Publicidad
Kiss, cumple, con el «circo» del rock and roll Crítica de rock

Kiss, cumple, con el «circo» del rock and roll

Publicidad

En resumen, el show pareció una banda de dos viejos cansados. Sin verdadera pasión por lo que hacen, como si en realidad estuvieran pensando más en la billetera que en el rock and roll. Todo de memoria, sin vida. Y de hecho no se produjo lo que caracteriza un concierto de rock, esa verdadera comunión entre la banda y el público.


Fui a ver a Kiss. Los había visto anteriormente. Dos veces.

Y cumple, al menos con una parte. Con el circo. Tiraron más fuegos artificiales que el año nuevo en Valparaíso. Mucho confeti y humo. Paul Stanley voló sobre el público y bailó como una especie de travesti enloquecido. Gene Simmons escupió sangre, saco su mítica lengua, escupió fuego y fue elevado hasta el techo del Movistar Arena para cantar God of Thunder (el mejor momento del concierto). La batería subía y bajaba con una grúa y las guitarras despedían petardos y fuego. Y todo dirigido por Stanley como si fuera el animador de una kermesse escolar (mucha competencia de gritos entre las tribunas y comparación con público de otros países… y siempre nosotros somos los más salvajes, los N° 1, como decían reiteradamente).

Todo el show, toda la parafernalia, el circo, estuvo a la altura de lo esperado, de lo prometido y de lo que han hecho desde siempre. Como lo hacen de memoria.

Pero salí insatisfecho. Con una sensación ingrata. Algo no funcionó.

A_UNO_511631

Pensé primero que se debía a que a estas alturas los chilenos nos estamos acostumbrando a ver a todos nuestros ídolos con cierta periodicidad, puede haber un acostumbramiento a lo espectacular, que hace bajar la valoración.

Y me puse a pensar. No sonaron bien. Puede ser que el Movistar Arena no esté sonando todo lo bien que sonaba antes (¿habrá problemas de equipos?). Muy bajo, con un volumen de espectáculo familiar, cuando un concierto de rock te debe reventar los oídos. Y claro, fue un espectáculo familiar.

Está claro que Kiss nunca se caracterizó por ser una banda de altísimos estándares interpretativos musicales, pero en mi humilde opinión, sonaron mal. Paul Stanley ya no canta como antes, anoche derechamente no tuvo voz. Ni toca la guitarra. El batero derechamente lo parchaba en todos los temas. El guitarra principal, era bueno, pero solo regular, nada espectacular. Y el bajo parecía un adorno, apenas se sentía su pulso. Aunque hay que reconocer que Simmons canta y bien.

En resumen, me pareció una banda de dos viejos cansados. Sin verdadera pasión por lo que hacen, como si en realidad estuvieran pensando más en la billetera que en el rock and roll. Todo de memoria, sin vida. Y de hecho no se produjo lo que caracteriza un concierto de rock, esa verdadera comunión entre la banda y el público.

Y claro, el problema estaba en la música. Es cierto que en un concierto de rock no se busca necesariamente virtuosismo, sino vida.  Pero siento que ni siquiera hubo de eso. Solo a ratos. Creo que Kiss está a medio camino entre el rock y el pop, que ha sido tanto su afán comercial (buscando siempre estar en la onda… si hasta tienen un tema en clave onda disco, cuando esa era la moda). Muchos dicen que su mérito es haber acercado el rock y el heavy metal a lo popular, como si eso atrajera más público. Mi sensación es inversa, me parece que alejan a los rockeros y optan más por el pop. Más por el negocio. Está claro, un show redondo en términos de pirotecnia y parafernalia, pero la música, que es finalmente lo que nos lleva a la cancha, pocazo.

Agradezco a los amigos de Movistar que me invitaron. Y espero estar en el concierto de Judas Priest y Motorhead, dos súper bandas que teniendo casi la misma edad que Kiss en la carretera del rock, si están absolutamente comprometidos con el rock y el metal, más allá de los negocios. Espero que se solucionen los problemas de sonido, porque en ese show, vamos a quedar sordos.

Y la próxima vez que quiera ir al circo, ya sabré a donde ir.

Que viva el rock.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias