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El 57% de primera generación de educación superior se titularon en institutos técnicos profesionales Social

El 57% de primera generación de educación superior se titularon en institutos técnicos profesionales

Investigación entrega datos concretos de los efectos que tiene la educación técnico profesional y demuestra cómo es un motor de cambio en la vida de las personas y la productividad del país.


El estudio “Movilidad Social: aportes desde la educación técnico profesional” fue realizado con el objetivo de “ponerle números” a una realidad de la que siempre se ha hablado: la educación técnico profesional general movilidad social. Si bien hablamos de algo que se da por hecho, no existía un estudio que lo reflejara en cifras.

El documento, presentado este miércoles, dice que el 57% de los estudiantes que son primera generación de educación superior (PGES) en sus familias proviene del mundo TP. 

Además, el estudio muestra que las áreas académicas que corren con ventaja en la educación técnico profesional son Ingeniería, Industria, Tecnologías de Información, Silvoagropecuarias y servicios. En tanto que las universidades presentan un mayor porcentaje de PGES en ciencias sociales, periodismo, educación y ciencias naturales.

Para el rector de Inacap, Lucas Palacios, el estudio permite plantear una discusión en torno a la política de financiamiento educacional “que debiese poner en el centro a las personas antes que las instituciones. Chile es el país de la OCDE que más gasta en educación superior, entonces, la pregunta es si estamos gastando bien o no”.

“La masificación de la educación superior en Chile es más rápida de lo que la estructura ocupacional puede absorber y esto se asocia, en parte, a que no existe articulación entre la masificación de la educación superior y el aumento de la productividad del país”, destaca.

El estudio también analiza el valor económico de las diferentes alternativas que ofrece el sistema educacional: Trabajar inmediatamente después de la EM, estudiar una carrera técnica de 2-3 años, estudiar una carrera TP de 4-5 años o una universitaria de 6-7 años de duración real.

En este aspecto se concluye que, mientras mayor es el periodo destinado a la recuperación de la inversión, mayores cambios tecnológicos asociados a la innovación productiva podrían afectar la rentabilidad de los estudios.

La metodología utilizada en el estudio consideró la trayectoria de un grupo de estudiantes desde la educación secundaria hacia su potencial participación en la terciaria, considerando como antecedente el último nivel educativo alcanzado por sus padres.

De ahí se desprende otra de las conclusiones que releva el estudio: “siempre es más beneficioso, en términos de valoración económica, estudiar en la Educación Superior que no hacerlo e ingresar a trabajar de inmediato.

Según Palacios, este primer estudio, además de confirmar que la educación TP promueve la movilidad social, es una invitación a pensar en las políticas de financiamiento con otra mirada: “Nosotros concluimos que se debe reorganizar el financiamiento para que la educación superior esté al servicio del desarrollo del país, realmente”.

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