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Destacan auge por capacitarse como Gestor de Inclusión Laboral a un año de regir Ley 21.275
 Inclusión

Destacan auge por capacitarse como Gestor de Inclusión Laboral a un año de regir Ley 21.275


La ley impulsa medidas para que las empresas tomen un rol efectivo en la inclusión de personas con discapacidad al mundo laboral de forma sostenible en el tiempo gracias a la consideración y gestión de todos los procesos de inclusión laboral-


En noviembre del 2022 entró en vigor la Ley 21.275 que exige a las empresas con más de 100 colaboradores contar con un gestor de inclusión laboral dedicado a facilitar la inclusión de personas con discapacidad al interior de las compañías. La norma se suma a la obligación de las empresas locales de contratar un 1% de personas con discapacidad en sus equipos.

Al cumplirse un año de su puesta en marcha, la contratación de personas con discapacidad ha experimentado un auge importante que, según los expertos, no siempre va de la mano con los ajustes y apoyos requeridos dentro de las instituciones lo que hace igual de urgente el desarrollo de nuevos gestores de inclusión laboral.

Es el caso de empresas que contratan personal en silla de ruedas y que se preocupan de las rampas de acceso, de los lugares de desplazamiento y los baños, pero no de la altura del reloj control o las gavetas del casino, por ejemplo. O cuyas señaléticas en braille se encuentran disponibles y “a la vista”, pero no accesibles para las manos de las personas ciegas recién contratadas, solo como problemáticas de entrada.

Incluso, muchas empresas prefieren pagar las multas asociadas a las exigencias de la Ley de Inclusión que realizar este tipo de adecuaciones o cambios culturales, explica Catalina Calvo, terapeuta ocupacional de la Fundación Chilena para la Discapacidad, encargada del área de desarrollo organizacional inclusiva brindando asesoría técnica y formación al rol de gestor de inclusión

Agrega que cuando se habla de una ley de inclusión laboral, muchas veces se cree que una vez publicada en el Diario Oficial ya se dio el paso, cuando en realidad es el cambio cultural en las organizaciones y la sociedad donde debe darse el verdadero hito.

“Desgraciadamente una problemática recurrente es la baja fiscalización para el cumplimiento de la Ley 21.275. En la práctica, me he encontrado, lamentablemente, con diversas instituciones que prefieren ser multadas antes de dar cumplimiento ya sea a través de forma directa o por ejecución alternativa”, sostiene la experta.

Otro tema a considerar, es cómo compatibilizar los requisitos de seguridad ocupacional y sistemas de gestión en algunos rubros con la incorporación de personas con discapacidad al mundo laboral, o yendo más lejos, el poder adecuar los espacios físicos y la infraestructura, cuando no contamos con la posibilidad de tomar decisiones por ser un lugar alquilado, edificio patrimonial o las instalaciones de un cliente”, enumera Calvo sobre el rol crucial de un gestor de inclusión laboral en las empresas.

“La figura del gestor de inclusión laboral en las empresas es un gran paso para lograr transformaciones profundas. Sin embargo, no se han establecido los estándares mínimos de su rol en las organizaciones; en términos de jornada laboral, la relación entre la cantidad de gestores versus el número total de dotación, renta mensual, y profesionalización del cargo para otorgarle la importancia que merece en cuanto a sus funciones. Pero, sin duda, el desarrollo de este cargo es una gran oportunidad para la cultura inclusiva”, estima.

Un nuevo ambiente laboral para todos

Según la exigencia legal, el Gestor de Inclusión Laboral es un profesional que se desempeñará en el área de recursos humanos de la empresa y debe estar formado y actualizado en las temáticas relacionadas con accesibilidad universal como discapacidad e inclusión laboral, lenguaje inclusivo, derechos de las personas en situación de discapacidad y modelos de caracterización de la discapacidad, entre otros.

Las funciones de este profesional serán desarrollar el diagnóstico de inclusión laboral de personas con discapacidad en las organizaciones, implementar estos planes de inclusión laboral y coordinar las acciones de capacitación sobre el mismo tema. Un gran paso, cree la Magíster en Inclusión, Marcela Arevalo, docente de la carrera de Pedagogía en Educación Diferencial. 

“Generalmente las leyes se basan en el establecimiento de pisos mínimos de cumplimiento, pero la exigibilidad en este cargo obliga a repensar las formas de relación y dinámicas del clima y de la cultura laboral como un tremendo empuje para la transformación sociocultural de las organizaciones”, destaca.

“A veces los cambios vienen de arriba hacia abajo y a veces de abajo hacia arriba. Algunas veces operan de manera combinada como en este caso, desde una normativa que plantea un camino más largo para las empresas que se contrapone con otras salidas alternativas de las empresas”, dice sobre quienes prefieren pagar multas que hacerse cargo de la urgencia del tema.

“Por otro lado es muy interesante y enriquecedora esta oportunidad el poder mirar las características de los distintos puestos de trabajo que existen dentro de las empresas, el papel efectivo de muchas personas que están en situación de discapacidad y algunas neuro divergencias que pueden institucionalizarse como un gran aporte en estos lugares de trabajo desde la perspectiva del aporte y no desde una obligación”, señala Arévalo.

Dentro de las oportunidades, el cargo de Gestor de Inclusión Laboral abre nuevos campos de trabajo e inclusión para quienes desean especializarse desde el campo de la gerencia de personas, la psicología laboral y otros aspectos del reclutamiento. Especialmente cuando la posibilidad de la capacitación es online.

Arévalo destaca distintas franquicias que permiten el crecimiento laboral en pro de la inclusión a través de instituciones dedicadas a esta capacitación que destraban el “cuello de botella” de la falta de especialistas, versus la urgencia de una puesta en marcha de la ley.

“En general estas certificaciones rigurosas tenían a ser largas o parte de currículums más extensos que requerían criterios de calidad importantes para que las instituciones se interesaran en dictarlas. Quizás se pueda ampliar esta cobertura para que la exigencia y la calidad de los profesionales siga siendo alto, pero su alcance mayor. Al menos, se nota un gran interés por echar a andar estos modelos de cambio dentro de las organizaciones”, reflexiona.

Desde Academia Innova, institución que dicta el curso de Gestor de Inclusión Laboral, señalan un aumento exponencial en el interés por certificar esta competencia a través de clases online y metodologías prácticas.

Por su parte, Catalina Calvo cree que un beneficio que trajo la crisis sanitaria fue la digitalización de muchos servicios y productos como en el caso de la posibilidad de certificarse como gestor de inclusión, dando la oportunidad de que las personas puedan hoy capacitarse de forma remota propiciando un mayor acceso al mundo del trabajo, sin necesidad de traslados o sacrificar el escaso tiempo libre. 

“Por último, es importante que la normativa impulse cambios sociales que nos lleven a deconstruir el capacitismo instalado en las organizaciones, legitimando la diversidad inherente a las personas, centrándose en la participación de las personas en situación de discapacidad como actores relevantes en este campo para humanizar el mundo del trabajo”, detalla la profesora Arévalo.

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