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El dedo de Lagos apunta a un gobierno que perdió el control de la agenda


¿Extrañaba el ex presidente Lagos los aplausos del empresariado? Tal vez salió a defender su legado, como el gran arquitecto y estadista de la transición. O quizás las dos.

 

La profundas reformas que ha prometido el gobierno de Michelle Bachelet y la discusión generada sin duda le quitan legitimidad al modelo privatizador impulsado por el ex mandatario durante su sexenio.

 

Por lo mismo, con su discurso en Icare, Lagos avivó las llamas de la elite y de paso le rayó aún más la pintura a un gobierno que ya venía debilitado, con el cada vez más cuestionado ministro de Hacienda Alberto Arenas, que concentra todo el peso de las críticas.

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