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Cáncer de Piel: los factores de riesgo y el poder de la genética para protegerse Salud

Cáncer de Piel: los factores de riesgo y el poder de la genética para protegerse

En Chile, durante los últimos 10 años, las muertes por cáncer de piel han aumentado un 40%. El riesgo a desarrollar cáncer de piel se puede determinar a partir de la propia genética y de esta manera entender cuáles son las principales necesidades de cada piel.


En Chile, las cifras por muerte de cáncer a la piel son alarmantes.  De acuerdo a cifras del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), del Ministerio de Salud, sólo el año 2022 se registraron más de 530 muertes por cáncer de piel, la cifra más alta de los últimos 20 años. Según los médicos expertos, el cáncer de piel es prevenible y curable en más de un 90 por ciento de los casos si se trata a tiempo. 

Bajo este contexto y con la idea de concientizar e informar a la población, es que cada 13 de junio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Piel para enfatizar en la importancia del cuidado de la piel y la prevención de tumores cutáneos.

Entre los principales tipos de cáncer de piel, se encuentran el cáncer escamocelular y el basocelular, los cuales son los más frecuentes. También se los denomina cáncer de piel no melanoma, en la mayoría de las ocasiones se detectan en etapas tempranas y se curan solamente mediante una intervención quirúrgica en la que se remueve el tejido afectado.

El melanoma es el más agresivo ya que tiene la capacidad de diseminarse y generar metástasis en otras partes del cuerpo. En caso de que se pueda detectar en etapas tempranas de desarrollo, también se puede lograr su curación.

El principal factor de riesgo para padecer cáncer a la piel, es la exposición al sol, por lo cual se toman diferentes medidas preventivas. Entre ellas:

  • Fomentar conductas de autocuidado desde la infancia, como el uso de protector solar contra radiación UVA/UVB, de al menos FPS 30 y tres veces al día.
  • Evitar la exposición al sol entre las 10:00 am y las 16:30 hs.
  • Durante el verano: cubrirse con ropa, sombrero y anteojos de sol. Evitar el uso de ropa de colores oscuros.
  • Proteger especialmente a los niños del sol. Los bebés menores de 1 año deben evitar completamente la exposición.

Se trata de una enfermedad que afecta tanto a mujeres como a hombres. Puede desarrollarse por factores que no se pueden evitar como antecedentes familiares o el predominio de lunares. Sin embargo, la radiación ultravioleta si puede limitarse usando protector solar y evitando la exposición a lámparas y camas solares.

Detección temprana de la enfermedad

Para detectar la enfermedad antes de tiempo, se realizan estudios como el control dermatológico anual, prueba de imagen, biopsia, autoexamen de lunares (aunque esto no reemplaza a la consulta profesional).

Según la Fundación Arturo López Pérez (FALP), 9 de cada 10 personas con cáncer de piel lo desarrollan debido a la sobreexposición al sol, conducta que está asociada a momentos de felicidad por relacionarse con las vacaciones, la playa, el campo o la vida al aire libre.

La clave para proteger la piel del cáncer es comprender los riesgos y ajustar el comportamiento para asegurar una protección adecuada para la piel en todo momento.

El riesgo a desarrollar cáncer de piel se puede determinar a partir de la propia genética y de esta manera entender cuáles son las principales necesidades de cada piel. 

Las pruebas de ADN que ofrece Genera, el primer laboratorio Latinoamericano especializado en genómica personal, son capaces de revelar muchas características de un individuo que pueden incidir en los comportamientos relacionados con la salud, debido a que existen genes específicos o combinaciones de ellos que indican el grado de riesgo del organismo a desarrollar alguna enfermedad. Esta predisposición genética, entre otras, se puede saber con el test de salud del laboratorio.

Al secuenciar una parte del genoma, es posible saber si alguien cuenta con ciertos genes que pueden conducir a un cáncer de piel.

Se analiza el gen MC14, entre otros, que desempeña un papel fundamental en la regulación del pigmento melanina. En el caso de que el gen sufra cambios en su función, disminuirá la producción de melanina, generará tonos de piel más claros, una menor capacidad de bronceado y un mayor riesgo de sufrir quemaduras solares. Las personas que poseen el alelo T en el marcador rs1805008, presentan una predisposición a una mayor sensibilidad a los rayos ultravioleta.

“Los resultados de un test genético indican si existe una predisposición aumentada, moderada o reducida pero no un diagnóstico. Ya que el test es una gran herramienta que señala la probabilidad de desarrollar ciertas condiciones a partir del análisis de una parte de su genoma, pero no determina que esa persona pueda contraer cáncer”, afirma Ricardo di Lazzaro Filho, médico y socio fundador y co-CEO de Genera. “Con los resultados y siempre con la ayuda de un profesional especializado, se podrá planificar mejor el futuro”, agrega.

Un procedimiento quirúrgico  especializado

Figuras como el actor Hugh Jackman (X-Men) y el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, han reconocido que se sometieron en el último tiempo a un procedimiento quirúrgico para tratar sus carcinomas basocelulares, el tipo más común de cáncer de piel (constituye aproximadamente el 80% de los diagnósticos) y, afortunadamente, también uno de los menos agresivos.

El procedimiento se llama cirugía de Mohs, un procedimiento quirúrgico especializado, altamente efectivo y que permite la eliminación precisa del tumor, mientras se preserva la mayor cantidad de tejido sano alrededor de la lesión. 

Según explica el dermatólogo de Clínicas Las CondesRubén González, “la cirugía de Mohs consiste en la extirpación del tumor visible y un análisis histopatológico que significa estudiar las células y el tejido enfermo bajo un microscopio en busca de células cancerosas. En caso de encontrarse restos de células cancerosas, se realiza una nueva extirpación hasta que no haya más células tumorales visibles”.

Es decir, el proceso se va repitiendo en todas las capas de la piel, hasta alcanzar una en la que ya no queden células cancerígenas. El especialista además explica que este procedimiento “proporciona un elevado índice de curación comparado con las técnicas tradicionales. De hecho, la reaparición de tumores operados con esta técnica es cercano al 1% mientras que, con la cirugía convencional, varía entre 10 y 15%.”

El objetivo de la cirugía de Mohs consiste en extirpar todo el cáncer de piel sin dañar la piel sana que lo rodea y se utiliza a menudo cuando:

  • Un tumor ha regresado luego de haber sido extirpado (cáncer de piel recurrente).
  • Zonas de alto riesgo o donde se desea conservar la mayor cantidad de tejido sano posible, como la cara, los párpados, los labios, las orejas, el cuero cabelludo y genitales.
  • Tiene bordes que son mal definidos.
  • Extirpaciones previas incompletas (bordes tumorales comprometidos).
  • Es grande y requiere un colgajo (movimientos de piel para cerrar la herida operatoria).
  • Sospecha de compromiso de estructuras profundas. 

La cirugía de Mohs además está indicada en casos de cáncer de piel de alto riesgo histológico, “es decir, tumores que tienen posibilidades de comprometer más tejido que el visible a simple vista”, agrega González.

Una opción para tener en cuenta considerando que cada año, se diagnostican más de 5 millones de casos de cáncer de piel en todo el mundo. Y no solo eso. Lo más preocupante es que la mortalidad por cáncer de piel aumentó entre un 50% y 100% en la última década.

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