Antes y durante la gira a China, el Presidente Boric emitió declaraciones consideradas por fuentes diplomáticas como poco afortunadas. Si bien la diplomacia china mantuvo la cortesía de no emitir comentarios, apenas llegó al país le informaron que se había caído el millonario proyecto con Sinovac.
Dos sucesos tuvieron lugar inmediatamente después que regresara al país el Presidente de su gira a China: se inauguraron los Juegos Panamericanos en el Estado Nacional, con un significativo marco de público que aplaudió al Mandatario; y la empresa china Sinovac comunicó su decisión de no continuar con el millonario proyecto de investigación, desarrollo y producción de vacunas en nuestro país.
Aunque no están claras las razones por las cuales las autoridades chilenas permitieron que se cayera este ambicioso proyecto –el cual prometía posicionar al país como líder en la región en la elaboración de vacunas contra el coronavirus, hepatitis e influenza–, el momento en que se dio conocer la información revela mucho más de lo que se aprecia a simple vista, según observaron analistas y expertos en relaciones diplomáticas.
La publicitada reunión del Presidente Boric con su homólogo chino Xi Jinping, en el contexto de un fortalecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países, estuvo precedida por una controversia surgida cuando faltaban solo días para iniciar el viaje.
En el marco de la 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada algunas semanas atrás en Nueva York, la prensa le preguntó al Presidente Gabriel Boric si mantendría su postura de condenar las violaciones a los derechos humanos “vengan de donde vengan” durante su visita al gigante asiático, a lo que el Mandatario chileno se limitó a responder: “Sí”.
Las reacciones del representante del Gobierno chino en Chile no se hicieron esperar. En tal sentido, el embajador Niu Qingbao advirtió que el Presidente Boric debería mantener “prudencia” y “cuidar el tono” de sus declaraciones.
En una de sus primeras actividades oficiales en China, el Presidente de Chile dio una charla magistral en la Universidad de Sichuan, en la ciudad de Chengdú, al suroeste del país, donde instó a los estudiantes a mantener siempre “una dosis de rebeldía”.
“Como jóvenes, los exhorto a mantener siempre una dosis de rebeldía, a no conformarse con las versiones oficiales, a cuestionar lo que se da por sentado”, expresó ante el público universitario.
La relación de China con sus estudiantes es un tema sumamente delicado para el Gobierno de ese país, aún marcado por el episodio del 4 de junio de 1989, cuando las autoridades reprimieron brutalmente una protesta estudiantil, resultando en cientos de muertes en la masacre de la plaza de Tiananmén, lo que le valió la condena internacional.
Tras permitirse ese “gustito” –según opinan algunos analistas–, Gabriel Boric se reunió días después con el mandatario chino y, en una declaración conjunta, respaldó el compromiso de Chile con el principio de “una sola China”, reconociendo a Taiwán como parte inalienable del territorio chino, requisito indispensable para mantener buenas relaciones con el gigante asiático.
Como buenos anfitriones, desde la diplomacia china mantuvieron la cortesía y no se hicieron comentarios sobre las declaraciones del Jefe de Estado chileno, tanto acerca de las previas como de las emitidas durante el viaje.
Inmediatamente después de regresar al país y con una evaluación positiva de la gira, el Gobierno se enteró de que Sinovac había cancelado el proyecto de 100 millones de dólares para producir vacunas contra el COVID-19 y que ahora su socio estratégico era Colombia.
Los chinos pueden ser corteses –advierten en fuentes diplomáticas–, pero no olvidan.
