo de todas las funcionarias del resto de la división). De hecho, una fuente señala que las embajadoras que firman fueron nombradas por la administración del Presidente Gabriel Boric, salvo una excepción, “lo que demuestra el sesgo y la baja representatividad de la misma”, se queja una funcionaria.

La misma fuente recalca que “llama la atención la ausencia de profesionales y administrativas provenientes de las otras plantas del ministerio, las que tienen una situación salarial y de carrera desmejorada en comparación con las diplomáticas y que deberían tener prioridad en una verdadera agenda feminista. La carta nada dice sobre cómo abordar las legítimas aspiraciones de esas funcionarias, concentrándose solo en quienes están en posición de privilegio”.

Tareas pendientes

El texto habría sido propuesto por el entorno de Carolina Muñoz, jefa de gabinete de la ministra Urrejola (casada con el director de Personal de la Cancillería, Iván Favereau Urquiza), a través de un borrador que se hizo circular, y en el cual contrasta el escaso número de cargos altos de la carrera (siete embajadoras) con la cantidad de egresadas de la Academia Diplomática y terceras secretarias, “dando la impresión que no tenían mucho margen para negarse a su adhesión”, señala otra fuente desde el extranjero.

El descontento de las funcionarias se suma a los otros conflictos latentes y en desarrollo en el edificio del ex Hotel Carrera: desprolijidad en nombramientos, algunos pendientes (Brasil, México…), otros revocados (China), rencillas internas, conflictos intergeneracionales y acusaciones de segregación, son algunas de las cuestiones que se enredan y enturbian el ambiente al interior de Cancillería. Una pugna que al final del día agota y tiene sumida a la canciller en un choque de opiniones y disputas que –según dicen desde el interior del Minrel– está muy asociado a la pretensión de un grupo por acaparar la agenda y los cargos.

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