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Reconocimiento del trabajo doméstico en la Constitución: las mujeres destinan más tiempo a estas labores que a una jornada pagada BRAGA

Reconocimiento del trabajo doméstico en la Constitución: las mujeres destinan más tiempo a estas labores que a una jornada pagada

En la Comisión de Mujeres y Equidad de Género siguen discutiendo el proyecto de reforma constitucional que busca incluir, dentro sus garantías, el reconocimiento al trabajo doméstico y la labor del cuidado de personas.


Las mujeres, después de los 70 años, trabajan en total más de cuarenta horas semanales. El mayor porcentaje de estas horas corresponde a labores domésticas y de cuidado no remuneradas, según evidencia un estudio de la Cooperativa Desbordada.

“Las mujeres tienen una carga global de trabajo que supera las 55 horas a la semana, lo que excede el máximo para una salud aceptable, ello considerando que a la jornada laboral, se agrega el trabajo doméstico pre y post jornada”, advirtió la directora de Comunidad Mujer, Paula Poblete.

Aún así, el trabajo doméstico y de cuidado de niños, niñas y personas dependientes no son labores valorizadas en Chile. Sin embargo, un proyecto de reforma constitucional que busca reconocer y valorizar el trabajo no remunerado, discutido por legisladores en conjunto a organizaciones que trabajan el tema, podría cambiar esta realidad.

Trabajo doméstico 

Mientras los hombres realizan 2/3 del trabajo remunerado, las mujeres deben hacer más de 2/3 del trabajo no remunerado. Es decir, las mujeres llevan a cabo el 68%  de las labores domésticas y de cuidado, sin recibir ninguna compensación económica a cambio de esta.

Estas labores no son reconocidas, ni valorizadas por el Estado, sin embargo, son las que permiten  tener una fuerza de trabajo activa y disponible para participar en el mercado laboral y producir para el funcionamiento del sistema, señaló la integrante de la Cooperativa Desbordada, Camila Bustamante.

Así mismo, Paula Poblete indicó que la división sexual del trabajo la construimos desde la perspectiva de desigualdad de género, con estereotipos de género desde la primera infancia; la normalización de que las niñas realizan el trabajo doméstico, que las mujeres trabajan el doble que los hombres en las tareas domésticas y, en las leyes y prácticas laborales, donde el costo de la parentalidad no es compartido.

Cuidado de personas

La integrante de la Corporación Círculo Emancipador de Mujeres y Niñas con Discapacidad, Marcela Benavides, planteó en la discusión constitucional que el sistema de apoyo a la discapacidad tiene que avanzar con un enfoque social y de Derechos Humanos, con perspectiva de género y desarrollo personal y superar la mirada médica.

A su vez, Marcela Serey de la Asociación Yo Cuido, organización de cuidadoras informales de familiares con distintos grados de dependencia, indicó que la labor de las cuidadoras se mantiene en el ámbito privado y se realiza a quienes son dependientes 24 horas al día.

“Hay que visibilizar el abandono de parte del Estado, que no se preocupa de la postergación de la mujer en todos el resto de roles. No somos cuidadoras por opción, sino por obligación”, enfatizó Serey.

Así, tanto las labores domésticas como aquellas de cuidado no han sido reconocidas y valorizadas en Chile. Sin embargo, las mujeres siguen siendo responsabilizadas socialmente de estas, teniendo que postergar trabajo, estudios y hasta independencia económica para realizar aquellas labores esenciales para el funcionamiento de la sociedad.

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