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Día del Emoji: ¿cómo nos impacta la revolución por chat? Opinión

Día del Emoji: ¿cómo nos impacta la revolución por chat?

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Ariel Jeria
Por : Ariel Jeria Gerente general de Rompecabeza Digital y académico de la U. Finis Terrae
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Fue en 2008 cuando el primer emoji vio la luz de la mano de Apple, y toda nuestra comunicación por chat cambió. Desde emociones, sentimientos y conceptos generales se han vuelto imprescindibles en cualquier conversación, incluso lejos de la virtualidad. ¿Te imaginas un mundo sin emojis?

¿Una cara vale más que mil palabras? Probablemente, sí. Desde la llegada de los emojis hace 12 años a nuestras vidas, la comunicación virtual dio un giro radical en torno a este sistema de signos que llegó para quedarse. ¿Se acuerdan -los nostálgicos- de los primeros emojis lanzados por MSN Messenger, MySpace o su combinación con emoticones en blogs?

Si su popularidad hace una década ya era sorprendente, su uso en la actualidad es desconcertante. Las cifras no mienten: con 700 millones de emojis compartidos por Facebook cada día y 250 millones al mes en Twitter durante 2018, la cultura pop de las caritas sonrientes y los corazones de colores da la vuelta al mundo.

No es sorpresa que los emojis sean tan usados por la población: son universales, gratis, todos pueden entenderlos sin discriminaciones, son versátiles, dinámicos, y por sobre todo, nos representan. Desde animales, objetos, comidas y emociones, los emojis nos permiten expresarnos con creatividad, sarcasmo, intriga e incluso decir aquello que no queremos o nos da vergüenza.

Definitivamente, ya no son solamente caritas felices o tristes que alguna vez interpretó Scott E. Fahlman para comunicarse con sus alumnos de clase en 1982; hoy son verdaderos códigos culturales que escapan de la virtualidad para instalarse en el mundo físico. Similar a lo que pasa con los memes o stickers, que forman un repertorio ampliamente conocido y que genera sentido común entre la población.

Su uso es tan relevante que incluso “emoji” fue escogida como la palabra del año en diciembre pasado por la Fundéu BBVA y la Real Academia Española (RAE). ¿Necesitas más razones para comprobar su importancia?

El primer acercamiento a los emojis data de 1982, cuando el profesor estadounidense Scott E. Fahlman creó un modelo de símbolos para distinguir el tono de voz de una conversación por chat con sus alumnos; un ejercicio que consistía en simular caras felices o tristes a partir de signos del teclado así 🙂 o :-(. Conocidos hoy como “emoticones”, estos fueron evolucionando y derivando en figuras que, nuevamente, formaban expresiones a partir de puntos, guiones y números.

Una extensión de estos últimos fueron los kaomoji (en japonés), figuras que se leían horizontalmente (a diferencia de sus predecesores), y se veían algo así: -_- , (^o^)/, (=^.^=), (ㆆ_ㆆ), ( ❛ ͜ʖ ͡❛).

Aunque definitivamente fue la llegada de la plataforma de mensajería de Microsoft MSN la que democratizó y difundió su uso con una nueva técnica: asociar estos códigos con un ícono en particular. Así, cada vez alguien tecleaba “;)”, “:P” o “XD”, se convertía en una cara que expresaba distintas emociones o acciones.

Hoy, son más de 2.800 los emojis que componen el gran catálogo aprobado por Unicode, y prácticamente no hay ninguna aplicación, herramienta, red social o plataforma que no los permita. Esperemos ver adelantos y próximos lanzamientos durante este 2020. Al final, ¿hay algo más genial que hablar con emojis?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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