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Subcampeona sudamericana de calistenia, Amaya Valderas: “Al ver que mujeres pueden realizar este deporte de fuerza, piensas que no tenemos límites” BRAGA Créditos: Foto de @_Isadora.h.e

Subcampeona sudamericana de calistenia, Amaya Valderas: “Al ver que mujeres pueden realizar este deporte de fuerza, piensas que no tenemos límites”

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La división sexual del deporte ha sido una de las tantas formas en que la cultura androcéntrica ha instalado límites en la libertad de las mujeres. La calistenia, es uno de los deportes masculinizados que han pasado desapercibidos en este fenómeno, pues no es tradicional ni de élite. Sobre la experiencia femenina en la calistenia, El Mostrador Braga conversó con la campeona nacional y subcampeona sudamericana, Amaya Valderas.


En Chile, a pesar de que existe una gran cantidad de mujeres deportistas que sobreviven  en las penumbras, su voz está resonando cada vez más fuerte. Esto se pudo observar recientemente con la aprobación de la ley de profesionalización del fútbol femenino, que en aproximadamente seis meses otorgará su debido derecho laboral a las jugadoras nacionales. 

En este sentido, se abren ciertas inquietudes sobre la situación de mujeres en deportes no tradicionales y masculinizados, como por ejemplo, la calistenia. Sobre esto, El Mostrador Braga conversó con la subcampeona sudamericana de la disciplina  Amaya Valderas (@Queen.medusa_), quien se ha convertido en una referente dentro de un área culturalmente asociada a los hombres.

La calistenia es un deporte urbano emergente, que consiste en la realización de ejercicios utilizando el peso del cuerpo, valiéndose del equilibrio y el control corporal para el desarrollo a nivel físico y mental. Es considerado relativamente moderno, pues a pesar de conocerse su origen en Crónicas de Heródoto de la Batalla de las Termópilas en el año 480 a.C, y de haberse escrito su primera normatividad y definición en el año 1829, su nivel competitivo se empezó a observar en el siglo XX, y curiosamente surge de forma casi simultánea en Europa y América.

Según datos del American College of Sports Medicine (ACSM), en el 2015 fue la primera tendencia fitness mundial, año en que este deporte se veía mayormente practicado  por hombres. Un par de años después, en la ciudad de Temuco, Amaya Valderas comienza a visitar las barras ubicada en calle Simón Bolivar, para acompañar a su hermano, quien en ese momento practicaba el deporte. Según comenta Amaya, fue en ese momento que empezó a interesarse por la disciplina, donde su hermano tuvo un rol clave en su inserción. 

“Yo veía genial el deporte, pero también me daba cuenta que era masculino, pensaba que las mujeres no podían practicarlo. Tras haber observado por día, quise probar y me enamoré del deporte”, afirmó.

Desde el 2018 en adelante, Valderas fue coronándose campeona en diferentes competiciones a nivel nacional e internacional, donde entre sus logros, destaca su segundo lugar en la categoría femenina del Campeonato Sudamericano realizado en Paraguay. 

En consecuencia, por su trayectoria y su compromiso, sus compañeros decidieron nombrarla como presidenta del Club Calistenia Temuco. Al respecto, señala que no fue fácil ser reconocida entre sus pares. “Es difícil quitar el prejuicio que nos tienen, pueden vernos buenas deportistas pero eso no quita que piensen que una no es buena liderando, en este sentido, hubo mucho trabajo previo antes de que me eligieran”, señala. 

Las mujeres sí son fuertes

El proceso de liderazgo de Amaya marcó un antes y después en la comunidad, puesto que al visibilizarse que estaba resaltando no solo en la categoría femenina, mujeres que pasaban por los alrededores o que se enteraron por diversos medios de la práctica , comenzaron a demostrar su interés por la calistenia. En ese sentido, la calistenista decidió emprender clases enfocadas al género femenino, ya que se dio cuenta que podía ser más que un deporte para las mujeres, ayudando de forma colectiva al empoderamiento femenino. “A veces cuando eres deportista te vas en el enfoque competitivo e individualista, pero yo personalmente comencé a darme cuenta que a las mujeres les servía mucho, sobre todo en el autoestima”, afirma.

