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Lanzan novela sobre egreso del Instituto Nacional en 1978 Fabio Salas presenta este jueves “Fuera del colegio: Una señal de traetormentas”

Lanzan novela sobre egreso del Instituto Nacional en 1978

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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La lectura de despedida de los cuartos medios en el Teatro Municipal se relata en el texto como un acto redentor en medio de un ambiente represivo y retrógrado, y es el punto de partida de esta obra que habla del primer liceo de Chile como “una experiencia violenta en lo mental y lo físico”.


fuera del colegioUna novela que relata la licenciatura de un alumno del Instituto Nacional en 1978, en plena dictadura, en medio de un ambiente polarizado, lanza este jueves 17 en el Centro Cultural de España el periodista y experto musical Fabio Salas Zúñiga, quien quiso hablar de su experiencia en el emblemático liceo como “de una violencia muy extrema tanto en lo mental como en lo físico”.

Se trata de “Fuera del colegio: Una señal de traetormentas” (Editorial Cuarto Propio), que será presentado por los escritores Gregory Cohen y Claudio Cáceres, y contará con una performance vocal de la cantante Arlette Jequier, ex vocalista de Fulano.

Salas espera que la novela “pueda ser significativa para la gente del presente”.

“Cuando veo las protestas de los institutanos de hoy, no puedo dejar de reconocerme en ellos y de entender que libros como éste están destinados a los jóvenes de hoy y a los que no hemos dejado de serlo en un sentido libertario y no psicoanalítico. Estoy seguro que novelas como ésta, pese a su breve extensión, pueden imponerse como referencias muy claras para los chicos y chicas que hoy siguen dando la pelea”.

Los demonios

La novela “es la crónica de una lucha contra la soledad, contra la violencia y del génesis de la propia contracultura individual cuando ésta ha sido erradicada por el curso de la historia”, según su autor.

“El libro lo escribí hará un par de años, el 2011, debido a que tenía atascada una serie de sensaciones- demonios, diría un literato profesional-violentas acerca de mi adolescencia en ese liceo”, afirma.

“¡Fuera del colegio!” relata la crónica con ribetes autobiográficos del protagonista durante su egreso de Cuarto Medio del Instituto Nacional en 1978, año donde el joven se ve enfrentado a una serie de demandas coyunturales en el ambiente militarizado y polarizado de un colegio donde conviven lo mismo estudiantes arribistas y pinochetistas que chicos entregados a una labor clandestina de actividades políticas.

Es una “novela breve que es cien por ciento autobiográfica, y no porque yo sea un tipo especial, pero los hechos que relato allí, todos ciertos, sí lo son. El  libro está ambientado en 1978, año que egresé de Cuarto Medio, y resulta motivador porque en ese año pasaron muchas cosas importantes en relación al estado de represión y miedo que había impuesto la dictadura”, dice.

El protagonista del libro es rockero y está lleno de tensiones nerviosas, nada a contracorriente en un mundo juvenil donde campea la onda disco o el canto testimonial doliente y depresivo. Por lo tanto, su soledad es la de muchos pero su autoconciencia es la de pocos.

“El protagonista, obviamente es Fab, es decir yo mismo, un chico que resulta discriminado por partida doble: viene de una familia allendista, lo cual le cercena el contacto con los demás, contacto que le lleva a prescindir de todos quienes no son como él, y por otro lado es un apasionado rockero, lo cual le aleja invariablemente de los chicos de izquierda y lo pone en otro plano de aislamiento”, señala Salas.

“¿Qué puede pasarle a un chico de 17 años que gusta del cine, del jazz, del rock progresivo y de las lecturas iniciáticas? Rodeado como está de la estupidez abstrusa de la onda disco, todo se hace difícil, el sexo, la comunicación, la búsqueda del placer en un mundo donde no hay placer salvo el que te venden por la radio y la televisión”.

Obligado a realizar una grave concesión ante un embate represivo de los directores del liceo, el protagonista verá en su última actividad, como lector del discurso de despedida de los Cuartos Medios en el Teatro Municipal, como el acto redentor que llenará de sentido una adolescencia templada en la depresión y la bronca, antes de su iniciación sexual, antes de entrar al Pedagógico, antes de los años ochenta.

Aunque este lanzamiento coincide con el Bicentenario del Instituto Nacional, no forma parte de las actividades oficiales de esa celebración aunque se liga a ella por contar y testimoniar una historia nunca asumida ni relatada hasta ahora: la de los institutanos disidentes e inadaptados, a contramano del exitismo y la soberbia que cruza las jerarquías escolares chilenas.

Los personajes

En el libro, el protagonista está acompañado de Lynott y de Johannes Agrippa, sus amigos más cercanos. “Otro personaje destacado es Matías, joven militante de las Juventudes Comunistas, acosado por su condición de adolescente homosexual, pero dotado de una convicción y una claridad deslumbrantes”, relata el autor.

“Junto a ellos, Fab, encara la presencia de un curso hostil y agresivo, de los mitines relámpagos donde aprende a arrancar de los pacos al momento de librarse la jauría y donde busca la guía solidaria de algunos, pocos profesores dispuestos a estimular su sentido de crítica y reforzar su capital cultural”, señala.

¿Cómo recuerdas la época de fines de los 70?

“La memoria que tengo de esa etapa es escalofríante: miedo, amenaza, soledad, escondite. La dictadura era tan omnipotente que nos inducía a una depresión permanente donde todo era doloroso: el cotidiano, los fines de semana, los deberes escolares, las juntas con los pocos amigos, en fin. No había diversión, uno no se bancaba la onda disco ni nada de eso porque era la onda de los huecos y sumisos”, recuerda.

Sin embargo, “tampoco soportaba la depresividad del Canto Nuevo y las peñas donde todo era llorar y llorar… no es sano ser un adolescente con la presencia de la muerte en tu vida como algo real que de alguna manera estructura tu tiempo y tu existir”.

“La dictadura era omnipotente y era como un poder al que no se le podía hacer mella en algo, nunca una buena noticia, nunca una alegría inesperada, en fin… se trataba de luchar contra algo que estaba generando seres enfermos, como sucedió en realidad. Y ahora estamos pagando las consecuencias de ello”, asegura.

“Mi refugio era el rock, al que sólo podía acceder mediante la radio, ya que los discos eran caros y no tenía plata para comprar, al menos los discos que a mí me movían. No miento si digo que The Beatles impidieron que me suicidara, es la verdad, no exagero. Por eso la música y el arte o mejor dicho vivir en él, se transformaron en mi principal seña de identidad de estar en el mundo y ser en la historia”, explica.

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