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Los retos jurídicos del metaverso CONGRESO FUTURO

Los retos jurídicos del metaverso

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Es la próxima versión de las redes sociales y trabajará en tres dimensiones complementando y sustituyendo, en ciertos casos, el mundo físico, digitalizando experiencias. El metaverso o los metaversos llegarán a su culmen en los próximos 10 o 15 años y proponen un desafío jurídico a nivel mundial: las oportunidades de un proceso en el que, por primera vez, diversos actores trabajan por un desarrollo tecnológico acorde al derecho.


“El Metaverso no es más ni menos que una aplicación de internet, un ecosistema virtual y multidimensional en el que usuarios interactúan y desarrollan actividades, es la próxima versión de las redes sociales, pero con una tercera dimensión que ocupa un hardware especial con el fin de complementar o sustituir  al mundo físico digitalizando experiencias”, describió a la tecnología Moisés Barrio Andrés, doctor, profesor y letrado del Consejo de Estado de España. 

En el marco del Seminario Internacional: Oportunidades y Desafíos del Metaverso, el experto en regulación digital subrayó que se trabaja “desde todas las latitudes” en el desarrollo jurídico del Metaverso, que plantea numerosos desafíos vinculados a sus usos.

Esto porque algunos metaversos ya existentes demostraron que, tal como en la realidad offline, se puede incluso promover la sexualización de las infancias o ser víctima de un abuso sexual

Tales situaciones evidenciaron que el metaverso supone desafíos jurídicos presentes en el mundo offline, en relación a aspectos como el resguardo de la propia seguridad. 

Actualmente, existen metaversos más o menos desarrollados y según comentó el especialista, el objetivo para la próxima década está pensado en tener un metaverso que los conecte a todos. Esto es, contar con un avatar que, por ejemplo, se pueda comprar un gorro y trasladarse con él por otros metaversos, lo que llamó “interoperabilidad” de las plataformas. 

En julio de 2022, se constituyó The Metaverse Standards Forum, entidad de cooperación de organismos de desarrollo tecnológico para lograr estándares internacionales en materia de regulación jurídica. 

A mediano plazo,  este y otros espacios vinculados al ejercicio de la ley tendrán que determinar, entre otras cosas, cuál va a ser el estatus jurídico de un avatar. ¿Todo lo que hace va a tener inmediata vinculación con la persona del mundo offline? Es una de las preguntas que tendrá que tratarse pues si bien, el metaverso abre las puertas de desarrollos como el educativo o quirúrgico, también abre problemas de tipo legal que hay que resolver. 

“Nuestro reto es construir una legislación que aporte seguridad jurídica”, remarcó el jurista europeo, al tiempo que repasó los retos legales en el corto plazo. 

Lograr una infraestructura digital robusta y resistente que prevenga ciberataques, el desarrollo y la expansión del 5G, desdibujar las barreras de acceso a la tecnología y los problemas de regulación (presentes actualmente en relación a las redes sociales), fueron algunos de los desafíos identificados. 

En el último de los casos, el cuerpo jurídico deberá enfocarse sobre todo en la protección de datos, ciberseguridad, la protección de la propiedad intelectual, transacciones, identidad digital, otorgar garantía de derechos digitales y en la promoción de políticas públicas enfocadas en ello, sostuvo el abogado Moisés Barrio Andrés. 

“En Europa, los metaversos son servicios de la sociedad de la información, regulados desde el año 2000, que se suman a reglamentos europeos, como el de servicios digitales y mercados digitales, reglamentos que permiten regular problemas inmediatos y a corto plazo”, sostuvo aludiendo a la experiencia europea en relación a la regulación de derechos digitales, que se encuentra en un estado más avanzado en comparación con las políticas latinoamericanas. 

En 2021, la Unión Europea presentó una carta de principios y derechos digitales para la transformación digital que, a juicio del jurista, puede servir como “elemento constructor de la legislación” del metaverso ya que a través de ella se trazó una radiografía de avances y desafíos en relación a lo digital, que puede resultar útil para abordar el metaverso. 

Así pues, el abogado valoró los antecedentes jurídicos con los que se cuenta ya que el punto de partida es muy diferente en comparación al que existía cuando nació el internet.

“El metaverso nace de una serie de tecnologías que ya conocemos y su gracia es que se encuentran potenciadas por su hibridación y además ya están  jurídicamente reguladas”, aseveró. 

Con una mirada optimista, centrada en la experiencia europea (que, valga la redundancia, no es la misma latinoamericana), el letrado valoró que los juristas “por primera vez” están rompiendo con la frase que dice que “el derecho siempre va por detrás de la realidad”. 

“Por primera vez los juristas, la sociedad civil y otros actores tenemos la posibilidad de asegurarnos que este desarrollo tecnológico sea acorde al derecho, de trabajar por un desarrollo sostenible y jurídicamente respetuoso”, cerró.

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