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¿Somos ​Supermujeres? Yo opino

¿Somos ​Supermujeres?

Carola Blázquez
Por : Carola Blázquez Doctora en Ingeniería en Información Geo-espacial y académica de la Universidad Andrés Bello.
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¿Se puede ser una mujer profesional exitosa y al mismo tiempo ser una excelente madre de familia y una maravillosa esposa?, es decir, ¿se puede ser una “supermujer”? La Dra. en Ingeniería en Información Geo-espacial Carola Blázquez se lo planteó en Heurekaonline.com, el medio de comunicación y divulgación de la actividad científica chilena que tiene por fin destacar a los compatriotas que se encuentran realizando aportes en las diversas áreas del conocimiento.


Según el artículo de Anne-Marie Slaughter publicado en la revista estadounidense The Atlantic, las mujeres norteamericanas no pueden tenerlo todo. Las mujeres deben decidir si dedicarse exclusivamente a su trabajo o únicamente a su familia ya que las leyes, las empresas y en general la sociedad no entrega los medios ni los recursos para que ambos sean compatibles.

Esta realidad del país nórdico no está muy alejada de lo que ocurre actualmente en Chile. Las cosas han cambiado en las últimas décadas. Las mujeres están obteniendo títulos profesionales en mayor número que los hombres (aproximadamente el 60% de los estudiantes universitarios son mujeres), han aumentado sus estudios de postgrado y además ha crecido la participación de mujeres en el mundo laboral (43% en 2012). Sin embargo, la mujer está subrepresentada en las posiciones estratégicas y de poder en la fuerza de trabajo de las esferas culturales, económicas, académicas y políticas de la sociedad chilena, según indica Mahia Saracostti en su artículo publicado en la revista Calidad en la Educación en el año 2006.

La mayoría de los altos cargos en el sector privado y público está dominado por hombres. Los porcentajes de participación de la mujer en altos cargos y como integrantes en directorios en la empresa privada se encuentran entre el 1% y el 3%. Según el informe de Catalyst en 2010, se concluyó que existe una correlación directa entre la presencia de las mujeres en los directorios y la tasa de retorno sobre el patrimonio de las empresas. Entonces, ¿por qué las mujeres componen un porcentaje bajo de esta elite de profesionales que toman decisiones?

A las mujeres se les presentan oportunidades de ascender profesionalmente y llegar a posiciones gerenciales más elevadas, pero muchas tienen que postergar su carrera profesional a favor de sus hijos o rechazar esa hermosa oferta porque requieren de mucho tiempo y dedicación que las mantiene alejadas de sus seres queridos. Generalmente, se exigen viajes frecuentes de negocios, reuniones extendidas hasta tarde, trabajo que debe realizarse en la oficina y asistir a cenas o realizar actividades fuera del horario de trabajo.

Además, muchas decisiones importantes de negocios se llevan a cabo en ambientes informales donde la mujer no puede participar porque tiene responsabilidades familiares y del hogar. El equilibrio entre la vida profesional y la familia es esencial para que la mujer se incorpore al mundo laboral y así afecte el crecimiento económico del país a largo plazo. Si no existe flexibilidad laboral, apoyo de la pareja en las tareas domésticas, oportunidades de trabajos de tiempo parcial ni políticas maternales adecuadas, entonces es muy probable que la tasa de natalidad disminuya afectando el desarrollo social del país. Bajo las condiciones actuales, las mujeres postergarán cada vez más la natalidad o sencillamente no la considerarán como una opción.

Chile es un país en vías de desarrollo con rápidos avances en todo ámbito, pero con un cambio lento en el tema de equidad de géneros. Las empresas deben adoptar medidas para atraer y retener mujeres en el campo laboral y así beneficiarse de sus capacidades y aptitudes en un ambiente cada vez más competitivo. Las empresas deben tomar consciencia sobre la discriminación que se realiza al optar por un hombre en vez de una mujer ante las mismas calificaciones educacionales y laborales, y en las diferencias salariales de hasta 35% entre hombres y mujeres. Las empresas deben apoyar a las mujeres a compatibilizar el trabajo y la vida personal de una manera más flexible.

Aunque las generaciones más jóvenes están cambiando sus percepciones sobre el rol de la mujer en la sociedad, se debe dejar de percibir a la mujer solamente como dueña de casa. Sin estos cambios y eliminación de estos estereotipos sociales, siempre existirán obstáculos que previenen a la mujer a alcanzar sus metas profesionales y la ambición de llegar a los niveles más altos de decisión en las empresas.

En definitiva, no somos supermujeres. Es imposible tener una dualidad de trabajo a jornada completa (uno remunerado y otro sin remuneración). Mientras no existan cambios sociales o culturales o de políticas públicas que permitan a la mujer adecuar su horario para atender las necesidades de su familia y al mismo tiempo la de su carrera profesional, la mujer seguirá siendo una minoría a nivel gerencial y estará ausente en directorios. Es esencial definir una clara distribución más equitativa de las tareas domésticas entre hombres y mujeres e implementar iniciativas para tener jornadas de trabajo con horarios flexibles. Estas serán determinantes para generar una sociedad más abierta y más democrática.

Fuente: Heureka-online.com

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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