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“Abundan los mitos y estereotipos”: los riesgos detrás del consumo de pornografía desde la adolescencia BRAGA

“Abundan los mitos y estereotipos”: los riesgos detrás del consumo de pornografía desde la adolescencia

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Los altos porcentajes de consumo de pornografía desde temprana edad resultan alarmantes. Frente a esta situación, para la sexóloga Ignacia Rabanal, es fundamental una educación sexual desde el hogar, que permita hablar sobre el consentimiento, emociones, autoconocimiento, la prevención de enfermedades de transmisión sexual, entre otros temas, sin caer en tabúes, mitos y estereotipos.


Alrededor del 40% de los adolescentes reconocen a la pornografía como fuente de aprendizaje, mientras que el 30% afirma que esta es su principal fuente de educación sexual, según el estudio de 2020 “(Des)información sexual: pornografía y adolescencia” de la ONG Save the Children.

El fácil acceso al contenido en plataformas gratuitas, donde el anonimato los resguarda en internet, hace posible que los adolescentes comiencen a consumir pornografía a temprana edad. De acuerdo al informe, el 53,8% de las personas encuestadas aseguran haber accedido por primera vez a la pornografía entre los 6 y los 12 años.

En la misma línea, a partir del análisis de 14 estudios sobre el consumo de pornografía mainstream, un grupo de investigadores, en un artículo publicado en la Revista Española de Salud Pública, concluyeron que esta tiene una repercusión a corto y/o largo plazo en la salud sexual de los adolescentes.

Dentro de las problemáticas identificadas por los expertos, encontraron la iniciación de su vida sexual a temprana edad, sexo inseguro, multitud de parejas sexuales, expectativas sexuales poco realistas, objetivación sexual y roles de género estereotipados. Además, establecieron que la exposición a un entorno de medios sexualizados estuvo asociada con creencias más fuertes de que las mujeres son objetos sexuales.

Al respecto, la sexóloga Ignacia Rabanal menciona que «con la pornografía se produce algo muy peligroso, porque están consumiendo información alejada de la realidad, errónea y donde abundan los mitos y estereotipos. Los adolescentes se nutren de este contenido y constituye finalmente su referencia en cuanto a sexo”.

Frente a esta realidad, la sexóloga afirma que resulta fundamental que los padres se hagan cargo de la educación sexual integral de sus hijas e hijos, pues al no hablar de sexualidad con ellos, transmiten la idea de que no se debe conversar de sexo y se refuerza el carácter de tabú que socialmente se le ha asignado.

Temas como el consentimiento, emociones, autoconocimiento, derechos sexuales reproductivos, la prevención de enfermedades de transmisión sexual, el acto mismo, entre otros, son asuntos necesarios a tratar que “si lo dejamos en manos de la pornografía o lo que dicen los amigos, puede ser muy perjudicial”, agrega Rabanal.

“La educación sexual que le entreguemos a nuestros hijos, debe basarse en un acompañamiento. Entregar información y ponerse en el lugar del otro, pero no en las restricciones o tabúes”, indica la sexóloga.

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