Salud
En junio de 2022, el Presidente Gabriel Boric anunció en su primera cuenta pública “una reforma integral al sistema de salud” que contempla un plan de resolución de listas de espera quirúrgicas. Por esto, el Instituto Nacional del Tórax proyecta duplicar las implantaciones de válvula aórtica transcatéter. “Ha permitido aumentar la esperanza de vida con un muy buen pronóstico, además de disminuir la morbilidad”, sostuvo especialista.
Fondo Universal de Salud, disminución del copago en el sistema público y un plan de resolución de listas de espera quirúrgicas fueron algunos de los cambios anunciados en junio de 2022 en el marco de la reforma integral del sistema de salud. Este último ya presentó sus primeros avances, algunos de ellos facilitados por la cooperación pública-privada.
Es el caso del Instituto Nacional del Tórax, que gracias al ajuste por tecnología de Fonasa otorgado a la implantación de la válvula aórtica transcatéter (TAVI) pudo avanzar en la multiplicación de atenciones con un tratamiento “mínimamente invasivo”, que según un informe del Ministerio de Salud (Minsal), presenta en promedio un retraso de 136 días en atenderse.
La Estenosis Aórtica se refiere a los cambios patológicos, fisiopatológicos y clínicos que se asocian a la disminución del área valvular aórtica, estrechando la válvula y con ello obstruyendo el flujo sanguíneo. Su tratamiento puede incluir medicamentos e intervenciones más o menos invasivas.
“Antes de este anuncio se realizaban cerca de 25 a 30 procedimientos anuales y con la actualización de tecnologías se espera llegar a implantar 50 a 60 anuales; duplicar el número de procedimientos”, sostuvo el doctor Jorge Sandoval, jefe de Hemodinamia del Instituto Nacional del Tórax.
Este tratamiento tiene múltiples ventajas en relación a otras intervenciones quirúrgicas que pueden realizarse en pacientes con estenosis aórtica.
“Es un procedimiento con similar resultado hemodinámico que la cirugía, pero sin los riesgos esta última, además puede realizarse con sedación y hospitalización abreviada, lo que permite que el paciente se reintegre a las actividades de la vida diaria en menos de una semana”, agregó el profesional.
Eric Lopresti Salazar tiene 91 años y vive en una residencia de adultos mayores en Santiago, donde es “el único que sale a la calle”, dijo con una sonrisa.
“Toda la vida he sido muy bueno para caminar, andaba hasta cuarenta cuadras, pero después comencé a sentirme cada vez más cansado y me tenía que sentar en cada cuadra que caminaba”, contó. Su vida fue un antes y un después de la cirugía, pues según manifestó, ese impedimento le hizo sentir “horrible”.
Para el tratamiento de las enfermedades de la válvula aórtica se están desarrollando nuevas técnicas que buscan realizar cirugías menos invasivas. El TAVI es un procedimiento que consiste en implantar la válvula aórtica a través de catéteres sin tener que abrir el esternón ni parar el corazón como se realiza en la cirugía habitual.
De acuerdo a la explicación del doctor Jorge Sandoval, en la primera semana se evalúan los accesos vasculares (no quirúrgicos) y en el seguimiento “los trastornos del ritmo, porque se puede necesitar de marcapasos”.
Además, debe evaluarse el funcionamiento de la prótesis con una ecocardiografía y mantener el control del resto de las comorbilidades que presente el paciente.
“Los pacientes retoman sus actividades rápidamente y su recuperación es muy favorable, lo que ha permitido aumentar la esperanza de vida, con muy buena proyección y una disminución de la morbilidad, con resultados del implante generalmente permanentes”, valoró Sandoval.
