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Patologías cutáneas en verano: causas, prevención y cuidados para proteger nuestra piel Salud

Patologías cutáneas en verano: causas, prevención y cuidados para proteger nuestra piel

Daniela Adonis
Por : Daniela Adonis Estudiante de Periodismo, Universidad Santo Tomás
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El verano viene acompañado del brillo y luz solar, pero trae aparejado algunos aspectos negativos para la salud y nuestra piel: las afecciones cutáneas. Por ello, es importante tener cuidado y prevenir las quemaduras, considerando lo fundamental que es la vestimenta para mantener tu piel saludable.


En el año 2022, se archivaron más de 530 muertes a causa del cáncer a la piel, evidenciando que esta resultaría ser la cifra más elevada de las últimas dos décadas. Además, se observa que el 90% de las personas diagnosticadas con este tipo de patología cutánea desarrollaron la enfermedad debido a una exposición excesiva al sol, sin las precauciones y cuidados respectivos.

El profesor de la Universidad de Santiago de Chile (Usach) y dermatólogo, Héctor Fuenzalida, indica que “los pacientes que tienen enfermedades que se llaman fotosensibles” forman parte del grupo más propenso a sufrir patologías de la piel en verano, indicando que “por ejemplo, la rosácea se exacerba en verano, algunas enfermedades que pueden ser relacionadas con medicamentos que se toman y sensibilizan la piel” también pueden llegar a ser parte de este segmento de la población que tiene que proteger aún más la piel en temporada veraniega.

Ximena Clavijo, conferencista internacional y fisioterapeuta dermatofuncional de Tecbell y Figuras Red Chile, es categórica al indicar que “es importante destacar que la radiación solar puede afectar la piel desde diversas perspectivas”.

También menciona que “inicialmente, el sol incide en la producción de melanina, siendo este un punto evidente, sin embargo, algunas personas eligen exponerse utilizando algún tipo de fotoprotección, con la creencia de que solo afectará la producción de melanina”.

“Es crucial señalar que además de este impacto, la radiación solar genera cargas electromagnéticas que pueden alterar el componente microbiológico de la piel, lo que a su vez podría influir en la aparición de enfermedades que afectan la microbiota cutánea”, detalla.

Los efectos del sol

“La radiación ultravioleta que emite el sol tiene ciertos beneficios para la piel, especialmente lo que es la activación de la vitamina D, entre otras cosas”, señala el docente de la Usach, sin embargo, es enfático en que “la exposición extrema a temperaturas altas o días que son con mucha luminosidad y mucho tiempo expuesto al sol en horarios donde los rayos caen verticalmente hacia la tierra, particularmente entre las 10 y las 5 de la tarde, se pueden provocar alteraciones en la piel, como quemaduras”.

También añade que “hay pacientes que son muy fotosensibles, es decir, que tienen una condición que lo hace muy sensible al sol, a la radiación ultravioleta o tienen medicamentos que están tomando que también hacen que sea mucho más sensible la piel, cremas para algunos tratamientos específicos que hacen que la piel se adelgace”, las cuales, según indica, podrían generar en los pacientes irritaciones.

Diversas afecciones cutáneas pueden surgir, incluyendo dermatitis, infecciones por hongos y alteraciones en la pigmentación. La prevención se vuelve clave, destacando la importancia de mantener una rutina de cuidado diario y adaptarla según las necesidades de la piel.

En situaciones más críticas y crónicas, el sol podría generar manchas, arrugas prematuras, lo que se conoce como fotoenvejecimiento, pero lo que podría ser aún peor, la aparición de cáncer a la piel después de haber estado años exponiéndose a la radiación ultravioleta.

La vestimenta y accesorios juegan un papel crucial en la protección. Ropa que bloquee la radiación ultravioleta y accesorios como gafas de sol son fundamentales. Existen tejidos diseñados específicamente para frenar la radiación solar. La elección adecuada de vestimenta complementa la protección brindada por los protectores solares.

“La elección adecuada de vestimenta y accesorios desempeña un papel importante en la protección contra los efectos del sol, especialmente en áreas que a veces no se cubren con productos específicos, como la parte ocular. Utilizar lentes de protección y aplicar productos adecuados alrededor de esa área es esencial”, arguye Ximena Clavijo.

Hidratación como factor fundamental

La hidratación, tanto interna como externa, es esencial. Consumir suficiente agua y utilizar productos hidratantes contribuyen a mantener la integridad de la piel. Los expertos aconsejan ajustar la rutina de cuidado según el tipo de piel y utilizar productos específicos para evitar afecciones como acné e hiperpigmentación.

La experta indica que “para prevenir y mantener la piel en buen estado, es esencial asegurarse de una hidratación adecuada, tanto interna como externa. Beber suficiente agua contribuye a mantener la hidratación desde adentro, mientras que el uso de productos que contengan ceramidas, protecciones de hidratación y acuaporinas refuerzan la barrera cutánea, especialmente en climas cálidos”.

El dermatólogo a su vez sostiene que la hidratación de la piel no es solo beber agua, que en sí, es un punto relacionado con la hidratación general del cuerpo, sino que “hidratación o la humectación y la lubricación de la piel es a través de productos locales. Hay cremas lubricantes o cremas hidratantes que retienen la humedad natural de la piel y es importante entonces después de los baños en general lubricar la piel, salvo que la persona tenga una piel muy grasosa y tenga tendencia al acné, pero debiera ser siempre después del baño”.

Las personas que disfrutan de actividades al aire libre deben tomar precauciones adicionales. Además del uso regular de protector solar, se sugiere vestir ropa que ofrezca cobertura total, incluyendo accesorios como gorros y gafas de sol. Evitar la exposición directa al sol durante las horas más intensas y mantener una rutina de cuidado adecuada son medidas esenciales.

¿Las altas temperaturas podrían influir en patologías de la piel?

Aunque el aumento de temperatura por sí mismo no está directamente ligado a dermatitis, puede influir en la producción de sebo y alterar el pH cutáneo, contribuyendo a erupciones y acné. Además, el incremento de insectos durante el verano aumenta el riesgo de picaduras, exacerbando posibles afecciones cutáneas.

Fuenzalida indica que “el aumento de la temperatura en general no tiene mucha relación con las erupciones cutáneas ni con la dermatitis, salvo que sea una dermatitis fotosensible”, la que se desencadena por la exposición a la radiación ultravioleta. Por otro lado, añade que “por el aumento de temperatura, cuando hay más temperatura, salen también muchos más insectos y eso también puede promover mayor cantidad de daño a la piel o quemaduras”.

La salud de nuestra piel durante el verano es una prioridad que requiere atención y cuidado. Adoptar medidas preventivas, como el uso adecuado de protector solar, la elección inteligente de vestimenta y una hidratación constante, nos permite disfrutar de los días soleados sin comprometer la salud de nuestra piel. De esta forma, aprovechamos al máximo las bondades del verano mientras cuidamos nuestro órgano más grande: la piel. ¡Disfrutemos del sol de manera responsable!

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