Según comenta, en primera instancia las mujeres se enfrentan a críticas o estigmas al practicar la calistenia. “A mí me han criticado diciéndome que me voy a ver masculina, mayoritariamente hombres. Además, otras mujeres me han comentado que tienen la intención de entrenar pero tienen el estigma presente de que se van a ver musculosas, viéndolo como si fuera algo malo”.

Conjuntamente, desde su experiencia dando clases para mujeres, le fueron comentando sus inseguridades que se relacionaban con no tener confianza en su capacidad física. “Ellas sentían que eran débiles, y estoy consciente de que eso tiene que ver con el tipo de crianza al que estamos sometidas, donde se les convence de que las mujeres no se caracterizan por la fuerza”.

Añade que, a pesar de saber que hay diferencias biológicas entre hombres y mujeres, la musculatura se trabaja, e incluso ellas pueden superar a los hombres en ese aspecto. “La fuerza más que algo biológico es un tema de disciplina, de motivación, y obviamente también entran otros factores como nutricionales. Yo he visto muchas mujeres que tienen mejor nivel que algunos hombres”.

 

En esta línea, explica que motivar a mujeres a que practiquen este deporte contribuye esencialmente a romper con estigmas que culturalmente se les han atribuido. “Si te quitas el estigma de que una mujer no puede ser musculosa, tu manera de pensar cambia en todo ámbito de la vida”, señala Valderas, agregando que “al ver que mujeres pueden realizar este deporte de fuerza, te hace pensar que en realidad no tenemos límites”.

Al respecto, la socióloga Yanis Tapia, señala que estos estereotipos de género interiorizados son el fruto de una cultura androcentrista, donde los roles de las mujeres siempre han sido estéticos, y no funcionales. “La cultura tiene en el centro la imagen masculina que funciona como un molde para todo, en este sentido, la división sexual que dice que un espacio es para ellas y otro es para ellos, se presenta notoriamente en el deporte”.

Asimismo, la socióloga profundiza que tales deportes asignados al hombre se deben al carácter competitivo y público que conlleva, algo que no es asociado a la mujer culturalmente. “A las mujeres siempre se les ha destacado en algo estético y/o desde lo privado, es decir, lo que hace a puertas cerradas. Por ejemplo, en el fútbol, en vez de reconocer el desempeño, en los discursos sobre las mujeres futbolistas siempre se evalúa el cuerpo, y desde la mirada del consumo, ideales que nos vende la industria cultural, y si una rompe con esas conjeturas, evidentemente causará tensiones”.  

Luego de titularse de la carrera de educación física, Amaya pretende instalar su propio gimnasio o academia que incluya una mirada de género, donde ellas se sientan cómodas entrenando. En esta línea, destaca la importancia de que existan entrenadoras mujeres. 

“Las cosas son distintas cuando te enseña un hombre. Yo sé lo que como mujeres tenemos que pasar, cuáles son los pensamientos que intervienen al emprender el camino de un deporte como la calistenia. Por ejemplo, los hombres en general son criados con estas presiones de que deben ser fuertes, de que mínimo se deben poder su cuerpo, esto no pasa con nosotras”.

A pesar de todos estos factores que rodean a las mujeres en deportes masculinizados, según estudios de calistenia comoStreet workout y calistenia: mucho más que un deporte”, la calistenia se caracteriza por crear comunidad, afianzar lazos y se produce además una identificación emocional, ya que se genera un “nosotros” que es común. Esto se condice con lo que expresa Amaya, quien destaca el respeto mutuo y la relación simétrica entre los pares.

Bajo el marco del mes de la mujer, Amaya fue galardonada como una de las 20 mujeres destacadas de Temuco por su liderazgo y compromiso al deporte y a la comunidad del Club Calistenia Temuco.

Por otro lado, al ser un deporte comunitario de fácil acceso para toda la población, la Municipalidad de Temuco se interesó en la organización y gracias a la movilización de Amaya y el Club, lograron concretar la construcción de un parque de calistenia profesionalizado que sentará las bases para que más tarde la campeona nacional siga realizando clases a las mujeres que les interese este deporte.

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