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Cómo la dismorfia corporal afecta la salud mental de hombres y mujeres Salud

Cómo la dismorfia corporal afecta la salud mental de hombres y mujeres

Ni género, ni tampoco edad, la dismorfia corporal puede afectar a cualquier persona que no se sienta conforme con su físico, llegando a tener consecuencias graves en la vida diaria, tales como el aislamiento social, problemas de autoestima e incluso depresión.


La dismorfia corporal es una enfermedad mental, descrita por primera vez en 1891 por el médico italiano Enrico Morselli, que puede tener consecuencias como trastornos alimentarios, problemas de autoestima o aislamiento social.

En este sentido, en este trastorno de la percepción, la persona se enfoca intensamente en un defecto percibido en su apariencia física. A menudo, esta preocupación se centra en áreas específicas como la piel, el cabello, la nariz, los ojos, entre otros, generando un malestar emocional significativo.

Estos defectos percibidos se pueden adquirir de diferentes modos. De acuerdo con la especialista muchas veces provienen de múltiples comentarios de personas cercanas, ya sean compañeros del colegios, amigos, familia o personas del trabajo que hacen notar algunos aspectos físicos con los cuales la persona no se siente cómoda.

También, “muchas veces las redes sociales pueden influir en cómo creemos que se puede ver un cuerpo o cómo se debería ser su aspecto físico. Ya que, nos muestran personas delgadas, musculosas, pieles perfectas y que, en muchas ocasiones, entregan ‘tips’ para verse como ellos”, menciona la psicólog de Nueva Clínica Cordillera, María José Navarrete,

En este sentido, Navarrete explica que es sumamente riesgoso intentar conseguir estos estándares de bellezas, ya que “se pueden generar trastornos de conducta alimentaria (TCA), obsesionarse con el gimnasio, y otras obsesiones que pueden generar ansiedad”.

Es por esto que, en caso de padecer este trastorno, es importante empezar un tratamiento si es que la persona reconoce síntomas de dismorfia corporal.

Algunos de los síntomas más comunes que se pueden generar son preocuparse extremadamente por algún defecto percibido; creer que los demás ponen especial atención en tu apariencia; buscar procedimientos estéticos con poca satisfacción; aislamiento social; por decir algunos.

De acuerdo a la profesional, no conseguir un tratamiento psicológico adecuado puede generar que el trastorno se intensifique. “No es algo que se cura por sí sólo o desaparece a medida que las personas vayan creciendo, sino que este trastorno no diferencia ni edad, ni género. De no tratarse se pueden acentuar trastornos alimenticios, atracones y problemas en la relación del paciente con la comida.

La psicóloga aclara que es fundamental contar con un apoyo emocional dentro del círculo cercano, ya que muchas veces son ellos quienes pueden crear las inseguridades por lo que es necesario fomentar un sano relacionamiento con el físico, donde no se relacione la belleza con el peso.

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